Capítulo 38: MARATÓN 2/4

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Miles se encontraba apoyado en de las columnas del complejo. Estaba muy aburrido, no sabía que hacer; todos sus amigos estaban ocupados, algunos en misiones, otros en salidas, unos entrenando y los demás quien sabe donde; tenía la opción de ir a pintar algún mural pero no estaba inspirado; sus papás estaban ocupados en quien sabe que; quería ir a ver a Frigga pero se contenía porque prometió alejarse de ella; en resumen estaba sin nada que hacer.

Pensó en buscar a su mejor amigo para que pensaran en hacer algo divertido; él siempre estaba dispuesto a acompañarlo y sabía exactamente que hacer para que se sintiera feliz, ya que lo conocía perfectamente; pero aún estaba peleado con él, así que no le podía decir nada.

Comenzó a trepar las paredes y disparar telarañas para quitarse el aburrimiento hasta que estando de cabeza mientras colgaba de una de sus redes vio a su amigo llegar a su lado.

—Hola Miles, no te he visto en todo el día.

—Hola —respondió simple haciendo que el contrario se entristeciera.

—¿Podemos hablar?

—Ya lo estamos haciendo.

—Pero no mientras estas de cabeza, a demás, la sangre que está bajando hará que te duela —le advirtió.

Aunque tenía una expresión seria, el superhéroe arácnido le hizo caso; bajó y se paró delante de él con las manos dentro de sus bolsillos.

—¿Qué quieres decirme? —preguntó serio.

—No me gusta que haya un conflicto entre nosotros; te juro que si hubiera tenido más tiempo o si pudiera tele-transportarme con más de una persona a la vez, también te hubiera salvado de esa caída, y no me digas que no importa porque te regeneras —objetó antes de que el otro lo rebatiera—; cada vez que tenga la posibilidad, evitaré que salgas lastimado; eres mi amigo, yo...yo te quiero y realmente odio que estemos peleados —expresó con voz desgarrada.

—No estamos peleados —corrigió tratando de hacerse el desinteresado para alivianar la situación—Ashur Worthington.

—No seas así  —pidió riendo—, yo no me llamo Ashur.

—¿Entonces cómo?

—Yo me llamo Pollito.

Ambos empezaron a reír en armonía; al parecer, después de días de estar en conflicto por fin hacían las paces, volviendo a ser los mejores amigos que siempre fueron.

—Esta bien... —se detuvo un momento—pollito.

—Aunque me alegro de que me llamaras así, veo en tu rostro que necesitas decir algo también.

—Odio que me conozcas tan bien —suspiró—. No estaba realmente molesto, solo...dolido, no se como explicarlo bien, supongo que el verte salvar a Keila mientras que yo caía me lastimó, esperaba que estuvieras ahí para mi como siempre lo estás; aunque puedes estar seguro que sé que seguirás estando, solo que es chocante que ya no sea el primero —trató de no darle importancia pero el contrario se lanzó a abrazarlo de inmediato.

—Siempre serás importante para mí.

—Gracias —correspondió al abrazo.

Se abrazaron por unos segundos más antes de separarse, felices de decirse las cosas que tenían pendientes.

—Das los mejores abrazos del mundo —alabó el moreno.

—Calla —pidió avergonzado.

—Oye, hay que hacer algo juntos —propuso—, he estado aburrido por horas, no dejes que muera aquí —dramatizo.

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