26

2.1K 160 2
                                    

"Isaac."

Desperté porque no podía respirar. ¿Quién podría ser la causante? Mi pequeña hermana, quien estaba literalmente arriba mío durmiendo.

Tomé mi teléfono sin hacer mucho ruido o movimiento para no despertarla.

-Timothée c
¿Juliet estas viva?
Con Lorenzo quedamos esta noche. Ven.
Tienes que venir aunque no quieras,  nos has ignorado por dos días.

-Lo–Lo.
Juliettt
Juuuu
¿Hola?
Esta noche en casa de Tim, paso a recogerte.

‐@Isaacc
Hola! ¿Quieres esta tarde dar un paseo?

Oh, claro. Esto tenía que pasarme a mí. Nunca tengo nada que hacer y justo hoy tengo miles de invitaciones.

Bueno, tres. Pero era algo.

—¿Qué hora es? —preguntó Amber a través de su cabello despeinado.

—Las nueve, vuelve a dormir... —ella asintió y se recostó esta vez sobre la otra mitad de la cama.

Juliet
Esta bien Lo. Los odio igualmente :P

Lo–Lo
Nos amas
Buen día por cierto.

Puse mis ojos en blanco y bloquee el celular. Necesitaba tiempo para pensar si aceptar la invitación de Isaac.

Deberías ir.

Bueno sí, pero necesito aplazar eso por unos minutos u horas.

Me puse de pie buscando mi sudadera al instante porque hacia un frío horrible. Me dirigí a la cocina mientras arrastraba mis pies e iba tarareando la canción que mi madre u John estaba escuchando allí.

—¡Te has caído de la cama!

—Gracioso... —él puso una taza de café delante de mí— gracias, John.

—Tu madre esta haciendo unas compras para el almuerzo...

—Esta bien... —ahora posó tostadas y huevo revuelto sobre la mesa frente a mí y le di una sonrisa en modo de agradecimiento. John era un buen hombre, no tenía motivo para odiarlo.

—¿Acaso mis ojos ven bien?

—Sí mamá, soy yo —dije cuando apoyo las bolsas del mercado en la isla.

—Buen día cariño —me dio un beso en la frente y yo le sonreí, se sentó a mi lado.

—Esta noche quede con Lorenzo.

—¿Y ese chico de ayer? —papá y ella eran igual de entrometidos, eso habrán de tenido en común.

—Sí, con ese idiota también.

—¡Hey! Hacen bonita pareja...

—¡Mamá! —comí lo último que quedaba en mi plato y me puse de pie.

—¡Huir de tus problemas no van a hacer que desaparezcan! —me gritó cuando yo estabas subiendo las escaleras.

¿Qué tal si tiene razón?

El Internado •Timothée Chalamet Donde viven las historias. Descúbrelo ahora