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"Nolan, el pesado"

Estando a pocos días del fin de semana, supuse que Nolan se podría más pesado que nunca. Estuvo citandome cada día a su despacho, con la excusa de que mí redacción había sido inventada.

—¿Estas de coña?

—¿Te parece hablarme así, Juliet?

—¿Y a ti? —resople— ambos sabemos que te importa una mierda la redacción. Dime que estas celoso de que me iré el fin de semana a la ciudad.

—No es eso.

—¿Entonces? —torció sus labios y se puso de pie, mirando hacia el bosque. Me acerqué a él, se podía ver claramente a Timothée, Jake y Lorenzo en una de las bancas— ¿es por él? Tiene novia.

—Los he visto —murmuró.

—¿Nos has visto? No hemos hecho nada malo, somos amigos al igual que con...

—No lo miras como a Lorenzo o a Jake.

—Nolan, no. Esta todo en tu maldita cabeza.

—No mientas, Ju. Se sincera por una vez.

—¡Lo estoy siendo! ¡Juro que entre él y yo no hay nada! —se acercó a mí y me besó. Un beso posesivo, cargado de celos.

—Promete que me dirás donde están y que no harás nada con él.

—¿Nada cómo?

—Ya sabes que... —puse mis ojos en blanco internamente, si lo hacía delante de él, seguro volvería a insistir con sus celos.

—Lo prometo... —dije casi en un suspiro.

Luego de besarnos por unos minutos más salí de su oficina, nuestra discusión seguía dando vueltas en mi mente. ¿A que se refería con que nos mirábamos de otra forma? ¿De que forma?

Intenté alejarlo, seguramente eran los celos idiotas de Nolan, que no dejaban de buscar la más mínima señal donde no la hay.

Me tiré en la cama, mis amigas no estaban, supuse que seguían en el patio con los chicos. Necesitaba un tiempo a solas, sin que nadie este cuestionandome cualquier cosa que hacía.

La vaga idea de terminarlo todo con Nolan cruzó mi cabeza. Se que en algún momento me encontré enamorada de él, pero eso era cuando tenía dieciséis años, ahora a mis dieciocho ya no me prendía tanto la idea de salir con el profesor más caliente del internado. Tampoco, que él me llevara tantos años, no tenía idea de como hizo para obtener un título a tan temprana edad.

La vibración de mi celular en mi pecho me sacó del trance. La pantalla se iluminaba con el nombre de 'papá'

¡Por fin contestas, Julie boo!

¡Papá, no me llames así!

Pensé que habías muerto... —puse mis ojos en blancos y resople.

Ya ves, no lo estoy. Eres tan dramático.

No coges el teléfono nunca, niña ¿sabes cuanto costó ese aparatito?

Lo sé, lo sé. Estuve ocupada... —ocupada discutiendo con Nolan todas las tardes desde el lunes.

¿Tú y tus amigos irán a la ciudad este fin de semana?

Creo que sí... ¿sucede algo?

Quiero presentarte a alguien... —los latidos de mi corazón aceleraron, esta bien, papá se merecía ser feliz— ¿Juliet? ¿Sigues ahí?

Uhm si, lo siento...

No lo sientas. El viernes en la tarde pasaré a recogerte, luego el sábado eres libre para hacer locuras con tus amigos.

¿Locuras?

No tengo idea que hacen los adolescentes de hoy...

Seguimos hablando por unos minutos más, queriendo saber como iban mis primeras semanas aquí y como se encontraba la tía Marie.

Estaba anocheciendo y era casi la hora para la cena, mis amigos todavía no volvían; así que, decidí bajar para ver si podía encontrarles. Al acercarme a la puerta de mi dormitorio para salir pude escuchar una voz familiar hablando en el pasillo.

—No, escucha, escúchame... —era Timothée, puse mi oído en la puerta para escuchar— Olive, no. ¿Qué? ¿Acaso oyes lo que dices? —¿esa será su novia? Al parecer  le estaba haciendo una escena de celos.

—Que no... ¿puedes escucharme? —hizo una pausa y mi corazón comenzó a latir fuertemente, temía que supiera que estaba oyendo su conversación— Olive, aquí no hay muchas chicas. El sábado estuve con mis compañeros de cuarto jugando a la consola... ¡Tengo derecho a divertirme! —no le ha dicho que estuvo conmigo.

—Basta ya, no te estoy engañando... por favor, debes creerme... esta bien, adiós... —el pitido de finalización de llamada se escuchó tenue y sus pasos se acercaron a mi puerta.

Él tocó y conté hasta diez para abrir la puerta, así no sospechara que estaba escuchando la conversación con su celosa novia. De hecho, me hizo compadecerle, de alguna manera, estábamos en la misma situación.

—¿Sí? —me dio una sonrisa, su rostro levemente rojo del enfado de recién—¿te encuentras bien?

—Sí, los chicos me mandaron a buscarte para cenar, subí las escaleras corriendo...  —asentí y salí de la habitación, caminando a su lado. Quería preguntarle sobre la discusión de recién, pero quedaría como una chismosa y entrometida.

—¿Has estado sola en el cuarto toda la tarde?

—Algo así... —no quería entrar en detalles, menos si se trataba de Nolan.

—¿Tienes novio? —sus palabras hizo que casi me parase abruptamente, pero logré coordinar mis pasos.

—Uhm no, ¿a que viene esa pregunta? —en realidad ya no me sentía como la novia de Nolan, así que técnicamente no estaba mintiendo.

—No lo sé, duda... —me volvió a dar una sonrisa, pero esta vez parecía más falsa que la de arriba. Ambos entramos a la cafetería y no dijimos más.

La mirada de Nolan me quemaba a través de la sala, fue peor para nuestra situación que haya entrado con Timothée a la sala.

No pude concentrarme mucho, la mirada de Tim y Nolan se alternaban, haciéndome sentir algo incómoda. Sabía que el castaño me miraba porque sabía de mi relación con el profesor y también sabía que mis palabras de recién habían sido mentira.

N-
¿Podemos hablar luego?
19:55 hs

Sentí la necesidad de arrojar mi celular hacia la pared más cercana. Mi mente parecía una bola de pensamientos, no podía concentrarme en ninguno, no podía decantarme entre si cortar con Nolan o no, si aceptar ir con él al cobertizo otra vez o no, porque sabría en que terminaría.

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Holaa! Espero que les haya gustado este capítulo, tal vez esta algo monótono pero pronto se pondrá interesante.

Gracias por leer y dar ☆.
L@s amooo

El Internado •Timothée Chalamet Donde viven las historias. Descúbrelo ahora