Al día siguiente al abrir mis ojos sentía como si fueran a caerse, me dolían y me pesaban al mismo tiempo, baje de la cama caminando hacia el baño con pereza después de unos minutos ya estaba en la ducha, me vestí con un sweater color azul claro, unos jeans color negro y unos zapatos del mismo color que el pantalón. Salí de la habitación bajando las escaleras lentamente mientras poco a poco los rostros de mis padres serios podrían verse en una perezosa mañana sin posibles cuerdas vocales por el resto del desayuno o por el resto del día.
"Buen día"- dice mi madre con enojo en la voz.
La mire y luego devolví la mirada al plato de cereales.
"Lamento como te agarre del brazo la otra noche, solo quiero que dejes de escuchar nuestras conversaciones"- dijo. Levante con fuerzas mi cuerpo de la silla y tome el cuaderno con el que por así decirlo "hablaba" y escribí el nombre de la (Darcie) en mayúsculas fruncí el ceño mostrando enojo llevando el cuaderno al centro de la mesa con demasiada fuerza y respirando agitadamente, puse mi dedo índice izquierdo en la mitad del nombre dando golpes rápidos y muy fuertes ellos tenían que entender a que me refería, tenia que saber donde estaba o por que diablos estaban hablando de ella la noche anterior.
"¡Siéntate y termina tu desayuno!"- soltó, pero resistí poniendo el dedo de nuevo en la hoja con mucha mas fuerza incluso me estaba comenzando a lastimar mientras los miraba con los ojos consumidos en lagrimas.
"¡En el hospital!"- dijo mi padre, lo mire confundido pero envuelto en tristeza.
"Esta...Esta en el hospital hijo, esta allí por que tuvo un accidente de auto el mismo día que regresamos del mercado...lo mostraron en las noticias, hijo, era la chica del centro y su madre"- me observo como si se hubiera rendido frente a mi madre, deje de tocar la hoja repetidas veces mientras dejaba caer mi cuerpo en la silla y recostaba mi cabeza entre mis manos para tratar de tomar aire, si mi madre no me daba los medicamentos lo siguiente que iban a observar sus ojos seria un ataque de mi parte; un fuerte y penoso ataque de ansiedad. La silla de mi madre sonó y levante el rostro con los ojos rojos ella fue a la cocina y luego al estar a un lado mío me entrego los medicamentos, los puse en mi boca tragándolos con fuerza.
Me levante, tenia que ir a mi cuarto pero la mano de mi padre me detuvo, negué con la cabeza baja tratando de soltar su agarre pero el era mucho mas fuerte.
"Se en que hospital se encuentra...investigue un poco"- dijo y asentí sin entender lo que trataba de decirme.
-"Hijo, lo que te quiero decir es que voy a llevarte a verla"- dijo pero siendo interrumpido por mi madre.
-"no, no y no lo harás"- dijo mi madre con muy poca de paciencia.
-"Lo siento cariño, pero no voy a negarle la felicidad a nuestro hijo, sino quieres venir con nosotros quédate entonces, pero si quieres acompañarnos entonces te veo en el auto con Tim en dos minutos voy por las llaves a la habitación"-
•••
No cerré los ojos en toda la noche quería que mi madre regresara y me llevara con ella a donde quiera que fuera, que volviéramos a hablar. Estoy harta de no sentir nada, vi a mi propia madre salir por aquella puerta con ayuda de la enfermera y aun así no sentía nada, cuando Brent murió aprendí a llorar, quiero sentir las lagrimas caer por mis mejillas, quiero sentir mis ojos hinchados despues de una noche de solo lagrimas por las desgraciadas palabras que mi madre había dicho de mi, quería poder sentir los ojos pesados despues de no haber dormido por más de dos días, cada día al no poder sentir tengo que aprender; como los daltónicos no perciben muy bien los colores rojo y verde pero ellos aprenden a diferenciarlos.
"hola, linda"- saluda la enfermera sacándome de mis pensamientos, trato de darle una sonrisa mientras centro mi mirada en lo que tiene para decir.
"Tengo algunas cosas para decirte"- tomo aire. "Lo primero es que yo y algunos médicos escuchamos lo que te dijo tu madre y por ahora no te preocupes por nada nosotros estaremos al tanto" "Lo segundo es que tienes visitas"- dijo la ultima palabra con entusiasmo.
-"No tengo a nadie más que mi madre, seguro se equivocaron de habitación"- respondí.
"Estoy segura que no es así"-dijo. "¿Quieres que los deje pasar?"-.
-"Yo...no lo se"- dije en tono neutro.
"Tomaste todos los medicamentos, no vas a tener un ataque en un buen tiempo, además esas personas están allí afuera desde hace un buen rato"-.
-"Bien, aceptó"-.
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Puede ser esto posible?
RomansEs lindo recordar cómo los momentos e instantes chocan con el poder de la mente humana, por que de eso se trata de no dejarla estampar contra una pérdida innecesaria. Pueden conocerse en el instante más extraño y nuevo, pero ellos pueden, ellos dice...