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En ese instante en que el tiempo pareció detenerse Lonny solo era consciente de los acelerados latidos de su corazón.

Mientras su cuerpo se enfriaba de terror observaba el cuerpo de Morgan caer al suelo. La amplia espalda se precipitó hacia abajo al mismo tiempo que un jadeo hizo eco en el estudio. Su cuerpo se movió por sí mismo. Extendiendo los brazos para alcanzarle antes de que su cabeza diese la orden.

Le sostuvo. Y fue como si el mundo girase de nuevo.

Tenía los ojos apretados y la tez pálida. A cada segundo parecía perder algo más de color.

La sangre salía por la comisura de sus labios. Impidiéndole comunicarse.

Lonny inspeccionó su cuerpo, aterrorizado. Su mirada siguió el sendero de la mano de Morgan, que temblorosa, ascendía a su propio pecho. El muchacho la interceptó antes de que tocase el agujero de bala sobre su pectoral izquierdo.

"No" pensó. "No, no, no, no..."

– Lonny – escuchó que alguien decía.

"Necesito algo para hacer presión" pensaba el muchacho "Tengo que detener la sangre"

Un par de manos extrañas se aproximó a ellos. Pelo Lonny las apartó de un manotazo. No iba a dejar que Stev se acercase. Aunque estuviese indefenso... aunque las tuviese todas que perder... no iba a dejar que lastimase más a Morgan.

– Si no lo dejas no podremos hacer nada por él – dijo alguien más.

Un murmullo se formó a su alrededor. Como si el sonido quisiese retornar a sus oídos, pero regresaba apagado. Como un radio que iba perdiendo las baterías.

Quien fuese, quería llevárselo.

Quitárselo.

"No voy a permitirlo" pensó, aferrándose a Morgan con desesperación.

Al presionarle contra su cuerpo, le sintió protestar. Adolorido, pero vivo.

– Moverlo solo lo hará peor – dijo una voz suave.

– Vamos Jefecito, no sea cabezón – murmuró alguien más joven.

– No te le acerques. – intercedióotro más fuerte– Tiene las pupilas dilatadas. Está desorientado. –

– ¡Pero si no me acerco...! – insistió la voz suave.

Entonces alguien se abrió camino entre ellos.

Se hizo silencio.

Lonny apretó los dientes, gruñendo como si fuese un animal. Consciente de que nada más podía hacer contra el enemigo estando desarmado. Podía sentir el calor de la sangre de Morgan escurriéndose por su cuerpo. Goteando hasta el suelo y manchando su carne y ropas. El olor era tan fuerte que le mareaba.

Una figura enorme se aproximó a ellos. Avanzaba cautelosamente, pero con decisión. Sabía que era más fuerte. Pero cuando se colocó en cuclillas frente a ellos echó al suelo su arma. La gran escopeta rebotó, trayendo un estruendo que sobresaltó al muchacho.

Lonny se sintió temblar de impotencia.

Una amplia mano se extendió y el muchacho cerró los ojos.

Lamentaba haber llegado a ese punto.

Estaba enojado con Morgan. Pero en el fondo, esperaba que hubiese una oportunidad de reconciliación. Un momento en que pudiesen sentarse y hablar. No eran verdad muchas de las cosas que le dijo.

Se había sentido herido, y quiso lastimarle de la misma forma.

Al verse desplazado quiso hacerle perder un poco de respeto. Perjudicarlo frente a sus subordinados.

La Tortura de LonnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora