Ance no podía creer lo que escuchaba de boca de Scott. Por primera vez en su vida sintió debilidad cuando Lonny dijo Templet. Era un apellido que no creyó volver a escuchar. Estaban frente a un escenario peor que cualquiera que hubiesen presenciado con anterioridad.
– Vamos para allá ahora mismo – escuchó decir a Nicole antes de que pudiese ordenar su cabeza.
Nicole ordenó a sus hombres prepararse. Pretendía llevarse a la mitad de ellos, incluido a Ance y Lucien.
– No me necesitas allá. – dijo su hijo apoyándose del hombro de su gemelo. – Scott es tan bueno como yo. Difícilmente te daré alguna ventaja. Es mejor que me quede con Lucio a defender la casa. –
Ance pensó que Nicole le regañaría, pero tras pensarlo por un instante, aceptó. Ambos dejaron la sala de comunicaciones. Fueron al cuarto de Nicole y este sacó un par de chalecos antibalas para ambos. Al parecer Nicole recordaba los tiempos en que los Templet dominaban. Sabía que nada les convenía que retomaran el poder. Así que no escatimaría en recursos para hacerlos caer.
No demoraron en estar listos. Mientras Ance subía a uno de los camiones vio a Nicole despedirse de sus hijos. Sabía lo pasional que podía ser en la cama. Pero pocas veces le vio haciendo de padre. Ahora mientras abrazaba primero a Lucien y luego a Lucio, no pudo evitar pensar en lo tierno que se veía.
Se le encogió el pecho.
Antes atravesó situaciones en las que no sabía si regresaría vivo. Ninguna le había dado tal seguridad como esta.
Aferró el arma entre sus manos. Intentando controlar su respiración. Ese tipo de ejercicios siempre funcionaban. Lograban calmarle y le permitían pensar con lógica. Y sin embargo, cuando Nicole se sentó a su lado, necesito tomarle la mano para calmarse.
– Más te vale salir vivo de esta – le dijo, obteniendo una mirada escéptica del hombre.
– Ja. – se burló Nicole – No he pasado los últimos veinte años de mi vida dibujando en las paredes. Puedo con esta mierda. Además, contigo a mi lado, ni los Templet van a detenerme. –
Ance sonrió. Buscando en su interior la seguridad para afrontar aquel combate. Preguntándose qué haría cuando debiese escoger entre Morgan... y Nicole.
Luego de su lamentable episodio, Morgan había decidido salir a cabalgar. Él no era el chico de los caballos. Ese era el mote que le dio a Ance hace años. Pero si algo aprendió a su lado, era que una cabalgata despejaba la mente mejor que sus vicios. En ese momento, cuando regresó a su despacho echo una fiera, se había servido un vaso de ron.
Pero no pudo beberlo.
Ya tenía una razón para que Lonny se sintiese decepcionado de él. No necesitaba agregar otra. Así que optó por su solución menos común. Se encaminó a los establos en busca de Hell, su caballo árabe. El animal había pasado malos momentos tras el incendio. Sin embargo, el veterinario le dio el visto bueno y estaba en plena forma.
ESTÁS LEYENDO
La Tortura de Lonny
RomanceLa vida de Lonny está a punto de cambiar cuando descubre que el Capo de su familia, el amor de su vida y de su infancia es gay. Lo que debía resultar una gran notícia se convierte en una desgracia cuando el hombre introduce a su amante a la "familia...