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Lonny colgó el teléfono luego de casi veinte minutos de conversación. El "hijo" de Nicole no había puesto más condiciones. Tampoco se mostró hostil. Lo cual le desconcertó un poco. Cada vez que sus tropas chocaban en el capo de batalla se desencadenaba un conflicto. Había estado en muy pocos. Pero siempre aparecía un alto ejecutivo.

Ance se había topado muchas veces con uno al que llamaban "El Ejecutor". El sujeto no podía ser mucho mayor que el propio Lonny. Peleaba con espadas japonesas y cuchillos. Las tres veces que coincidieron, Ance había tenido que retirarse.

Al ser el secretario de Morgan, Lonny se encargaba de la inteligencia. Comúnmente no salía al campo. Y las contadas ocasiones en que lo hizo y se topó con los de Nicole, eran operaciones encubiertas de las que se marchaban antes de que ellos llegaran.

Tal vez por eso le resultó extraño un trato relativamente amistoso de su rival.

Lucien acordó un encuentro para la noche del día siguiente. Y aunque Lonny quiso negociar, su alegato de que era demasiado pronto no fue escuchado.

"Ustedes nos contactaron" le contestó el hijo de Nicole. "Debían estar listos para obtener respuesta en cualquier momento."

Así que Lonny aceptó. No estaban jugando a ser mafiosos. Cada hora era una pérdida de dinero y mercancía que no podían permitirse. Tanto la gente de Nicole como ellos lo entendía. Por lo tanto, pactaron el sitio y finalmente cortaron la llamada.

EL próximo que llamara debía ser Ance.

Dejó el móvil sobre su escritorio. Se soltó el cabello, removiéndolo de su frente. Si alguien le hubiese dicho que estaría así de nervioso después de mamársela a Morgan le hubiese caído a trompadas. Pero ahí estaba, temblando de ansiedad tras hablar con un ejecutivo. Con un suspiro, liberó el aire que no supo estaba conteniendo, dejándose caer en la silla.

Solo entonces recordó a Leny sentado nuevamente en el sofá de la oficina. El sujeto le observaba con sus penetrantes ojos verdes, como si pudiese leer con claridad sus pensamientos.

– Ya oíste. Invéntate una buena excusa. No quiero que sepan realmente como te las ingeniaste. Mientras menos información nuestra manejen mejor. – ordenó Lonny.

– Ya. – contestó Leny y el sarcasmo adornó sus próximas palabras – Vaya buena cooperación que vamos a hacer. –

– No seas ingenuo. Solo será hasta que acabemos con esos bastardos. Probablemente nos ataquen nada más concluyamos. – aclaró Lonny. – Por eso tenemos que intentar sacarles tanto como podamos obteniendo pérdidas mínimas.

Leny sonrió con malicia.

– ¿Y si se da la opción de una alianza permanente? – insistió - ¿La tomarías? –

Los ojos de Lonny cayeron sobre el muchacho como cuchillas. Preguntándose si sabía la estupidez que había dicho.

Desde el principio, habían sido la gente de Nicole quien se lanzaba contra ellos. Les robaba mercancía y los asaltaban nada más verlos. Ellos iniciaron aquella guerra de mafias hacía años. Resultaba imposible para Lonny creer que serían ellos quien pactasen la paz.

E incluso si lo proponían, Morgan de seguro se negaría.

Para su jefe lo más importante era la familia. Y había perdido a muchos de sus antiguos compañeros a manos de los Nicole.

Lonny no quería pensar en cómo reaccionaría si Ance sufría a causa de ese trato. Suspiró.

– En ese caso, tendría que confesarlo todo y rezar para que Morgan no me dé un tiro en la frente. – contestó frotándose la nuca.

La Tortura de LonnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora