Los odio, los odio, los odio, los odio.
Era puro el pensamiento mientras al día siguiente veía a Celia y a David, besándose en el estacionamiento de la universidad a la hora de salida.
―Wesley, deja de mirarlos, te ves enfermo haciéndolo ―pidió mi amigo James, mientras me pasaba una pastilla y la tragué.
Él parece mi madre con eso del medicamento y cuidados.
―Se ven tan felices los... ―me silenció con un ligero ademán.
―Basta, olvídate de ellos y enfócate en lo que harás hoy.
Quité mi vista de ellos de mala gana y giré hacia James.
―Eso es fácil, fastidiarlos disimuladamente hasta que me corran ―aclaró con una sonrisa de suficiencia.
―Pues entonces, vete ahora que ya es tu entrada y vas 5 tarde ―avisó mientras me enseñaba la hora.
Caminé hacia la dirección de esa aula, no sin antes voltear a ver a la tonta parejita, solo que esta vez Celia me vio, pero quitó su vista tan pronto conectó con la mía, así que resople frustrado, yo sé que ella me ama a mí.
Me despedí de James para pasar directamente al salón, sin tocar. Cuando entré otra vez no había nadie en ese lugar, estaba vacío, a este punto ya pensaba que me estaban jugando una mala broma. Mire hacia la pared donde el día de ayer estaba la foto que quite, pero para mi sorpresa había otra solo que ahora esa foto tenía cuernos, bigotes y más dibujitos extraños, ah y los dardos que no falten.
Arranqué la foto de ese lugar de nuevo, dispuesto a irme pero me detuvieron.
―No es bueno tocar lo que no es suyo ―me regañó la chica con... con... ¿Cómo se llamaba eso?
―Técnicamente es una foto donde salgo yo, así que es mío.
―Deja que quite la foto si quiere, Violeta ―apareció hablando tras de mi Drew, junto con esa chica blanca.
―Como digas, Drew ―asiente no sin antes lanzarme una mirada asesina.
Vaya, no recordaba tener ese efecto en las chicas, regularmente eran miradas de desvestir las que despertaba.
―¿De dónde salen ustedes? ―pregunté confundido mirándolos.
Nadie me respondió, solo me ignoraron y se fueron a sus lugares.
Bufé molesto, mientras me iba a sentar también. Que se vayan a la mierda.
Poco después el aula se llenó, con más atención pude ver a cada uno de los que estaban ahí, algunos los recordaba por ciertas bromas que hacíamos antes James y el equipo. Recibía miradas de algunos y otros simplemente me ignoraban.
―Chicos, buenas tardes, comenzamos con la clase ―saludó Drew, palpando un libro que tenía en el escritorio―. Los exámenes ya casi se acercan y hay que intentar que nada de nuestro entorno nos afecte a tal punto de hacer que salgamos mal en ellos.
Se acercó a los bancos lentamente aún hablando:
―Recuerden nuestro lema: Si la sociedad se encarga de apagar nuestras vidas y ocultarnos, nosotros nos aferramos a brillar y destaparnos, porque tienen que verme como soy, si yo te tengo que verlos a ustedes ―sentencia con seriedad.
Gritos de júbilo dan y comienzan a aplaudir en acuerdo. Comienzo a reír con burla, tanto que me lanzan miradas letales y hasta una bolita de papel cae en mi cabeza. Caroline se acerca a Drew susurrándole algo mientras me mira y él asiente.
―¿Algo te causa risa, Wesley? ―cuestiona Drew con seriedad sin girar su cabeza.
―Sí, muchas cosas ―respondí con una sonrisa petulante, incluso sabiendo que no podía verla.
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El club de los Inadaptados
Teen Fiction💛🏆GANADORA WATTYS 2022🏆💛 Todo aquel con una extrañeza no aceptada socialmente terminaba ahí. Solo hay que recordar seguir la única regla. Odiar a Wesley Reed. ***** Tras un accidente que lo ha dejado sin su brazo derecho, Wesley, tiene que regr...