El club de los Inadaptados

Capítulo 25.

Este capítulo es para dyoseli3538Q muchísimas gracias por tus comentarios, fangirleo con esta historia y por tu apoyo, espero leerte por aquí. 💛

―James, no estoy seguro de que te dejen entrar. Creo que había una regla sobre eso ―expliqué mientras nos acercábamos a esa aula.

Él bufó sin estar convencido.

―Sí te dejaron estar ahí después de tus fotos con dardos, creo que pueden hacer una excepción conmigo.

Negué con mi cabeza, pero no contesté. Era cierto, mi foto había desaparecido desde unas clases atrás, que apenas me había dado cuenta, eso debía significar un punto a mi favor, ¿no?

Una vez al frente de la puerta, toqué con ligereza para no interrumpir la clase, pero nadie nos abrió. Volví a tocar, esperando que alguien dijera un "pase" y de nuevo nada. Mi ceño se frunció, me sentía como en los primeros días de nuevo y eso no me agradaba.

Sin esperar más, abrí la puerta del aula para encontrarla completamente vacía.

No de nuevo, por favor.

―¿Así estudian? ―preguntó confundido.

―Cállate, James, déjame pensar.

―¿Piensas?

Le lancé una mirada venenosa por encima de mi hombro y él levantó sus manos en signo de paz, sin replicar.

Una vez dentro y en medio del aula, escuché algo que no había escuchado desde hace tiempo.

Música.

De nuevo, los recuerdos de las primeras veces que estuve aquí, llegaron a mi mente como flashes; llegaba, no había nadie excepto música y mi foto.

No hay nadie.

Hay música.

Volteé de manera inmediata a esa pared donde solía estar mi foto y solté un gran suspiro cuando me di cuenta de que no había nada.

Fruncí mi ceño con desconcierto y confusión.

―¿Hay alguien aquí? ―me animé a preguntar a la nada, pensando que alguien me respondería―. ¿Hola, alguien?

James permanecía en silencio, observándome.

―¿Chicos? ―dirigía mi vista a todas partes y me caminé hasta la pared donde se escucha la música en tonos muy bajos y golpeé la pared levemente―. ¿Hay alguien aquí?

―¿Desde cuándo nos convertimos en invocadores de demonios, Wesley? ―cuestionó James, mirándome alucinado―. ¿Y si nos contesta uno?

Rodeé mis ojos, exasperado.

―Deja de ser supersticioso ―me burlé―. Y acércate a esta pared, se puede escuchar música.

Se acercó hasta donde estaba y pegó su oreja en la pared igual que yo.

―No, Wesley. No hagas esas preguntas a la nada, atraes demonios. Yo si le temo a Anabelle, esa muñeca es horrible y diabólica, y no quiero que la atraigas hacia acá con tus preguntas inter divinas.

―Eres ridículo, James.

―Ridículo, pero vivito ―aclaró, apretando sus labios tratando de parecer serio.

Sabía que estaba bromeando, al menos en lo de convocar demonios. Sobre Anabelle eso era cierto, le temía horrores a esa película.

Un ruido sordo de algo moviéndose y una voz ruda, nos hizo saltar asustados de nuestro lugar.