En cuanto vi el lugar, me empecé a reír.
Regresamos aquí. Y sentía que había pasado demasiado tiempo desde que habíamos estado aquí por primera vez.
El pequeño campo de beisbol.
Bajamos todos y Ram sacó el equipo para jugar, al mismo tiempo que dejaba sonar el estéreo de su camioneta. Qué buen gusto musical tiene.
―¿Crees que te sientes listo para ganar o tienes miedo? ―preguntó, sonriendo de manera provocadora.
Enarqué mi ceja, aceptando su amistoso reto.
―Saca lo mejor que tengas ―solté confiado.
―Yo me pongo en la primera base ―exclamó Caroline, emocionada.
Violeta y Lutzia se miraron entre ellas y se disputaron las otras dos bases con un pequeño juego de piedra, papel y tijeras.
―Yo soy pícher ―aclaró Drew, siendo dirigido a su posición con la ayuda de Violeta.
James abrió sus ojos en sorpresa y confundido con la afirmación del chico invidente.
―Pero, Drew... ¿Cómo?
―Juega, observa y trata de que la saliva no se te bote, amigo ―mencioné, deteniendo una carcajada al ver su expresión confundida.
Me lanzó una mirada venenosa y se colocó detrás de Drew a cierta distancia, mirándolo con detenimiento. Por otro lado, Ramsés se acomodaba para batear, mientras que yo a atrás de él.
―A darle ―grité con fuerza.
Drew entendió al instante mi grito. Sin esperar ni un segundo, adoptó la posición que le había mostrado la última vez que había estado aquí casi a la perfección. Sus piernas separadas y su postura recta, indomable.
Noté por lo lejos a James algo nervioso observando a Drew, sabía que temía que saliera herido. Sin embargo, Drew siempre nos sorprende. No paso ni unos segundo cuando con fuerza, agilidad y una destreza de punta, lanzó la pelota.
Me carcajeé sin poder evitarlo al ver como la boca de James se abría de par en par.
―Eso no te lo esperabas, ¿cierto? ―grité para que me escuchara. Sin mirarme, me sacó el dedo del medio en respuesta.
En cambio de mí, Ram se mantenía concentrado cuando la bola llego a su diámetro. E igual, con la postura correcta y destreza, bateó. Incluso casi pude escuchar a Violeta inhalar con fuerza a lo lejos.
Y eso dio comienzo al juego.
Nosotros dos intercambiábamos lugares, él bateaba una vez y luego yo. Hasta que fuimos ponchados y todos se tuvieron que mover, excepto Drew.
Entre risas, algunos gritos, cansancio el tiempo paso y anocheció. Cuando menos lo esperábamos, todos nos encontrábamos tirados en el patio, cansados hasta la medula y riéndonos como idiotas.
Era cierto lo que decían, las penas con amigos dolían menos. Era sumamente más soportables que solo. En todo ese momento no pensé en nada.
Aunque de pronto el silencio nos embargó y volvía la realidad a mí.
―¿Cómo estás, Wesley? ―preguntó Drew en voz baja. No había necesitad de hablar más alto.
Suspiré profundamente, sintiendo la mano de Lutiza en la mía. La apreté con fuerza, mirándola de reojo.
―Estoy bien ―confirmé, sumamente agradecido―. Después de esto, mejor que nunca.
―Nosotros...
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El club de los Inadaptados
Teen Fiction💛🏆GANADORA WATTYS 2022🏆💛 Todo aquel con una extrañeza no aceptada socialmente terminaba ahí. Solo hay que recordar seguir la única regla. Odiar a Wesley Reed. ***** Tras un accidente que lo ha dejado sin su brazo derecho, Wesley, tiene que regr...