Capítulo 22.

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Hoy este capítulo será para Rachelviolamexfa💛 Muchísimas gracias por TODOS tus comentarios, cada uno me han encantado; ingeniosos y divertidos uwu. Te toco un capítulo triste por desgracia, así que prepara los pañuelos jaja y espero leerte por aquí.

(Hoy tenemos un narrador diferente, UwU)


Drew

―Gracias, Ramsés, por traerme a casa ―agradecí a mi amigo desde hace años, en cuanto me ayudó a bajar de la camioneta.

Ramsés se encargó de dejar sana y salva a cada una de las chicas en sus casas, pasaba de media noche cuando finalmente acabamos y llegamos a la universidad. Me explicó que se estacionó en la entrada trasera del instituto, muy lejos de los dormitorios, por ende, muy lejos de mi habitación, ya que la entrada principal estaba completamente cerrada.

―Drew, le ro-ro-rogaré al guardia de la entrada principal que-que nos deje pasar, él te entenderá ―pidió Ramsés, en un tono de voz nervioso.

Negué firmemente, esbozando una sonrisa tranquilizadora. Ramsés siempre ha sido un chico demasiado nervio, pero esperaba con el tiempo y la ayuda adecuada logrará controlar sus emociones.

―Conozco las reglas, Ram ―aclaré, estirando mi mano para tocar su hombro, pude sentir que él se acercó y logré darle un apretón―. Después de las 12 se cierra la entrada principal, sin excepciones.

―Pe-pe-pero está oscuro y solo...

―Sin excepciones me incluye aunque no pueda ver, Ramsés ―señalé―. ¿Cómo queremos que nos vean como personas independientes, si nosotros mismos vamos a pedir un trato especial? Así no se logran los cambios.

―Se le llama ser empáticos ―corrigió con delicadeza.

Sonreí, pero no contesté. Sabía que era ser empáticos, sin embargo, ya no podía fiarme de nada ni nadie, si quería algo tenía que ganármelo yo mismo con mi esfuerzo, no aceptaría que me dieran un trato especial solo por tener una discapacidad.

―Bien, amigo, me voy a mi habitación ―solté, quitando mi mano de su hombro y estirando mi bastón para tantear el suelo.

―¿Qué? No te dejaré irte solo, yo-yo-yo te acompañaré ―negó y pude escuchar en su voz tonos de ofensa, supongo que al yo creer que me dejaría ir solo.

―Ram, pasan de media noche, tienes que llegar a casa y estoy seguro de que tienes a tu madre preocupada ―giré mi cabeza, hacia la dirección de su voz.

―No puedo dejarte aquí, al menos te acercaré hasta tu campus...

―He recorrido mil veces estos lugares ―expliqué, tratando de hacerlo entrar en razón―. Me gusta dar caminatas largas, me sé de memoria cada camino de este lugar y lo sabes.

―Drew...

―No, ve a casa y descansa. Hace unas horas fue un día... ―me frené, tratando de encontrar la palabra adecuada―. Diferente, liberador y... asombroso, todo gracias a ti, Ram.

Él soltó una risa seca, cohibido y avergonzado.

―Fue gracias a Wesley, que nos enseñó.

―Uhm, sí, pero si tú no lo hubieras sugerido, jamás hubiera pasado. Sabías que nos rehusábamos a salir y te aferraste a la idea con todo en tu contra ―expresé sintiéndome orgulloso―. Como dijo Albus Dumbledore: "Hay que tener un gran coraje para enfrentarse a nuestros enemigos, pero se necesita aún más valor para enfrentarnos a nuestros amigos"

El club de los InadaptadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora