19 de Febrero, 3064. República de Euonia, tribu Kinu.—. ¡Ara, te ha llegado una carta!
Ara alzó la vista al escuchar a Rhea caminar hasta el salón con un pequeño sobre de papel en sus manos. Cuando se lo entregó, Ara pudo reconocer la letra de la General Baku en el sobre y ansiosamente rompió el envoltorio para sacar la carta dentro de este.
—. ¿Qué dice?—preguntó curioso Colin asomándose a donde la muchacha se encontraba leyendo atentamente la carta.
—. Tengo que volver al campamento...—murmuró la joven levantándose del sofá donde se encontraba y corriendo hasta una de las habitaciones por sus cosas.
—. ¿Vas a volver?—cuestionó Rhea mirando a su hermana con preocupación.—. Pero...¡acabas de llegar! ¿Y si te pasa algo...?
—. Estaré bien, Rhea.—dijo la muchacha para tranquilizar a la adolescente. Se colocó en cuclillas para que Rhea no tuviera que estirar su cuello y tomó entre sus manos sus hombros y le miró dulcemente—. He sobrevivido hasta ahora...y lo volveré a hacer.—Ara dejó un beso sobre la frente de Rhea y cuando se separó le dio una última sonrisa—. Haré de este mundo un lugar mejor para ustedes.
Ara se levantó de donde estaba y fue a despedirse de sus demás hermanos; de Colin que ya estaba en el nuevo taller de la casa preparando el armamento para intercambiarlo y dárselo al ejército, de Ágatha y Erasmus que estaban acurrucados sobre una de las camas de las habitaciones mirando un programa infantil en un viejo televisor cuadrado, volvió a darle un abrazo a Rhea y antes de irse, tomó el cuadro sobre la mesa a un lado de la puerta con el retrato de Zeth dentro de su vidrio; lo besó cortamente y lo dejó sobre su lugar.
En aquella carta, la General Baku le había expresado sus disculpas por la discusión que habían tenido antes de partir, también le había explicado que Taehyung había sido de ayuda para abrirle los ojos y darse cuenta de que, a pesar de que la guerra estaba perdida sin ella, la guerra también estaría perdida si Ara seguía en su cargo habitual, simplemente redactando cartas al congreso. Era una invitación, una orden, pero más que nada una súplica para que Ara volviese al ejército y entonces, Mirana le podría conceder su ejército y su mando.
Entonces, Ara partió de nuevo hacia el campamento militar. Tuvo que caminar hasta la central de autobuses que habían reconstruido después del terremoto, después tomó un tren que la llevó hasta la bahía de la tribu Yaman, se bajó y caminó hasta la entrada del campamento. Sonrió satisfecha y siguió caminando.
Al entrar, Ara se topó con Argus Mylona, un soldado que hasta hace un mes era tan sólo un ayudante a la ex general Sibyl Makris y traía cargamento; pero ahora, Argus estaba enfundado en el uniforme que solían llevar los generales en el ejército, sus pantalones color crema y encima un tipo de saco corto con una medalla reluciente que denominaba su cargo.
—Ara sonrió al observar aquel detalle en el uniforme de su compañero y le saludo como todo soldado saludaba a su comandante—. General Mylona.—pronunció Ara parándose firme. Argus y ella rieron ante la situación y la joven pudo dejar de lado su posición—. Te han ascendido...
—Argus asintió contento—. Y tú has vuelto.
—. No podría perderme esto por nada. Es mi guerra y voy a pelearla.—sentenció Ara con orgullo.
—. Perfecto...—mencionó Argus entregándole a la joven su nuevo uniforme y posteriormente, sacó una medalla igual que la suya del bolsillo de su pantalón y se lo colocó sobre la ropa de civil de Ara—, General Stavrou.—dijo de la misma forma en que Ara había hecho cuando llegó y le saludó colocando su mano recta sobre su frente. Argus volvió a su postura relajada y señaló con un movimiento de cabeza la carpa del campamento—. Te está esperando.
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Fire Drill; K.th
Fanfiction"Pero, si el mundo se estuviera acabando, vendrías, ¿verdad?" Después de la tercera guerra mundial, el mundo ha quedado dividido en dos y justo en medio de la tempestad entre sus naciones, Ara Stavrou y Kim Taehyung comienzan a intercambiar cartas...