Októ

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5 de Octubre, 3063. República de Euonia, Búnker estatal.

"Taehyung...

El lunes 4 de Octubre, una bomba atómica cayó sobre dos territorios de Euonia, uno de ellos el de mi tribu. No he visto a mis padres desde que sucedió el terremoto y probablemente no los volveré a ver.

Obedecí tus indicaciones ciegamente, avisé al supervisor del búnker que tenía un mal presentimiento y que resguardara a las personas. Sólo pudimos salir un momento por la mañana del lunes antes de volver a entrar y escuchar desde abajo de la tierra la rotunda explosión sobre nuestra tribu.

Perdí de vista a mi hermano Zeth antes de volver a entrar al búnker. Cuando hicimos el conteo adentro de todas las personas, me di cuenta que no estaba aquí. Lo más probable es que Zeth se haya quedado afuera al momento de la explosión. No creo en ningún dios en específico, nunca se me dio la religión, pero podría rezar rosarios enteros y hacer plegarias de rodillas a todos los dioses con tal de que mi hermano siga vivo allá afuera, con que se haya escondido debajo de los escombros del terremoto y haya sobrevivido a la bomba.

Sólo tengo una pregunta para ti. Porque no hay explicación más coherente, que tú tengas que ver con todo esto.

¿Como sabías sobre la bomba?

Estaré escondida en este búnker hasta la semana próxima, por el riesgo a que otra bomba nos azote. Hasta entonces, no hay manera de que nos levantemos en armas contra Kalon.

Yo te quiero, Taehyung. Pero si eres parte del grupo de genocidas que le han hecho esto a mi tierra y a mi hermano, te juro que no tendré piedad con ninguna persona viviente en los distritos. Arderán como nosotros ardimos.

Y si tú me quieres, Taehyung, sabrás lo importante que es que te unas a los rebeldes justo como yo.

Atte. Ara Stavrou."


—. ¿Vas a terminarte eso?—preguntó Rhea señalando el pedazo de pan en manos de Ara. Ella observó la pieza de pan sin ganas y terminó entregándosela a su hermana.

—. ¿Cuando podemos salir?—dijo esta vez Colin sentándose a un lado de Ara.—. ¿Harás algo, verdad? No podemos quedarnos así.

—. Lo tengo controlado, Colin.—respondió la muchacha cruzándose de brazos—. La guerra es la única forma de liberarnos. Y lucharé para que la muerte de Zeth no sea en vano. Pero solamente hay una mujer que nos puede dar la orden para levantarnos en armas.

—. ¿Y quien es?

—. Mirana Baku.—contestó Ara—. La General Mirana Baku.

La nieta del jefe Baku, Mirana, después de la muerte del profeta se proclamó la nueva autoridad de la nación. La General Mirana Baku era una mujer seria, inteligente como los mejores físicos y valiente como cualquier soldado. Desde la explosión de la bomba, Mirana había tomado una posición de rebeldía contra la supuesta paz armada entre Kalon y Euonia.

Habían pasado siglos desde la tercera guerra mundial, donde ambas naciones se habían jurado no volver a pelearse, haciendo tratados donde ambos tendrían su trabajo individual y eligieran su forma de gobierno, así como su propio sistema económico sin intentar interferir el uno con el otro.

Pero en el primer momento donde una persona de Euonia quería entrar al territorio de Kalon, ellos se negaban rotundamente. Nunca ofrecieron ayuda alimentaria ante la crisis alimenticia de Euonia, y una guerra seria la gota que derramaba el vaso en su trato injusto y discriminante contra ellos.

Después de una semana, la gente pudo salir de los bunkers y resguardarse en edificios del estado ante la falta de viviendas y el riesgo de volver a recibir un ataque. La General Mirana se presentó ante los refugiados, ofreciéndoles comida y ropa. Se paró frente a la multitud y con su voz profunda exclamó.

Fire Drill; K.thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora