Dekatreís

71 12 0
                                    


20 de Febrero, 3064. Estado de Kalon, Distrito dos.

La nación Kuma, el Estado de Kalon y la Republica de Euonia. Eran los tres territorios que habían sobrevivido a la masacre más atroz en la historia de la humanidad, la tercera guerra mundial. Sin embargo, la ambición y la crueldad de Kalon bajo el gobierno de Ítalo habían acabado con el territorio de Kuma. Estaban celosos de su dominio cultural con ambos países y de tener tierras más ricas que ellos. Todos sus tratados con Kuma estaban estipulados como una relación casi imperialista, lo cual enfureció a la gente.

La nación desapareció después de una independencia que terminó con la mayoría de la población. Había muchas características típicas de Kuma, características que parecían sacadas de un cuento de hadas o una historia fantástica. Al pueblo de Kuma los caracterizaba su aspecto níveo casi albino, sus ojos violetas y su cabello rubio o platinado.

Pero para Ítalo, las personas con esas características estaban relacionadas con el diablo, con la destrucción, la decadencia, el deseo y la perdición. Les había lavado la cabeza a las personas de Kalon con estas ideas para exterminarlos a todos.

O casi todos.



—. Hemos llegado.

Anunció el marqués ítalo bajando del primer vagón del lujoso tren en el que iba transportado. Un tren color azul metálico con refuerzos de titanio y un amplio interior. Taehyung bajó del transporte después del marqués y se colocó a su lado hasta que el tren siguió su recorrido y desapareció por la vía.

—. ¿Por qué el distrito dos, mi señor?—preguntó el soldado colando sus manos dentro del gran abrigo negro que llevaba puesto para protegerse del frío. El distrito dos se veía muy distinto al distrito ocho donde Taehyung había crecido. Las temperaturas eran mucho más bajas y el cielo azul tomaba un color grisáceo a pesar de que fuesen apenas las doce del día.—. ¿Quiere que celebremos la independencia aquí?

—Ítalo rió sacudiendo su estómago—. Claro que no, muchacho.—respondió el marqués comenzando a caminar hacia la entrada a la civilización lejos de la estación de trenes.—. Vamos a encontrarnos con alguien importante para el festejo.

—. ¡Su majestad!

Ambos se giraron para observar el origen de aquel llamado. Aquella voz frágil y delicada, dulce como la miel y armoniosa como el canto de los pájaros, provenía de nada más y nada menos que de una mujer de pequeña estatura parada sobre la entrada de la estación de trenes.

Taehyung se fijó detalladamente en ella, su ropa de invierno era completamente púrpura, su cuello estaba rodeado por una bufanda del mismo color que sus prendas y su cabello platinado y alborotado se movía por el viento cuando aceleró su paso hasta donde estaban ambos. Cuando Kim le vio de cerca enarcó sus cejas sorprendido al observar el color violeta de los ojos de la chica, combinaban con toda su vestimenta.

No había visto unos ojos similares a aquellos, sus pupilas brillaban y su sonrisa se ensanchó al observar al marqués.

—. ¡Megara!—exclamó Ítalo tomando entre sus grandes brazos a la pequeña mujercita y después la soltó—. Meg, él es el General Kim Taehyung.—mencionó señalando al muchacho a su lado.—. Kim, ella es Megara Sarris.

—. Es un placer.—pronunció Taehyung con una reverencia frente a la chica.

—. ¿Se queda a planear, su majestad?—preguntó Megara mirando con una sonrisa grande al hombre.

—. No, querida.—respondió Ítalo—. Tengo cosas que hacer en el distrito uno, pero te dejaré con Kim. Infórmalo sobre los preparativos de la fiesta.

Fire Drill; K.thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora