2 de Febrero, 3064. Estado de Kalon, Distrito cinco.—. ¡Idiota!—un golpe—. ¡Bastardo!—otro golpe—. ¡Imbécil!—uno más.—. ¡Nos estás costando la guerra, Kim Taehyung!—exclamó el Marqués Ítalo mientras su palma volvía a azotar contra la mejilla roja e hinchada de Taehyung.
—. Su majestad...—murmuró Taehyung volviendo a incorporarse después de haber caído al suelo por los golpes—. Aún tenemos a los rehenes...
—. ¡¿Unos rehenes servirán?!—gritó molesto el hombre—. ¡La vida de esos rehenes vale mucho menos que la de un soldado!
—. Su majestad...
—. ¡No quiero más excusas!—volvió a gritar—. ¡No puede ser posible que un grupo de tontos idealistas nos estén venciendo, Kim!—se quejó—. No nos superan en armas, ni en soldados, ni en planes...¿por qué estamos perdiendo?
—. Ellos...atacan por las noches.—repuso el soldado sin mirar al marqués y manteniendo su mirada agachada.—. Los soldados necesitan dormir y...
—. ¡Que no duerman entonces!—reclamó gritándole de nuevo en la cara a Taehyung—. ¡Me importa poco que mueran de hambre o se desmayen de sueño! No nos pueden vencer en una guerra que ya he ganado yo...
—. Su majestad, no es como debería ser...
Entonces, Ítalo volvió a abofetear a Taehyung, mucho más fuerte que las veces anteriores, tirándolo al suelo de la base militar. El joven intentó volver a levantarse, pero temblaba tanto y tenía tan poca fuerza que se quedó en el suelo y tan sólo se sostuvo con sus antebrazos. Mantuvo su mirada firme, tragándose el nudo de su garganta y aguantando las ganas de llorar.
Ítalo se puso en cuclillas y observó al chico derribado sobre el suelo, con su mejilla comenzando a tornarse morada sobre su pómulo por los golpes y su piel ardiendo en color rojo. Suspiró al verlo así y cambió completamente su expresión dura, para mirarle con compasión y tristeza.
—. Se qué haces lo mejor que puedes...—dijo colocando su mano sobre el hombro de Taehyung. El soldado respingó ligeramente ante su tacto, confuso ante el repentino acto de fraternidad después de que le golpease de forma tan agresiva—. Te lo he dicho antes, Kim...
—. ¿El qué, su majestad...?—preguntó cohibido desviando su mirada de la suya con temor.
—. Que para mí...—suspiró de nuevo—, eres como el hijo que nunca tuve.—pasó su lengua por su mejilla interna y chasqueó mirando a Taehyung con una sonrisa ladina, casi burlona—. Desgraciadamente eres lo único que me queda de mi querida Oriana...
—. Oriana...—murmuró Taehyung.
—. ¿La extrañas?—preguntó mirándole con las cejas enarcadas.
—. Mucho, su majestad.—mintió juntando la osadía para verle a los ojos—. Quisiera que siguiera aquí...
—. Yo también, Kim.—confesó el marqués—. Yo también...
El marqués se levantó del suelo y con un suspiro cansado acomodó su ropa y después de mirar a Taehyung aún sobre el suelo, se despidió cortamente.
—. Prepárate para mañana.—dijo sin mirarlo a los ojos—. Adiós.
Ítalo abandonó la base militar, subiendo a su lujoso y ostentoso vehículo estacionado frente a la base. Taehyung, aún sobre el suelo comenzó a llorar.
Había muchas cosas que Taehyung podía lamentar, pero el ayudar a los rebeldes de Euonia en la guerra no era una de ellas. El soldado estaba dispuesto a hacer lo que fuera, traicionar a su nación, matar a su esposa, asesinar gente de poder y convertirse en un soplón, con tal de volver a ver a Ara Stavrou.

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Fire Drill; K.th
Fanfiction"Pero, si el mundo se estuviera acabando, vendrías, ¿verdad?" Después de la tercera guerra mundial, el mundo ha quedado dividido en dos y justo en medio de la tempestad entre sus naciones, Ara Stavrou y Kim Taehyung comienzan a intercambiar cartas...