Capitulo 98

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(Narrador Omnisciente)

La desesperación, impaciencia y molestia empezaba aumentar en Emilio.

El Alfa no sabía que más hacer, habían pasado día y noche, buscando información sobre la supuesta nueva ubicación en donde se encontraba su Omega.

Lisa, CM, Zab, habían pasado buscando sin descansó, pero no lograban mucho, al parecer Emma Kim, había armado su plan muy bien y con ello evitando que los rastrearan fácilmente por ningún medio.

Mientras tanto, Emilio estaba llegando a su límite de pasciencia, no dormía, comía muy poco, no tenía tiempo para nada, sus pequeños le quitaban mucho tiempo, aún así, él no se quejaba de ello, trataba de hacer todo lo posible por mantenerse cuerdo, aunque su aspecto decía otra cosa.

El Alfa había adelgazado notoriamente, sus mejillas habían desaparecido, las ojeras bajo sus ojos, empezaban aumentar en demasía, su cabello antes brillante y platinado, ahora empezaba a desaparecer, dejando un decolorado muerto y maltratado.

Asher se había empezado a preocupar por el Alfa, trataba de ayudarle en todo con los cachorros, pero nada parecía mejorar aún así.

En dos días, Emilio había un armado plan para atacar otras guaridas de mafias que habían colaborado con el secuestro de su pequeño Omega. No dormía bien por tratar de sacar información, lo cual no resultaba del todo, pues esas pequeñas mafias, no sabían absolutamente nada.

El Alfa estaba tan cansado que incluso sus horas de almuerzo las utilizaba para dormir, máximo media hora, de lo cual la mayoría lo dejaba tranquilo, procuraban no hacer demasiado ruido y de ser posible, nadie lo despertaba, aunque eso molestará después al Alfa.

Aunque una persona en específico, creyó que podía aprovecharse de tal acto y claro que el play para beneficiar a esa persona dio bastante resultado.

Una noche, el Alfa pidió si podían llevarle su cena a su habitación, pues deseaba estar un momento a solas con sus cachorros, arrularlos él mismo, darles de comer y después dejarlos dormir como un par de angelitos.

La puerta fue tocada lentamente, entrando por ahí la Omega, que llevaba su cena, aún si no era de mucho agrado para el Alfa, terminó aceptando.

- ¿Por qué no vino Rose a dejar la cena? - Preguntó sin mucha importancia el Alfa.

- Está ocupada Jefe, Lisa le pidió que hiciera unas cosas por ella - Respondió la Omega.

- Sabes muy bien que ya no es de mi agrado que seas tú quien se acerqué a mis pequeños Leila - Dijo de mala manera el Alfa.

- Lo sé Jefe y prometo no incomodarlo, solamente le quise traer la cena y este detalle, para que trate de relajarse - La Omega dejó la bandeja sobre una mesa y sacó una botella de vino, la cual mostró al Alfa.

- Bien, déjalos ahí, yo cenaré en un momento - Leila asintió y dejo todo sobre la mesa.

- Jefe - Inició la Omega - Yo... Quería pedirle disculpas por las palabras que dije la otra vez, no fue mi intención, estuvo mal y estoy consciente de ello - Decía la Omega, mientras vertía un poco de vino sobre una copa, todo bajo la atenta mirada del Alfa.

- Si sabías que estaba mal que dijeras estupideces, ¿Por qué mierda lo hiciste entonces? - Preguntó un molesto Emilio.

- No lo sé jefe, se que Minnie regresará pronto y en verdad, eso no volverá a suceder - La chica le dio la copa de vino al Alfa, quien la tomó entre sus manos y dio un rápido trago, pues parecía que realmente lo necesitaba.

El Omega de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora