El Omega de la Mafia

Capitulo 149

(Narra Emilio)

Observaba detenidamente al hermoso ser que dormía a mi lado. Mientras acariciaba su mejilla y admiraba su tierna e insuperable belleza.

Hace unos meses, está habitación, fue mi nido de sufrimiento, esta misma habitación fue testigo del dolor y tristeza profunda que viví, al creer muerto a mi amado Minnie, al sentirlo lejos y creer que jamás lo volvería a ver. Me llené de su esencia con sus prendas, sábanas y su inseparable almohada, su olor fue desapareciendo poco a poco, con el pasar del tiempo, hasta dejarme totalmente destrozado.

Pero todo cambió.

Minnie está aquí, a mi lado, en nuestra cabaña, su aroma está en toda la habitación, sus prendas pronto volverán a llenarse de su aroma, las sábanas de nuestra cama están impregnadas de este mismo, y yo, me deleitó con su embriagante y dulce aroma.

Sonreí al sentir a mi lobo ronronear de gusto, por los coqueteos que el lobo de Minnie le enviaba. Ambos están en su mundo y yo, tengo al mío frente a mí. Tengo a mi mundo conmigo, quizá la guerra esté por terminar, quizá sea el inicio, el final, no lo sé. Pero de lo que siempre estaré seguro, es que pase lo que pase, tendré a mi amado Omega conmigo, lo apoyaré en todas sus decisiones, así como él lo hace conmigo.

Sin duda alguna, la madre luna escogió al destinado perfecto para mi.

Escuché el pronto llanto de Melody. Así que me levanté con cuidado dejando un beso en los belfos de mi amado y caminé hasta la habitación de mis pequeños, que estaba al lado de la muestra.

Al entrar, pude ver el rostro de mi tremenda Melody, como diciéndome "me cargas o te hago berrinche" y bueno, Melody es una nena especial, tiene el carácter de Joaquín, ¿Qué puedo hacer yo contra ellos?

- Eres una consentida Melody Osorio - Achiqué mis ojos y la tomé en brazos, una sonrisa apareció al instante y comenzó a babear mientras movía sus manitos de lado a lado - ¿Que leche te dan mocosa?, Hueles muy mal eh - Dije con un puchero.

Melody se mantenía sonriente y moviéndose como gusanito, ella jamás está quieta. Sin duda, Asier es todo lo contrario a Melody. La recosté en el cambia pañales y me preparé mentalmente para cambiar este sucio pañal.

- Parece que disfrutas hacer sufrir a tu papi, ¿No es así? - Melody balbuceaba y hacia burbujas con su misma saliva mientras puchereaba y chillaba con emoción, supongo.

La cambié reteniendo la respiración durante largos segundos que creí no lograr. Debería de obtener un premio Ginés por aguantar la respiración largos segundos o quizá minutos, no lo sé.

Al terminar, tome una mamila que solo debía calentarla un par de segundos y comencé alimentarla. Mi pequeño Asier es un ángel que permanecía dormido y tranquilo, él es igual a mí. Ama dormir.

- Está escena es la número uno en mi lista de momentos favoritos que tengo de ti - Escuché la voz de mi pequeño Minnie. Sonreí y me volteé, viéndolo recostado en el marco de la puerta.

- ¿Tienes una lista de tus momentos favoritos sobre mi? - Pregunté mientras me acercaba a él, para después tomarlo de la cintura y apegarlo a mi.

- Claro y la siguiente en la lista es verte hot, pero ya sabes, debemos resistir solo un poco.

Estuve a nada de lanzar una carcajada al aire, pero Joaquín poso sus labios sobre los míos y retuvo su risa junto a la mía. Claro que no deseábamos despertar a los pequeños diablos en este momento.

- Eres... Todo un caso Joaquín Bondoni - Susurré aún con deseos de reír fuerte.

- Pronto un Osorio - Me guiñó el ojo.