Capitulo 126

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(Narrador Omnisciente)

- Entonces... ¿Es verdad que Em
A es tu madre? - Preguntó el Alfa a su Omega.

- Lo es, desearía que no fuera real, pero lo es - Se escuchó la decepcionada voz del menor.

Emilio y Joaquín lograban comunicarse solo de 10 a 15 minutos diarios, lo habían descubierto la segunda noche que hablaron e intentaron armar un plan.

La pareja se encontraba cada quien recostados en sus respectivas camas, ambos con los ojos cerrados y centrados en lo que sus mentes decían, conectándose y hablando por medio del lazo.

Sin embargo, Joaquín no se daba cuenta que sus pensamientos estaban siendo invadidos por la droga que habían metido en su organismo desde la noche en que lo secuestraron, única droga que se podía destruir con ayuda de otra droga.

- Amor - Llamo Joaquín - Es hora de armar el plan, antes de que el tiempo se nos acabe - Dijo el Omega.

- Cierto, Minnie, ¿Tienes acceso al sistema de seguridad de allá? - Preguntó el Alfa.

- No, Emma me tiene demasiado custodiado estos días, no me deja ni a sol ni sombra, bueno... Aquí nunca hay sol - Río sin gracia el Omega.

- Intenta primero lograr entrar al sistema de seguridad Minnie, tú los manejas hasta con los ojos cerrados cielo - Indico el Alfa - Cuando lo hayas logrado seguirán los demás pasos.

- Bien, espero lograr entrar, cuando lo haga, debo buscar la ubicación exacta de este lugar y luego...

- Buscar la forma de enviarme esa ubicación Minnie, ¿Crees que puedas?

- Mailo, soy Joaquín Bondoni, todo lo puedo, ¿Qué esperabas? - La pareja río en sus mentes y en verdad amaron el momento.

Aún si se estaban comunicando exclusivamente para armar el plan, esos momentos los estaban guardando muy bien en sus mentes, estaban logrando tener una conexión, comunicarse a través de sus mentes y eso los aliviaba, les daba las fuerzas necesarias para seguir adelante. Sus corazones estaban tranquilos, sus lobos emocionados de por fin sentir su conexión, estaban en paz. Aún si la situación no era para nada tranquila o porque sentirse en paz, ellos lo estaban, pues lograban comunicarse como tanto habían deseado hacerlo.

- Tienes razón amor, puedes hacerlo - Afirmó el Alfa - Nos quedan tres minutos cielo - Dijo con desánimo el Alfa.

- Dime Mailo... ¿Cómo están mis pequeños?, Dime qué... Están bien y que son dos hermosos pequeños - Pidió el Omega.

- Son dos cachorritos hermosos mi vida, están creciendo saludables, son tan tiernos y adorables, se parecen mucho a ti cielo.

Joaquín soltó lágrimas de dolor al imaginarlos, sobre todo porque tenía una fotografía de sus tres amores, su pecho dolió al no poder tenerlos con ellos, pero trato de tranquilizarse, sabía que no era el momento de sentirse débil, su lobo lo estaba por la lejanía de sus amores y sentirse aún más débil no ayudaba.

- Dales muchos besitos por mi Emi, diles cuánto papá Minnie los ama, cuídalos, protegelos y... Jamás los dejes solo cariño - Dijo entre medio de lagrimas el Omega.

- Ellos saben de tu amor hacía ellos mi cielo y te prometo que se los recordaré cada día, los cuido y los protejo con mi vida.

- Los amo...

En ese momento la conexión se perdió y ambos en sus lugares soltaron nuevas lágrimas, no sabían que más decir para describir su dolor, sus corazones rotos y sobre todo, intentar sentirse bien para transmitir tranquilidad al contrario.

El Omega de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora