Escucho a mi mamá caminar por la casa, siento que se detiene en la puerta de mi habitación pero sabe si entrar, lo notó por el sonido en la puerta pero finalmente se decide y entra.
-Hija, hace días te noto... Rara- dice sentándose a mi lado y empieza a acariciarme la cabeza, como extrañaba esa sensación, me recuerda cuando era niña.
-Estoy bien- fingí una sonrisa.
-Sé que no lo estas, hoy has faltado al colegio, aún sigues en cama y ya casi ni comes ¿Qué tienes?
-Nada, solo estoy cansada y pues algo me había caído mal… nada mas- dije ocultando un poco lo que de verdad me pasaba.
-¡¿Estás embarazada?!- dijo mi mamá histérica, un poquito histérica.
-¿Qué? No mamá,soy virgen- dije, acto seguido mi mama empezó a reir conmigo.
- Ay lo siento hija- suspiró- ¿No irás al partido hoy?
-Creo que no- aparté la mirada.
-Pero es importante para Max… para Jake.
-Ellos ya no me hablan, al igual que las chicas- dije recordando todo.
-¿Por qué?
-Hubo un mal entendido causado por Melissa, pero ellos no me creen ¿Irás a trabajar?-intenté cambiar de tema.
-No, hoy no, ire a ver el partido de fut, la otra semana es el de básquet.
-Bueno, me cuentas que tal estuvo- me di la vuelta en la cama. Escuché como mi mamá suspiraba y sé qué ella no está de acuerdo con mi decisión.
-Hija, no puedes tirar tu vida al tacho porque una persona trata de arruinártela, creo que a ella le incomodaría verte bien. Si tú sabes que eso no es cierto, pues ve con la frente en alto.
-Creo que sí, bueno vamos al partido, me alisto y salimos ¿si?- dije "decidida" aunque en realidad estaba nerviosa, no sabía como actuarían ellos al verme.
Me duché y cambié rápidamente. Afuera hacía frio y yo no sabía con que polera ir, abrí mi armario, lo primero que noté fue la polera de Jake, decidí ponérmela. Bajé corriendo, mi mamá sonrió al ver que la polera que traía era de Jake. Subimos al auto, aún sentía ese dolor, pero tengo la esperanza de que hoy las cosas cambien. Me he aferrado a Jake y ahora lo perdí, me aferré a los chicos pero también me dieron la espalda, solo me quedaba mamá. Al llegar a la escuela todo el mundo miraba él auto, sabían que yo estaba ahí y en los últimos días todos me juzgaban. A veces deseaba huir pero sabía que esa no era la solución a las cosas.
-Hija ya llegamos- dijo mamá sacándose el cinturón de seguridad.
-¿No me puedo quedar en el auto?- dije haciendo un puchero.
-Si quieres, te contaré que tal le fue a tu hermano ¿Estarás bien?
-Eso creo, de afuera no me pueden ver- dije señalando las lunas polarizadas.
Mamá me dio un beso en la frente después bajo del auto pero me dejo las llaves puestas. Escuché a alguien saludar a Mamá y en unos segundos supe quien era.
-Hola señora Daniela ¿Cómo ha estado?- dijo Jake saludando a mí mamá.
-Bien hijo ¿Y tú?- mi mamá estaba hablando con un tono de voz extraño.
-Bueno, he tenido mejores días ¿Y Han?
-Ella está…- mamá no digas que he venido. Por favor. Ojalá pueda leer mi mente- también ha tenido mejores días.
Jake rió- si todo es complicado en la escuela. Bueno ya me voy.
-Vamos por ahí- fue lo último que dijo mamá.
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Estaré ahí si caes.
Teen FictionYo no creía en el amor a primera vista. No pensé que fuera posible que una persona te cause tanto dolor y al mismo tiempo te haga amarlo. Amor. Dolor. Una cuestion que nunca entendí, hasta que me tocó vivirlo. Hubiera preferido no hacerlo.