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Habían pasado por lo menos tres semanas desde la última vez que vio a JungKook, cuando le confesó sobre sus hijos, desde ese entonces lo había dejado ahí, en esa cabaña, vigilado al cien por ciento, no podía bajar por ningún motivo, cuando miraba por el balcón, los veía merodeando en los alrededores, le llevaban la comida siempre a las mismas horas, nunca era la misma persona, los doctores iban a revisarlo, pero no le decían nada a él, aún sentía dolor, no podía hacer demasiado esfuerzo.

Estaba molesto consigo mismo, lo había arruinado de una forma atroz, si alguien no deseado se enteraba que había desaparecido, las cosas se pondrían mal, no tenía su celular, por lo que no podía contactarse con nadie. Suspiró mirando alrededor, no le gustaba estar en cama, pero tampoco era como si pudiera moverse demasiado, la soledad le estaba haciendo una mala jugada a su mente.

Tocó la puerta y espero, hasta que un hombre alto abrió y se asomó.

—Necesito ayuda.

—Bien ¿Con qué?

Caminó cuidando de no poner mucho peso en su tobillo hasta la cantinera, había estado maquinando ese plan desde la mañana, esperando sacar algo de información.

—Esa botella de vino.

El vino estaba muy arriba, no podía alcanzarlo, el hombre le miró y asintió, se estiró tomando una.

—Esa no.

Señaló otra, pero Taehyung negó.

—¿Cuál?

—Si me cargas, puedo alcanzarla yo.

—¿Qué?

Taehyung se posicionó frente a él, tomando sus manos para dejarlas en su cintura, sólo llevaba una camisa amplia que le llegaba a los muslos, el hombre se tenso, y el se pegó más a su cuerpo.

—Suéltalo, antes de que te rompa el cuello.

El hombre salto del susto hacía un costado, Taehyung se volvió para mirar a JungKook parado en la puerta con el semblante frío, suspiró molesto.

—Vete.

No tuvo que decirlo dos veces, el hombre se fue rápidamente. JungKook se acercó, bajando cualquier botella de vino, la descorchó y sirvió en una copa, le tendió está esperando con el mismo semblante de frialdad, Taehyung chasqueo la lengua y tomó la botella para beber directo de ella. Regreso sus pasos a la cama, enfatizando en cojear, para causar algo de lastima, se sentó en uno de los sillones mirando la chimenea prendida.

JungKook se sirvió un vaso de Whisky y caminó hasta posicionarse frente a él, recargado en la piedra de la chimenea, mirándolo fijamente.

—Vine a hablar.

—Yo no quiero hablar contigo.

—Yo soy quién debe estar molesto, no pierdes el tiempo de hacer que los demás caigan en tus redes.

—¡Estás de joda! Te fuiste por semanas, no supe nada y estoy aquí encerrado y aburrido.

—Tenía asuntos pendientes.

—¿Crees que eso lo hace menos malo? Jodete cabrón egoísta de mierda.

JungKook bufó rodando los ojos. —Estuve al pendiente de ti, por eso sé que tus heridas están mejorando muy bien.

—No me interesa, ya te dije, habría preferido morir.

El rostro de JungKook se enfureció aún más. —Te investigue, en eso estaba, necesitaba pensar antes de...saber que hacer o decir.

The Circus Of Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora