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Besaba con fervor a aquella rubia que se frotaba sobre su cuerpo, era sensual y candente. Tomó su cabeza e hizo que esta bajara por su pecho hasta su entrepierna muy despierta, ella comenzó a hacer su trabajo bucal y él gruñó sin soltar su cabello, miraba la ventana, su habitación daba al jardín trasero, entonces lo vio, al chico nuevo saliendo y subiendo poco después a una motocicleta, elevó una ceja. Jungkook sonrió, aquel chico le parecía demasiado interesante, relamió sus labios y bajó la mirada a la chica, se encogió de hombros y la levantó para subirla al escritorio y cogerla con fuerza.

Ochen' interesno, mne eto nravitsya. (Muy interesante, me gusta)









El viento frío golpeaba su cuerpo, abrazó con sus piernas y sus brazos, iban a alta velocidad, cerca de la universidad estaba el bosque, tenían que alejarse lo que pudieran de los ojos curiosos, la motocicleta se detuvo detrás de unos árboles, estaba demasiado oscuro, bajó de esta y uso su teléfono para alumbrar alrededor.

Joder, hace frío—gruñó—. ¿Tienes cigarrillos?

El chico se acercó y le puso uno en la boca, encendió el encendedor y espero que lo prendiera. —¿Qué tal todo?

Una mierda de lo mismo, el abuelo no se equivocaba, aquí hay muchas cosas interesantes—se encogió de hombros—. ¿Te vieron?

Fui cuidadoso—negó—. Te he extrañado, todos te extrañamos, pero estamos esperando.

Thiago—sonrió ladino—. No debes extrañarme demasiado, sabes que esto puede tomar mucho tiempo.

—¿Conociste a los mellizos?

Sí, son lindos—bufó—. ¿Qué sabes de un tal Válcov Jungkook?

El hijo del jefe de la mafia roja, letal, estaba en los archivos ¿Los habéis leído?

No, sabeis bien que eso no es para mí, para eso estás vos cariño—se acercó peligrosamente a él—. Presiento que será un dolor de culo, no me agrada.

Lo mantendré vigilado, lee los archivos, así será más sencillo.

—¿Tienes lo que te pedí?

Thiago asintió, tomó la mochila y la abrió, la puso sobre el asiento de la motocicleta y dejó que Taehyung alumbrara. —Dos revolver—las mostró—. Tres cajetillas de cigarrillos, dinero, tus dulces favoritos, municiones, dos dagas, tu liberta y dos sobres de felicidad—dijo mostrando las dos bolsitas de polvo blanquecino. 

Taehyung sonrió en grande. —Nunca me decepcionas amor.

Thiago se acercó a él, lo acorraló en un árbol y lo tomó fuertemente de la cintura. —Aunque estés aquí, recuerda que sois mío.

—Oh cariño, no, yo no soy de nadie, yo soy mío, no arruineis nada con sentimentalismos baratos y posesividad. Me gusta lo que somos ahora, no lo mandes a la mierda.

Lo vio dudar, así que Taehyung no tuvo de otra que terminar la distancia entre los dos y comenzar a besarlo. Tomó su cabello con fuerza, Thiago lo acorraló entre un árbol, tocó su cuerpo con desesperación, llevando sus labios a su cuello, Taehyung sonrió ladino, le encantaba tenerlo a sus pies, sabía que él no podía negarse a nada de lo que pidiera, cerró los ojos suspirando, la excitación estaba recorriendo su cuerpo.

Recuerda siempre—susurró tomándolo de las mejillas para mirar fijamente sus ojos—. Que sólo puedes tocarme porque yo así lo quiero, nunca lo olvides.

The Circus Of Darkness Donde viven las historias. Descúbrelo ahora