The Circus Of Darkness

09

La tensión dentro de ese baño era palpable por todos los aires. Yoongi maldijo cuando lo vio, recargado en la pared, con la mirada fija en su cuerpo, lo conocía muy bien como para saber que estaba molesto, mejor dicho, furioso, se acomodó el pantalón, yendo a lavarse las manos, nervioso. Una de las cosas que había aprendido desde joven era que hacer enojar a Jimin, era una sentencia a muerte.

—¿Qué haces aquí? —preguntó apacible.

Jimin no contestó, así que terminó por mirarlo, tenía más manos apretadas, se acercó.

—No me puedes reclamar, no puedes enojarte, porque nosotros no somos nada exclusivo.

—Come mierda. ¡Sei una merda, ti odio fottutamente! (Eres una mierda, te odio maldito)—grito.

—Cosa vuole da me? Non sei disposto a scegliere me. (¿Qué quieres de mí? Tú no estás dispuesto a elegirme)

—¡Ti amo e tu lo sai bene! (Te amo y lo sabes bien)—soltó con los ojos rojos, conteniendo el llanto de furia.

—Non posso più andare avanti così (Ya no puedo seguir de está manera) —dijo con un nudo en la garganta.

—¿Stai rompendo con me? (Estás terminando conmigo)—tragó en seco—. Beh, se lo vuoi in questo modo, ciao. (Bien, si así lo quieres, adiós)

Estaba por irse, pero Yoongi lo tomó del brazo e hizo que se diera la vuelta, Jimin se puso como loco, gritando y sacudiéndose para zafarse, lo tomó de los hombros tratando de detenerlo, pero estaba siendo imposible, terminó recibiendo un golpe en la mejilla, no lo soltó, lo empujó a la pared e inmovilizó sus manos sobre su cabeza.

—¡Basta!

—¡Eres un idiota!

—¡Tú también lo eres!

—¡Te acostaste con él!

—¡Y tú con JungKook! Te acuestas con él siempre que puedes. No me digas que no, que lo sé, la otra noche iba a tu habitación y los escuché...no me puedes pedir fidelidad, tú nunca me has sido fiel.

Las lágrimas descendieron por las mejillas de Jimin. —Es un trato, y lo sabes, lo sabías desde antes.

—Ya no quiero estar en medio de esto, pero te amo tanto, que es jodido ¿Por qué yo no puedo estar con alguien más y tú sí? No es justo.

Yoongi pegó su frente a la de él, apretó la mandíbula y negó.

—Vamos a terminar todo hoy.

—¿Por qué? ¿Acaso lo amas?

—Me gusta mucho, no lo amo, pero me gusta.

—¿Más que yo?

—No, nadie se compara contigo.

Jimin jadeó, negó tratando de soltarse, pero Yoongi lo agarro con más fuerza de las manos y de la cintura. Se acercó a sus labios y suspiró.

—¿Qué hago para que no me dejes? ¿Para que seas sólo mío? No quiero que toques a nadie más, no quiero que te guste alguien que no sea yo.

Yoongi lamió sus labios, probando su sabor, era adicto a él.

—No quiero que lo beses, no quiero que dejes que te toque, quiero que seas exclusivamente mío. ¿Verdad que no puedes hacer eso? Porque lo amas, lo sé.