Promesas

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Dedicado a idaniablinkriggs

La calma de un arroyo que corría alejó su mente errante del estrés, de la preocupación, de la eterna inquietud por sus amigos durante este viaje. El viaje para recuperar Erebor con la compañía de Thorin Escudo de Roble. Estaba sentada en un trozo de hierba verde, relajándose, cuando se oyó un crujido tras ella. Se levantó de golpe y con su espada lista para atacar.

-Tranquila, Idania. Soy yo- dijo el príncipe enano, Kili, con las manos en alto. La castaña suspiró bajando su espada.

-Kili- dijo suavemente, volviendo a su posición en el suelo y mirando de nuevo al nombrado. Ambos se sentaron uno al lado del otro sobre la hierba.

-¿Qué haces aquí fuera a estas horas?- preguntó Kili, mirando el cielo nocturno iluminado por una pequeña luna creciente.

-Despejar la mente y alejarme de todo el ruido- admitió Idania mirando a Kili antes de pasarse una mano por el pelo y mirar el agua. Se tensó cuando de repente sintió que una mano le apartaba suavemente un pequeño mechón de pelo que echaba de menos. Al mirar a Kili se relajó, el príncipe parecía distraído con el pelo de Idania. Inclinó la cabeza con curiosidad hacia él. Kili pareció darse cuenta por lo que sacudió la cabeza y bajó la mirada.

-Lo siento. Es que nunca he conocido a una mujer que tenga el pelo como tú, tan suave...- explicó Kili, mirándola de reojo. La muchacha lo miró, con una expresión de sorpresa en su rostro- Yo... lo siento. No pretendía incomodarte ni nada parecido- empezó Kili, lo que causó una leve sonrisa por parte de la chica, una acción que al enano le pareció hermosa.

-No te preocupes. Me siento halagada, eso es todo- admitió ella, con un rubor en sus mejillas- Es que nunca alguien me había hecho un cumplido por mi pelo, especialmente alguien que me parece atractivo- dijo, murmurando la última parte de la frase. Kili la miró y enarcó una ceja.

-Lo he oído- sonrió él y ella ocultó su rostro con la mano- ¿Por qué te escondes?- preguntó él.

-Porque Kili, me gustas- dijo ella, mirando hacia la hierba. Kili levantó la vista antes de ponerse de pie y trotar de vuelta al campamento. Idania miró hacia atrás y frunció el ceño- Buen trabajo Idania- murmuró con tristeza apoyando la cabeza en sus manos. Cerró los ojos y suspiró profundamente. Se quedó así un momento antes de que se sobresaltara al sentir una mano en su hombro. Levantó la vista y volvió a ver a Kili.

-He pensado en algo que creo que te va a gustar- dijo Kili antes de arrodillarse e indicarle que cerrara los ojos y se diera la vuelta. Ella alzó las cejas antes de hacer lo que él le decía. Sintió que los brazos de él iban a cada lado de su cabeza y le ataban algo detrás del cuello. Supo que le estaba poniendo un collar- Abre los ojos- dijo Kili y ella lo hizo. Miró hacia abajo viendo un cordón negro con una hermosa e intrincada cuenta. Miró a Kili con una expresión de felicidad.

-¿Para mí?- le preguntó y él asintió. Ella se inclinó hacia delante y le besó dulcemente la mejilla. Él miró con una pequeña sonrisa y señaló sus labios. Ella soltó una risita y le besó suavemente los labios.

-¡Lo sabía!- exclamó Fili. Idania miró sorprendida al ver que Fili recibía una bolsa de oro.

-¿Hablas en serio?- preguntó a los otros enanos que se unieron. Todos se limitaron a asentir y ella la sacudió antes de apoyarse en Kili.

Las semanas pasaron y el amor entre el enano y la castaña iba en aumento. Toda la compañía se alegraba de que finalmente estuvieran juntos, pues desde el primer momento en que se vieron ambos se enamoraron a primera vista.

-El amor- suspiró Balin viendo a la joven pareja entrelazar sus manos para entrar a Mirkwood- El amor es tan...

-Pegajoso- terminó la frase Dwalin con una mueca de asco en su rostro.

Al entrar en el bosque Idania sintió una enorme pesadez en su espalda, no le gustaba aquella sensación. Cada paso que daba era cada vez más costoso de dar. El aire le escaseaba, el cansancio le podía.

-Kili...- susurró antes de caer al suelo, agotada y sudorosa.

-¡Idania!

El joven enano se giró para encontrarse con la mujer que amaba desmayada sobre la tierra de aquel extraño bosque. Pronto la joven se encontraba rodeada de enanos quienes intentaban despertarla, pero no hubo ningún éxito.

-Es este bosque- aclaró Dori mirando a su alrededor alarmado.

-Pues salgamos de aquí- habló el rey enano mirando a su compañía- o seremos los siguientes en estar como ella. 


Tierra Media: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora