Frío

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Un frío persistente se apoderó de la compañía aquella noche, el cálido confort de un fuego no podría darse en lugares como éste. Podría resultar un error fatal con una manada de orcos cazándolos día y noche. Se aferraron a su abrigo para calentarse, luchando por estar lo suficientemente cómodos para dormir, incluso después de un día tan agotador de viaje.

Gloin hizo la primera guardia esta noche y se sentó en un tronco no lejos de su saco de dormir. Estar rodeado de enanos dormidos es algo a lo que Nelin se había acostumbrado después de viajar y luchar junto a ellos durante tanto tiempo. No había otros en los que confiara más en su seguridad, incluso si ellos habían tenido un comienzo difícil al principio, especialmente con Thorin, después de un tiempo formaron un vínculo más fuerte que la más estrecha de las amistades de su infancia.

Normalmente fue una de los primeros en dormirse, ya que estaba tan agotada por el camino del viaje. Pero últimamente parecía que el sueño se le había escapado, se ha convertido en un insomnio en los últimos días, sintiéndose exhausta pero muy despierto al mismo tiempo. Aunque sin duda estaba cansado ahora, ¡pero hacía un maldito frío!

Se sentó en el suelo frío y apoyó su espalda en el árbol que había justo al lado, dejando salir un derrotado soplo de aire visible en la fría atmósfera. Mirando a su alrededor, viste a la mayoría de los enanos con frío, y a Bilbo, el pobre, temblando en su sueño. Siempre le había sorprendió la adaptabilidad de los enanos, dormían tan profundamente incluso en el frío glacial, si tan sólo tuviera la misma perseverancia.

Una mano repentina en su hombro la asustó casi hasta la muerte, sacudió la cabeza para ver a un Kili engreído a tu lado, con esa estúpida sonrisa de lado suya.

-Supongo que usted tampoco puede dormir, señorita Nelin.

-No con este maldito frío- se burló.

Kili se rió y se sentó a su lado, apoyándose en el mismo árbol.

-Aún no estás acostumbrada a estas condiciones, ¿verdad?

-No, supongo que no...

Sonrió subiendo las rodillas al pecho y abrazándolas. Kili la notó temblar.

-Te calentaré, si me lo permites.

A pesar del frío se sonrojó, no es que estuviera para nada horrorizada por su oferta, sino más bien avergonzada. Aunque, sinceramente, era demasiado buena para dejarla pasar, aunque un poco más de burla le haría daño, ¿no?

-Sólo si lo deseas, Kili.

-Ya sabes que sí, Nelin.

Kili sonrió descaradamente, levantando su brazo e invitándola a acercarse, a lo que se obligó voluntariamente. Se acercó y lo rodeó con sus brazos, suspirando por el calor que la envolvía.

-Sí, lo sé, sólo quería oírte decirlo.

Kili se rió y la acercó aún más... si fuera posible en este punto.

-¿Son todas las mujeres humanas tan exigentes?

-Sólo las inteligentes, Señor Enano- dijo con una gran sonrisa.

Esta vez os reísteis los dos, la naturaleza alegre y tonta de Kili era contagiosa y seductora para ella. Era natural que se le empezara a contagiar.

La voz áspera y grave de Dwalin los sacudió a los dos de su ensueño de risa.

-¡Dejad de coquetear! ¡Los demás estamos intentando dormir!- se quejó.

Gruñó un poco más en voz baja antes de girarse al otro lado para volver a dormir.

Quizás era mejor dejar de reírse con Kili y finalmente dormir un poco. A no ser que quisiera marchar a la montaña con una banda de enanos malhumorados...

Tierra Media: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora