Conflictos

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Ellos eran como cualquier pareja, se amaban, hacían sorpresas, salían, pero no sé libraban de los conflictos y diferentes puntos de vistas que tienen, como esa noche.

—¡Yo nunca dije eso!— exclamó Harry cansado de la actitud de su novio.

—Yo lo entendí así, ¿Ahora soy mentiroso?.

—Draco, ¿Qué te sucede? Pones palabras en mi boca que nunca dije.

—¡No me sucede nada! ¿¡Qué te sucede a ti!? Siempre estás en el trabajo y no te veo casi nunca.

—¡Pensé que lo entendías! Estoy en una misión importante, nunca te he reclamado nada por tu trabajo.

—Yo no te estoy reclamando nada— cruzó sus brazos Draco molesto y ofendido —Solo que quisiera pasar más tiempo con mi novio.

Harry suspiró pasando sus manos por su cabello frustrado —Salgamos mañana entonces.

—Ya no quiero, si te lo tengo que pedir ya no lo quiero.

—¿Qué quieres entonces? ¡Dime! Nunca estás conforme con lo que hago.

—¡Sólo quiero que me ames!— el rubio sintió sus ojos escocer y juntó sus manos —¡Siento que no estamos juntos, siento que ya no me amas!.

Harry quedó mudo al ver a su novio caminar a la habitación y cerrar la puerta con un sonoro portazo.

Gruñó frustrado por todo, por el ministro, por el trabajo, por la misión, por el cansancio, por malditamente todo.

Decidió calmar sus ideas antes de hablar con Draco, hizo un té de jengibre y limón, tomándolo se sentó en una silla. ¿En serio descuidó a Draco? ¿Casi nunca está en casa? Draco le había dicho que entendía su empleo y no le criticaría ¿Le mintió?.

Dejó la taza de té intacta en el mesón y caminó hasta su habitación para luego tocar la puerta.

—Draco.

—Vete.

Intentó mover la perilla pero fracasó porque estaba cerrada. Apoyó la frente en la fría madera y cerró los ojos. Podía abrirla con un hechizo pero quería que Draco lo dejara entrar.

—Draco, por favor.

—N-no, déjame solo— dijo con voz entrecortada, a lo que supo enseguida que estuvo llorando.

Harry empezó a sentirse culpable al hacer llorar a su novio, no podía evitar la presión en su pecho cada vez que escuchaba a su novio sufrir. Recostó su espalda mientras se va deslizando hasta quedar sentado en el piso, con sus rodillas dobladas y su cabeza golpea la puerta.

—Draco bebé. Perdóname, tú no mereces sufrir por nada, ni siquiera por mi— empezó a llorar silenciosamente debido a todas las preocupaciones y emociones retenidas —Como tú dices, soy demasiado ciego para ver las cosas a mi alrededor. Estaba tan preocupado por la misión que no me di cuenta cuanto te afectaba, lo lamento.

Draco al otro lado de la puerta, escuchaba las palabras de su novio. Estaba sentado en el piso, la cabeza entre sus piernas encogidas y su espalda sobre la puerta.

Se sentía culpable, inútil, dramático y triste. Sentía haber exagerado todo, tal vez no servía para apoyar a su novio cuando más lo necesitaba. Odia ser tan sensible y sentimental, las cosas más mínimas le afectan, como la falta de atención.

—No puedo decir cuánto lo siento bebé— susurraba su novio con voz ronca —Entiendo que te sientas mal, trataré de mejorar para tí porque te amo. Mereces lo mejor.

Sollozó al escuchar a Harry, el problema era su culpa y ahora estaban los dos sufriendo.

—Lo siento Harry, yo-yo creo que solo- exageré— mordió su labio tratando de detener las lágrimas —Es que últimamente m-me siento t-tan solo, como cuando me convertí en m-mortífago.

—Sabes que te amo bebé, no te dejaré solo nunca. Lo prometo. No quiero que sufras más, mereces el mundo entero.

—Lo sé.

Harry abrió la puerta murmurando un alohomora, recibió a Draco con un abrazo apretujado. El rubio escondía el rostro en su cuello humedeciendolo debido a las lágrimas, susurró disculpas atropelladas mientras acariciaba el cabello platinado de su novio.

A la mañana siguiente, Harry le cancelaría al equipo para pasar el día con Draco, durarían todo el día viendo series y comiendo, por la noche harían otras cositas de las cuales no podemos saber por privacidad.

-ˏˋ Momentos ˎˊ- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora