-ˏˋ Momentos ˎˊ-

Héroe

San Mungo estaba abarrotado, muchas personas llegaban unos tras otros, eran aparecidos por sus colegas en la Sala de Emergencias, dónde gritaban por ayuda.

De diez heridos, dos fallecieron y ocho están en recuperación en la Primera Planta.

—Pulso estable, denle una poción para el dolor y cura la quemadura.

—Entendido Sanador Malfoy.

—¡Ayuda!.

Salió al llamado, dejando atrás a las enfermeras con el Auror. En la sala habían unos enfermeros corriendo entre los pasillos, mucho papeleo que llenar y gritos de pánico.

—¡Malfoy!— una enfermera llamada Claire le llamó con la mano, mientras levitaba a una persona inconsciente —Una niña de once años, pulso estable y quemaduras de tercer grado en torso, brazos y espalda.

—¿Es la primera menor con estas heridas?.

—Si, sus padres están en la sala de espera.

Aplicó varios hechizos para aliviar el dolor, tomó el pulso, midió la presión y la dejaron con cuidado en la camilla. Su mente trabajaba rápidamente buscando una solución para no dejar cicatriz en la niña, los Aurores y adultos habían sufrido quemaduras leves.

—¿No te parece extraño?— preguntó a Claire, quién traía las pociones y bálsamos en una bandeja —Nunca habíamos tenidos tantos heridos de quemaduras, debe suceder algo.

—De tres Aurores y cinco adultos, la única niña. Muy extraño— asintió la enfermera.

—Prepara las vendas y busca los bisturís. Necesitamos retirar el tejido muerto.

Salió del lugar por unos segundos, sacó de su bata su celular donde llamó a Harry.

—¿Dragón? ¿Sucede algo?— de fondo se oían voces amortiguadas —¡Todavía no entren, es peligroso!.

—Harry ¿Qué carajos sucede?.

—Cielo, estamos en una situación. Hoy un mago fue a Gringotts, tiene rehénes y- ¡Ey! ¡¿Qué parte de no entren no entendieron?! ¡Espera que de la orden!.

—Entonces empezó a atacar.

—Exacto, con Incendios e hirió a mis hombres y civiles-.

—También a una niña.

—Voy a encargarme de esto cariño— suavizó su tono de voz haciendo que cerrará los ojos —Lo atraparé.

—¡Mierda, Harry! Deja ese estúpido complejo de héroe- susurró apretando el celular —¿Y tu jefe? ¿No debería encargarse él?.

—No se presentó hoy, yo soy el Auror suplente en estos casos.

—Solo porque seas El Elegido no te hace El Guardián de los Magos.

—Cariño, lo sé. Pero... es mi deber.

Quitó de su oreja el auricular, apretó la mandíbula y respiró profundamente.

—Sé que no podré hacerte cambiar de parecer— razonó Draco —Solo te pido que... vuelvas a casa.

—Volveré a ti, te amo.

Cuando iba a responder, la llamada se cortó impidiéndole hablar. Guardó el objeto en su bolsillo, frotó sus manos en sus ojos y suspiró cansado, luego volvió a la sala, dónde Claire le esperaba.

—Empecemos.

Los siguientes minutos fueron estresantes para Draco, luego de curar la quemadura, recibieron a una mujer con una quemadura en la mejilla y a seis Aurores inconscientes con heridas cortantes en el pecho y brazos.