Año Nuevo

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El calor de Francia fue rápidamente opacado por el frío de Inglaterra, cuando llegaron a su hogar, estaban temblando por la nieve que cubría su casa.

Volvieron algunos días después, justo a tiempo para celebrar Año Nuevo con Los Weasleys. Tenían unas horas antes de que oscureciera y deberían estar en La Madriguera.

-¡MERLÍN BENDITO!- gruñó Draco irritado, no sabía que ropa usar. Él siempre tenía que vestir bien, sin importar el lugar o el momento.

-Tranquilo cielo, con lo que uses te verás hermoso- le reconfortó Harry, besando su mejilla mientras se terminaba de abrochar su camisa.

Draco observó a su novio, quién vestía un pantalón negro, una camisa blanca de botones y un suéter de color azul pastel encima, junto a unas Vans del mismo color. El rubio relajó su ceño fruncido y cruzó sus brazos refunfuñando.

-Tú no puedes opinar mucho, siempre te ves bien con cualquier ropa.

-Siendo tú, no me preocuparía mucho- tomó sus mejillas y las apretó de forma cariñosa, formando un puchero. Harry lo miró eternecido, besó su nariz y sus labios suavemente.

-¿Por qué?- preguntó Draco de manera amortiguada, entre los besos que le regalaba su novio.

-¿Cómo que "por qué"? ¡Porque eres perfecto! Tú siempre te ves bien, confía en eso.

Harry le dejó con esa frase y un último beso, para ir al baño y continuar arreglándose.

Minutos después, estaba vestido con un pantalón negro de cuero, una camisa blanca manga corta y unas converse negras, junto a un saco gris hasta los tobillos. Peinó su cabello con sus dedos, dejándolo suelto y caía hasta sus hombros.

-Harry, ¿Ya estás listo?.

Del baño salió su novio, vestido pulcramente y con el cabello húmedo. Draco rodó los ojos con una sonrisa mientras tomaba una toalla pequeña que estaba en la mesa.

-Que mala costumbre tienes- le reprochó el rubio, alzó sus manos y revolvió el cabello azabache de su novio, en un intento de secarlo.

-Mi cabello se seca solo.

-Hablas de él como si tuviese vida- retiró la toalla y pasó sus dedos entre las hebras, desenredándolo mientras caía en su frente. Acarició su rostro, le enderezó los lentes y alisó su suéter -Listo.

-Gracias amor- susurró el moreno tomando sus manos y juntándolas, par luego dejar un beso -¿No tienes frío?.

-No.

-¿Seguro? Tu piel está quemada, es un cambio de temperatura notable.

-Ajá.

-Ven aquí- Harry tomó una bufanda negra, la enrolló en su cuello, acomodándola hasta tapar su nariz -Tu piel se ve espectacular bronceada.

-Seguro seguirá siendo espectacular cuando empiece a mudar de piel, como una serpiente.

El moreno estrujó sus mejillas, observando con cuidado las pecas esparcidas en su piel, como estaban de un color melocotón y sus ojos brillaban, levantó una ceja por el escrutinio, luego sonreía ampliamente al verlo sonrojar.

-Te amo, con o sin piel de serpiente.

-Y yo a ti, con o sin estilo de la moda.

-Mejor vámonos.

Draco soltó una carcajada, para después abrazarlo enroscando sus piernas en su cadera y escondiendo su rostro en su cuello. Harry continuó caminando hasta la sala, cargando de su novio como un koala.

Se aparecieron en el patio de La Madriguera, la cual estaba decorado con luces de colores. Adentro, Molly y Arthur estaban levitando los platos de comida, Fred y George ponían música en una radio nueva que compraron, Ron estaba sentado en el regazo de Blaise, quién leía un libro y acariciaba su cabello. Por último, Pansy junto a Hermione y Ginny junto a Luna bailaban en el centro de la sala al son de la música.

-¡Harry, Draco! Bienvenidos, ya vamos a comer.

-Hola Molly, mi madre le manda saludos- dijo Draco besando su mejilla.

Empezaron a cenar, charlando, los gemelos reían sobre cómo Draco parecía un pollo rostizado y Harry en cambio, solo se notaba un poco el bronceado si lo observaban de cerca.

Al terminar, faltaban algunos minutos para la medianoche. Por lo que decidieron empezar a escribir en un pergamino los propósitos que tenían para el año nuevo, dónde Fred y George anotaron que querían ampliar su tienda de bromas al nivel mundial. Harry los ayudaría en los ingresos.

Cuando empezaron las campanadas, todos estaban en el patio con 12 uvas en ambas manos. A ellos les gustaba alternar tradiciones, algunas veces decoraban con adornos rojos la casa, otras veces los gemelos corrían alrededor de La Madriguera con una valija vacía en mano, sin olvidar la ropa interior amarilla para la buena suerte.

-¡10..!- empezó el conteo Molly, escuchando en la radio como iniciaban.

-¡¿Ya empezó?!- Ron abrió los ojos sorprendido, con las mejillas llenas de uvas y un puñado aún en su mano.

-¡Sí! Termina de comer, o tendrás un año sin prosperidad- Draco río al ver cómo el pelirrojo se tragaba todas la uvas, sin siquiera masticarlas.

-¡7...6...!- se reunieron en un círculo, contando con una sonrisa.

-¿Sabes algo?.

-La verdad, no- bromeó Draco, mirando a su novio.

-¡4...3...!.

-Gracias por conquistarme- lo abrazó por los hombros, pegándolo a su costado.

-Yo solo quería ser tu amigo, tu hiciste lo demás.

-¡2...!.

-Te amo.

-¡Feliz Año Nuevo!.

De fondo, se escuchaban vitores y aplausos, todos se abrazaban. Sin embargo, Draco se había quedado observando a Harry, quién le sonreía cariñosamente, observó sus ojos verdes cálidos, preguntándose cómo, puede ser tan afortunado de que alguien como su novio lo amara. Cómo demonios, una persona en la tierra pudiese vivir con él y no dejarlo.

-¿Todo bien?.

-Si...gracias a ti, por aguantarme.

Harry le besó en la frente y restregó su mejilla contra le da su novio -Ha sido un placer.

-¡Dejen lo meloso! ¡Feliz Año Nuevo!- Pansy gritó y se lanzó encima de ellos, abrazándolos.

Todos los chicos imitaron a Pansy, los abrazaron hasta hacerlos perder el equilibrio y caer el en césped.

-ˏˋ Momentos ˎˊ- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora