-ˏˋ Momentos ˎˊ-

Trabajo

Harry estaba preocupado por su novio, no se imaginaba si algo le sucediera y no pudiera hacer nada.

Hace unos minutos se encontraba en su oficina trabajando con unos documentos cuando Draco le llamó.

—Hola cariño ¿Cómo va todo?.

-Bien-bien, algo cansado ¿Y tú, cielo?.

—Bueno— su novio hizo una pausa para después susurrar —Aquí en el hospital se pusieron difícil las cosas y no podré ir a casa.

—¿Por qué? ¿Qué sucedió?.

—Verás, hay un brote de viruela de dragón en todo San Mungo.

—Voy para allá- exclamó levantándose de la silla asustando a Ron quien estaba a su lado.

-¿Qué? ¡No! Harry— jadeó ofendido al escuchar el pitido de llamada finalizada —¡Ese imbécil!, Sabe cuánto me molesta eso.

Harry se apareció en la entrada de San Mungo y no pudo entrar ya que al parecer estaba bloqueado. Había en cartel que rezaba En Cuarentena, no puede entrar. Le hizo señas a una enfermera que pasaba por ahí, quién se acercó.

—¿Necesita algo?— habló del otro lado de la puerta cristalina.

—¿Puede llamar al sanador Draco Malfoy? Por favor.

—Espere aquí.

Harry caminaba como león enjaulado al otro lado del cristal, dentro del hospital se veían a personas corriendo de un lado a otro, hasta pudo jurar que vió a un niño con la piel verde y estornudando chispas.

Tiempo después, llegó Draco con su túnica verde esmeralda y su varita en mano, su expresión preocupada cambio al ver a Harry.

—Cielo— dijo al otro lado de la puerta —No debiste venir, ve a casa.

—Pero- ¿Cómo voy a volver si tú estás aquí? ¿No puedes salir?.

—No— titubeó un poco —Es posible que todos en el hospital estemos contagiados.

—Y ¿Cómo surgió el brote?— preguntó el moreno apoyado en el cristal.

—Un equipo de quidditch llegó por heridas leves, pero resulta que todos estaban infectados y los síntomas se presentaron en el ala principal, no dió tiempo de aislarlos.

Harry puso su mano en el cristal, Draco sin decir palabra imitó su acción, ambas palmas estaban alineadas y encajaban perfectamente, sin embargo separadas por el cristal.

—Tengo que volver— susurró el Medimago.

—Con ésta enfermedad ha muerto gente, como mis abuelos. Por favor.

—No puedo y lo sabes.

—¡No seas tan testarudo y ven conmigo!¿Qué haré si te sucede algo?.

—No me regañes, ya sabes cómo soy.

—¿Y si te sucede algo? Podrías morir.

—No voy a morir tonto. Tengo que hacer mi trabajo.

—Te amo— Harry miró los ojos de su novio, parecían asustados pero al observarlo reflejaban cariño.

—También te amo.

—¡Malfoy! ¡Necesitamos que vengas rápido!— se escuchó a una chica que se ponía un cubrebocas y empezaba a correr.

—¡Ahora voy!— Draco sacó un cubrebocas de su bolsillo y miró a su novio —Ve a casa, por favor.

—Pero-.

El rubio puso su mano en el cristal queriendo tocar la de Harry, sonrió de tal manera que su novio siempre amaba, la cual mostraba todos sus dientes.

—Estaré bien cielo, te lo demostraré cuando vuelva a casa— se puso el cubrebocas y le guiñó un ojo, para después entrar al hospital.

Harry fue a casa solo para bañarse y comer, volvió al hospital donde estuvo por horas sentado en la entrada. Le explicó la situación a sus amigos los cuales llegaron a San Mungo y se sentaron a esperar junto al moreno.

—¿Qué hacen aquí?.

—Vamos a sentarnos duh— respondió Pansy con una toalla en su mano, la cual estiró y se sentó junto a Hermione.

—Lo que dijo Pansy— Blaise imitó la acción de la pelinegra y se sentó junto a Ron.

—¿Tú no estabas trabajando?.

—Si pero pedimos permiso y listo.

Pasaron horas hablando entre ellos, Harry apoyado en el vidrio con piernas estiradas, Pansy junto a Herm con las piernas entrecruzadas y Ron con Blaise abrazados. Entrando el anochecer fue cuando la enfermeras empezaron a salir de la puerta.

Los chicos se levantaron del piso de un salto, estiraron los músculos y recogieron sus cosas.

—¿Dónde estará Draco?— preguntó Harry nervioso viendo a todos salir y sin señales de su novio.

—Bueno Harry, nosotros nos vamos— dijo Ron aprentando su hombro —Avisanos cualquier cosa.

—Vale, adiós.

Unos minutos ya se encontraba solo en la salida observando a Draco hablar con un niño y su mamá.

—Muchas gracias doctor, no me gustaba estornudar puf-puf-puf— dijo el niño haciendo explosiones con su mano.

Draco río asintiendo —No fue nada Colin, pero si no quieres que te pase de nuevo hazle caso a tu madre.

—Si si si— asistió tomando la mano de su madre, quién lo cargo y le beso la mejilla.

—Buenas noches doctor.

—Buenas noches, que descanse.

Chocó el puño con Colin y salió caminando hasta quedar junto a Harry. Draco lucía elegante vestido de verde y con su cabello peinado, pero sus ojeras decoraban el rostro cansado del rubio, le sonrió a Harry.

—Vamos a casa cielo— dijo Harry abrazando a su novio quién apoyó su rostro en su cuello.

—Estoy bien, te lo dije.

Harry le cocinó a Draco, peinó su cabello mojado, se hicieron mimos entre ellos y durmieron abrazados toda la noche hasta el mediodía.
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Aprecien a l@s médic@s, arriesgan su vida en su trabajo. Merecen más reconocimiento❤️