Ángel

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Cuando ya Draco había terminado de llorar, fue obligado por su esposo a cambiar su ropa por algo más cómodo.

Ahora estaba acurrucado en el sofá viendo La Bella y La Bestia, otra de sus favoritas. A su lado dormía Teddy y Harry trajo dos tazas humeantes de chocolate caliente.

—Gracias cariño— murmuró con voz ronca tomando la taza en sus manos.

Harry besó su frente con cariño y se sentó a su lado.

—Ya le dije a los demás— murmuró el moreno.

—¿Cómo lo tomó Molly?.

—Quiere venir mañana a vernos.

—No le he dicho a mi mamá ¿cómo lo haré?.

Harry iba a hablar, pero junto a ellos se removió Teddy abriendo los ojitos y bostezando.

—Hola campeón ¿cómo dormiste?.

—Bien, tío y Haly— se sentó balanceando las piernas —¿Qué aquí? ¿Abu?.

Draco miró su taza sintiendo un nudo en su garganta, el moreno apretó su mano y miró al niño.

—Teddy, sabes que nosotros te queremos muchísimo— empezó Harry dándole su taza de chocolate a su ahijado —Tu abuela también, pero ella se tuvo que ir al cielo con los ángeles ¿conoces los angelitos?.

—Nop.

—Los ángeles son seres inmortales, no los vemos pero siempre estarán con nosotros. Nos cuidarán y protegerán de todo mal.

Draco miraba atentamente a su esposo y Teddy bebía de su taza, hizo un puchero y sus ojitos grises de cristalizaron.

—¿Abu no volver?.

—No podrás ver a tu abuela Andy de nuevo Ted, pero ella siempre estará con nosotros y contigo— señaló su pecho, dónde estaba su corazón —Y aquí, la recordaremos con mucho amor.

—Abu ángel.

Harry le sonrió entre lágrimas, lo estrechó contra su pecho, Teddy movió su mano tanteando el aire y jaló a Draco para que se uniera al abrazo grupal. El rubio los envolvió a ambos, besó la melena del niño y la de su esposo.

—Teddy ¿quieres ver la Bella y la Bestia conmigo?.

—Sip.

Harry se sentó junto al niño, quién se acurrucó en su costado viendo la pantalla emocionado. Draco se levantó dejando la taza en la mesita y caminó hasta su habitación, tomó su celular y llamó a su madre, la cual también tenía uno por curiosidad al mundo muggle.

—¡Dragón! Bonjour fils ¿cómo están por allá?.

El rubio abrió la boca, pero ningún sonido salió. Boqueó un par de veces y respiró profundamente.

—¿Hijo? ¿estás bien? Ya sé, tuviste una discusión con Harry. Todo se resolverá, ya verás.

—Mamá... tengo algo que decirte— mordió su pulgar nervioso —Hoy me llamó un Auror...

—¿Y qué hiciste ahora? Te dije que no te metieras en problemas.

—No soy yo, mamá... me llamaron y la tía Andy falleció hoy por un infarto.

Se hizo un silencio sepulcral al otro lado de la línea, Draco empezó a sentirse ansioso y preocupado por su mamá.

—...¿en serio?— susurró con voz temblorosa.

—Sí mamá, lo siento mucho. ¿Quieres que vaya a verte?.

—No, mi amor. Está bien... ¿cuándo es el... funeral?.

—Aún no lo sabemos, te avisaré ¿sí? ¿estás bien?.

—Claro... sólo necesito procesarlo. ¿Y Teddy? ¿cómo está Harry?.

—Harry está con Ted viendo una película, lo ha tomado bien... aún no sabe muy bien que sucede. Pero es inteligente, lo entenderá.

—¿Y tú? ¿cómo te sientes?.

—Ahora estoy bien mamá, la extraño mucho— murmuró con pesadez —Mamá, te amo.

Se escuchó un sollozo por parte de Cissa —Y yo a ti Dragón, te amamos mucho... hablamos después.

—Si mamá, adiós. Cuídate.

—Igual hijo.

Draco dejó su celular sobre la mesa de su habitación, miró su reflejo en el espejo y se rió. Se veía horrible, su aspecto era lamentable. Sus ojos estaban hinchados y rojizos al igual que su nariz.

Limpió un poco su rostro y se sentó con su esposo. Teddy reía contento al ver los objetos animados hablar y cantar ante Bella, realizando todo un show.

Harry rodeó sus hombros con su brazo y lo besó en la mejilla —Pareces un tomatito.

—Hey, ya sé que estoy horrible— le reclamó suave recargando su cabeza en su pecho.

—No estás horrible, eres un tomatito bonito.

Luego de que la película terminará, se había vuelto de tarde y Harry estaba preparando el almuerzo, mientras que Draco se había sentado en el suelo con Teddy a dibujar.

-¿Ted? ¿te gustaría quedarte con nosotros?.

—¿Aquí?.

—Claro, ¿te gustaría?.

El niño pareció pensarlo unos segundos, paró de dibujar y lo miró con el ceño fruncido.

—¿Dónde dormir?.

—Te haremos una habitación, tendrás tus muñecos y lo que quieras.

Su rostro se iluminó y asintió —Si quielo.

—¡Vamos a comer!— Harry levitó los platos de carne, arroz y ensalada —Luego iremos a buscar tus cosas.

Por la noche, cuando ya estarían listos para dormir y la habitación de invitados era la de Teddy. Draco y Harry prenderían una velita y le dijeron al niño que, cada vez que quisiera hablar con Andy, les dijera a alguno y así hablarían con ella a través de la vela.

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