-ˏˋ Momentos ˎˊ-

Unión (1/2)

A la mañana siguiente, Ron y Pansy fueron a la casa de los novios, para saber por lo menos de su existencia, ya que se habían desaparecido de la fiesta de ayer.

Mientras los demás preparaban el lugar de la boda, ambos chicos entraron a la casa con un Alohomora, viendo el desorden que había por la sala, dónde estaba regado dos pares de zapatos, un par de pantalones y camisas.

—Al parecer no pudieron esperar su luna de miel— opinó Ron, evitando mirar el suelo.

—No me sorprendería, si en Hogwarts ya eran unos calenturientos.

El pelirrojo río —Cierto, una vez los ví juntos en el Baño de Prefectos, con el Mapa del Merodeador.

Ambos caminaban hacia la habitación matrimonial, cuando fueron interrumpidos por una barrera que les evitó continuar su paso, no se observó nada pero podía sentirse la magia que irradiaba y no podía cruzarse.

—¿Qué carajos?— preguntó Pansy preocupada.

—Es una barrera, es de seguridad— habló Ron —Los Aurores la usan para evitar intrusos.

La puerta se abrió, reflejando a un Harry vestido con su pantalón de pijama y una camisa de tirantes, les sonrió y cerró la puerta tras de él.

—Buenos días chicos, ¿Cómo están?— elevó su mano, susurró algo y la barrera se desvaneció.

—Buenos días Harry— respondieron al unísono.

—¿Ya desayunaron?— caminó hasta la cocina y prendió la cafetera, agregó café y agua.

—¿Recuerdas que te casas hoy, verdad?— preguntó Pansy sentándose en la mesa.

—Claro, en unas horas.

—Te tienes que venir conmigo, amigo.

Harry lo miró interrogante —¿Por qué?.

—¡Te tienes que ir! No puedes ver al novio hasta la ceremonia— Pansy alzó las manos —En cualquier momento llegará Mione, Ginny y Luna para preparar a Draco.

—¿Y por qué me tengo que ir?.

Harry era obstinado, así que se cruzó de brazos con su taza llena de café y apoyó su espalda en la encimera de la cocina.

—Harry, además puedes ver la decoración en La Madriguera para dar tu visto bueno.

—¿Decoraron con lirios, verdad?.

—Si, el camino y el altar.

—¿También las sillas? Ya sabes, detrás de-.

—De acuerdo— Pansy se levantó de la silla y tomó el brazo de Harry arrastrándolo —Ve a ponerte zapatos y te vas con Ron, ahí pueden hablar sobre flores y sillas. Yo me encargaré de Draco.

—De acuerdo, déjame despertarlo.

—Draco se puede despertar sólo. ¡No puedes ver al novio hasta la ceremonia!.

Pero cuando Pansy habló ya Harry se había encaminado a su habitación y había cerrado la puerta. El moreno se arrodilló frente a Draco, quién dormía abrazado a una almohada, la sábana cubría su cadera y dejaba al aire su espalda.

—Dragón, despierta.

El rubio frunció el ceño, y abrió los ojos lentamente, parpadeando hasta enfocar a su novio frente a él.

—Buenos días hermoso— susurró moviendo unos mechones de su frente.

—Buenos días— respondió con voz ronca —¿Qué sucede?.

—Me tengo que ir, lo siento.

—¿Por qué? No quiero— hizo un puchero mientras se apoyaba de sus hombros y se quejó —Ay, me duele todo.

—Si no me voy, Pansy me sacará de aquí a hechizos.

—¿Pansy que hace aquí?.

—Te va a preparar para la boda.

—¿Qué bod- ¡Mierda! ¡La boda! Es hoy— Draco se levantó de un salto de la cama en bóxer y su puso un pantalón de pijama del piso —¿Y porque te tienes que ir?.

—Voy a ver qué todo esté perfecto para hoy.

Harry se acercó a Draco y tomó su rostro para despedirse con un beso, pero el rubio volteó el rostro mostrando su mejilla.

—No me he cepillado.

El moreno besó su cuello, quijada y mejilla —Nos vemos después, Dragón.

—¿Cuál es la sorpresa?.

—¿Ah?.

—Ya sabes, la sorpresa que dijiste ¿Ya me puedes decir?.

—No, sorpresa es sorpresa. Nos vemos después, Dragón.

—Uhg, está bien. Adiós león, te amo.

—Y yo a ti.

Minutos después, en la casa se encontraban Pansy, Hermione, Luna y Ginny planeando todo para Draco, quién ya se había duchado.

—Perfecto, entonces manos a la obra— dijo Hermione emocionada.

Pansy hizo que el rubio se sentara en una silla, frente al espejo que tenían y pusieron música. Luna empezó con su cabello, secándolo y decorando con algunas flores.

Hermione empezó a aplicar mascarilla tras mascarilla, además de hidratar su rostro y luego maquillarlo, encargándose de resaltar el color de sus ojos.

Ginny era la encargada del vestuario, por lo que estaba planchándolo. Y por último estaba Pansy, quién le arreglaba las uñas al novio.

—¿Cuánto falta para que empiece la boda?.

—Dos horas.

—Entonces voy a dormir un poquito— Draco cerró los ojos dejándose hacer, mientras apoyó su cabeza en el respaldar de la silla.

—Dray, son las diez de la mañana ¿A qué hora te dormiste?— Pansy alzó una ceja —Tienes ojeras en el rostro.

—Yo creo que ni durmió— intervino Ginny —Literalmente se desaparecieron ayer, debieron tener una gran follada.

—¿Cómo follan tanto? Pregunta seria— la serpiente habló muy curiosa —Es decir, mañana se van a ir a su luna de miel, podrán follar como conejos. Pero noooo, un día antes de la boda era necesario.

Hermione se rió suavemente deteniendo su delineado —¿Recuerdas cuándo se estaban besando en la biblioteca y Madame Pince los descubrió?.

Hubo una risa grupal por parte de las chicas, ya que Draco se había quedado dormido desde el inicio de la conversación.

—Ya terminamos, Draco, despierta.

El rubio despertó un poco desorientado, sin embargo se asombró al observarse en el espejo, no pudo observarse con gran detalle ya que Ginny lo obligó a vestirse, para comprobar cómo se veía.

—Que lindo.

Se ruborizó al escuchar a Luna, vestía una túnica larga, parecido a un vestido, era color verde esmeralda, con unos bordados de color plateado, y el cuello corte en V. Debajo de esto, tenía unas botas color piel, invisibles a simple vista.

Su cabello caía hasta su nuca en leves ondas, tenía un recogido con la mitad, que era decorado con unas flores y plantitas. No parecía que tuviese maquillaje, solo resaltaba el delineado de ojos negro y sus labios rosados.

—Vamos a La Madriguera, nos arreglamos allá— dijo Hermione.

En un santiamén, se tomaron de las manos y se aparecieron.