En Wester Colleege nada es lo que parece.
Los chicos de la élite. Una élite conformada por seis chicos ardientes e inalcanzables, si, ardientes. Nadie sale de su círculo así como tampoco nadie entra.
Pero eso cambia en el momento en que una chica...
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"HIJIS DE PUTA" como no llamar a los chicos ardientes de tu nuevo instituto.
Eider Lee.
La campana suena.
Todos parecen felices por la posibilidad de salir, sin embargo yo me muero de miedo.
Es extraño ya que pocas veces suelo ponerme nerviosa, pero es el primer desayuno en un instituto donde todos parecen ser unos idiotas. Además, no sabría cómo reaccionar si me encuentro de nuevo con los hijos de puta que quisieron abusar de mí, eso sin ignorar la paliza que le dieron a Yael también. Pobre Yael.
La culpa no ha dejado de recorrerme el pecho, en realidad nunca me había sentido más rechazada, jamás había sentido que no encajara en algún lugar hasta ahora. Mis ideas siempre fueron claras, no hay porque no pueda encajar. Y está vez no lo conseguí.
Tomo mis libros de la mesa y me dirijo al casillero. Admito que en un principio imaginé todo distinto, creí que el mundo entero se daría cuenta de mi presencia, que harían cientos de preguntas sobre quién soy y que es lo que hago aquí, y sin embargo, al final solo soy una más entre miles de alumnos ricos. Supongo que puedo llegar a ser muy egocentrista cuando quiero.
Pero no todos mis prejuicios son falsos, lo que si es igual que en las películas de romance juvenil de Hollywood, es que en realidad puedo notar las divisiones y clasificaciones que nosotros mismos le damos a los demás estudiantes. Es obvio quienes son los populares y quiénes simplemente parecen insignificantes.
Supongo que es obvio a qué grupo pertenezco ahora.
Dejo de jugar con mi imaginación y me centro en aquello que se roba la atención de todos.
Los chicos que juegan baloncesto caminan por el pasillo con una seguridad envidiable, ellos realmente se roban la atención, tanto de chicas como de chicos, no las miran y supongo que es parte de su personalidad como jugadores hijos de puta inalcanzables. Pero no son los únicos, después de todo no son el único equipo deportista del instituto, detrás de ellos el show continúa, porque un grupo bastante grande de chicos guapos, caminan sin preocupación alguna entre nosotros, saben que son guapos y eso los lleva a mirar a todo el mundo por encima del hombro. Porque ellos las miran, pero su mirada es un claro "solo podrás mirarme, nada más"
Una chica de cabello corto suelta una risita nerviosa cuando uno de ellos pasa por su lado, nunca mire algo más estúpido y aunque pensé que no era más que una acción vergonzosa, fue molesto mirar al chico volverse y murmurar para la chica algo que le hizo cambiar la expresión. No parecía feliz, más bien... Ofendida. Solo Dios sabe que le dijo ese idiota, pero su expresión ha dejado claro que no ha sido nada bueno.
