LOS CHICOS DE LA ÉLITE ✔

CAPITULO 1

EIDER LEE

Aunque lo hubiese sabido, quizá no lo habría impedido.

El peligro siempre fué una de mis sensaciones favoritas, hubiera cambiado cosas, eso sí, quizá hubiera preferido quedarme en casa esa tarde y no haberme encontrado por primera vez con sus ojos. Habría sido bueno saber que el número 6 no era precisamente un número de la buena suerte, pero que inclusive al final de la historia, se convertiría en mí número favorito.

Me arrepiento, pero lo repetiría una y otra vez, porque hubo cosas de las cuales jamás me arrepentí, ser considerada una de ellos realmente me hizo sentir parte de su elite.

- Deja de perderte ¿Quieres? Es la tercera vez en el día que ignoras por completo lo que digo.

Doy un respingo cuando escucho su voz, he estado pérdida, Will tiene la razón y el derecho de molestarse por ello. Pero es que está mañana he recibido una noticia, una buena noticia por la cuál no he podido aterrizar al planeta tierra durante todo el día. No he querido decirlo en voz alta, mucho menos a él, que cuando le mencioné aquél plan antes, se había negado por completo a qué lo realizará. Yo estaba feliz, pero pensativa de tanto imaginar su reacción que me dejaba claro, no sería una positiva.

- Recuérdame no permitirte usar medias rosas de nuevo.- Dice riendo.- Parecen haber robado tus cuerdas vocales y tú inteligencia, tonta.

Suelto una risita nerviosa que oculto detrás de mis manos, es mi manera de reír, una acción que siempre hago sin pensar. - Estoy planeando el movimiento, quedan 20 minutos para entrar al laberinto y no quiero perder, necesito el dinero.

Extiende su puño frente a mi mostradome sus blancos dientes, lo choco sin dudar, está noche le diría el cambio radical de mis planes dónde no lo he incluído a él y solo esperaba poder chocar nuestros puños todo el tiempo restante en nuestras vidas.

- Haremos equipo, ¿Lo olvidas?- Agrega sonriente.- Será tuya la ganancia, debemos vencer a todos, además, ¿Cuando perdemos?somos buenos Eid, nadie podría ganarnos.

Asiento dudosa, somos buenos, a menos hemos vencido un par de obstáculos en cada festival deportivo de la escuela y también del pueblo, está vez no debía ser la excepción. Es estúpido pensarlo de esa manera, pero resulta reconfortante.

- Eso sí nos encontramos en el camino y si no eliminan a uno de nosotros antes.- Respondo pesimista.

- Nos llaman » El dúo DW « eso no es por nada pequeño, somos inalcanzables y está tarde todo el pueblo lo recordará.

Suelto un suspiro dándolo por hecho, estoy nerviosa y emocionada, por la feria, por lo que me rodeaba y por todo lo que me rodearía en unas horas más.
Hace un par de meses envié una carta al instituto Wester college, en ella pedí abiertamente un traslado, siempre fué mi sueño ir allí, esa escuela tenía por mucho, mejor prestigio que a la que asistía, mi sueño era poder tramitar a Yale, y el simple prestigio del instituto Wester podía ampliar mis posibilidades. Era una noticia excelente, pero al final de cuentas era una noticia que cancelaba por completo nuestros planes (De Will y míos) como lo era asistir al viaje escolar que preparan en el instituto del pueblo para todos los de último curso, también el festival de deportes en el que siempre ganamos cualquiera de los tres primeros lugares en la categoría de dúo y claramente nuestra graduación, ambos prometimos pasar por todo eso en nuestro último año de instituto, pero su sueño era Harvard, el mío era Yale, su sueño era la robótica, el mío era la medicina.