Capítulo 25.

805 90 26
                                    



Entre los hermanos Beckham.

Eider Lee.

Lo primero que miré al despertar fueron unos ojos cerrados, de una persona hermosa que dormía a mi lado.
En mi mente los recuerdos eran borrosos, y lo único que me cruzó por la mente al despertar fue que quizá había salido con él y terminamos arrullados juntos. Porque él en realidad parecía dormido.
Porque parecía un escenario posible.

Pero entonces miré alrededor, estaba en la habitación de Theo y eso no hizo más que confundirme. De haberme quedado con Decker jamás habría entrado a esta habitación. Y sin embargo ahí estaba. Con las luces apagadas, sumida en una oscuridad donde por la ventana solo se reflejaba la luz de la luna sobre el rostro de Decker.

Y fue entonces, que West me explico todo. Después de decidir mirar a Decker unos largos minutos y tratar sin éxito de recordar porque había llegado hasta ahí, salí de la habitación y West se encontraba ahí, en el piso frente a la puerta durmiendo.
Parecía cuidar la entrada de la habitación con miedo a que alguien nos lastimara, eso encendió una alarma en mi pecho. Definitivamente no es algo normal. Y ese pensamiento me hizo recordar algo importante... qué el día anterior, había recibido un mensaje de Theo y habíamos quedado de vernos. Justo en el Wester College. Aunque traté de escarbar más en mi memoria, ese era mi último recuerdo antes de haber despertado, ¿Entonces porque desperté al lado de Decker?

— ¡Oh por dios!— había exclamado él con una voz que no supe distinguir significado.

Me abrazó a pesar de mi confusión. Por un momento parecía querer echarse a llorar. Y no lo voy a negar, yo también lo quería y no tenía idea de porque, en mi pecho había una sensación terrible de nostalgia y miedo infundamentado.

Era de madrugada cuando salí de la habitación y lo encontré, él estaba decidido a despertar a los chicos porque aseguraba que todos querrían verme y saber que me encontraba a salvo, pero conseguí convencerlo de que no había porque quitarles el sueño. Y sin embargo, le pedí respuestas, y cuando él me las dio, mi piel se erizó por completo.
No suelo admitirle esto a nadie, pero estaba asustada.

— No lo entiendo.— murmuro, con West sentado en el mismo sofá que yo, aquél viejo que se encuentra dentro de la habitación de Theo. Debajo de sus ojos puedo ver un ligero color oscuro, no ha dormido bien es evidente, y me es inevitable no sentir culpa por ello.— No recuerdo nada de lo que me dices West.

— No te tienes que esforzar por recordar todo ahora. Es tarde, deberías descansar y dejar esta conversación para mañana.

— Pero... He dormido por dos días seguidos, no necesito descansar West necesito respuestas.

Cierra sus ojos durante un momento, deja salir un suspiro pesado antes de mirarme de nuevo a los ojos con compresión. Entiende mis dudas, y decido dejar de insistir cuando entiendo que él también está confundido. Es demasiado para mi en este momento, pero él ha vivido como espectador estos días. Pensar que solo yo necesito respuestas y apoyo es egoísta. Y después de lo que han hecho por mí, no me permito comportarme de esa manera.

— Está bien.—digo resignada.— Pero debo ir a casa, mi madre...

— Ella cree que te fuiste de paseo con Will.—me interrumpe.— Seguramente te odiara por irte sin avisar pero... Fue lo único que se nos ocurrió.

LOS CHICOS DE LA ÉLITE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora