Capitulo 14.

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Sobre el amor y otras cosas asquerosas.

Holaaaaa, saluditos criaturas. Si han llegado hasta acá, voten y comenten que me ayudarían muchísimo 🖤

Ahora, a lo que venian......

EIDER LEE.

— Solo sube al maldito auto Eider.

La voz de Theo retumba en mi cabeza, pero sigo sin entender ¿Quiere que me suba a la poderosa Jeep? ¿Porque?

— ¿Sabes que arrugas la nariz cuando piensas?—dice y entonces dejo de hacerlo.

— ¿Porque quieres que suba? ¿Me vas a asesinar?

Me mira confundido, aunque no sé si en realidad lo está o simplemente está actuando como siempre lo hace, después de todo Theo va de la mano con cara de culo.

Bufa fastidiado y entonces rodea el coche hasta donde me encuentro para abrirme la puerta.

— Te he invitado a salir, por si no lo recuerdas.

Estira su mano haciéndome una señal de que debo entrar al auto antes de que pierda la paciencia y eso hago. Cuando mi trasero hace contacto son el asiento, inmediatamente siento estar sentada sobre nubes de piel y con un magnífico aroma a Theo Ackerman.

— ¿Sabes cuántos asesinos en serie invitaron a salir a sus víctimas?

— No, no le he preguntado a ninguno la verdad.

— Eres un idiota.

— Yo no fuí quien hizo esa pregunta estúpida, Eider.

— Déjalo. No tienes sentido del humor.

Pero no dice nada, simplemente rodea el coche y entonces entra al lado del piloto.

— Además, no perdería el tiempo matandote, apuesto a que eres tan torpe que tú misma ocasionarias tu propia muerte.

Suelto una risita.

Bastante cierto la verdad.

De hecho, no estaría justo aquí si no fuera porque mi madre me salvó de caer de un puente.

— Como sea, que me permitas subir a la Jeep cuando no permites que alguien más lo haga me da miedo.

Se inclina hacia mí quedando lo suficientemente cerca como para sentir su aliento sobre mí rostro, una acción inesperada a la que no sé muy bien como responder. Parece traer consigo un chicle de menta, realmente huele muy bien.
Sin embargo, mi cuerpo se tensa cuando su mano se estira y acaricia mi cuello, toda mi piel se eriza con esa acción tan simple, en realidad no hay siquiera una parte de mi cuerpo que no sienta esa electricidad recorrerlo. Sus ojos grises me miran de manera que siento miedo, demasiado miedo.

— Theo ¿Que...?

Y sus dedos bajan lentamente a mis pechos en un roce apenas susceptible, que me transmite muchas cosas que no me gustan. De manera instintiva cierro los ojos. No puedo creer que mi calentura este por ganar está estúpida batalla.

LOS CHICOS DE LA ÉLITE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora