Drabbles RayAnna [pausado]

La Flor Del Sultán

Auspiciado por: el manhwa "la flor del sultán"

En el jardín del palacio del sultán hay todo tipo de flores de todos los colores y sabores, todas y cada una de ellas tomadas por el poderoso sultán, pero en aquel vergel una delicada flor no había sido tomada, escondida entre diversos tallos y espinas ella estaba, tan limpia y pura como el primer día de su vida.

Y ya habían pasado años, hace mucho tiempo aquella joven muchacha a la edad de nueve años había sido feliz con su madre y padre, ellos eran nómadas, pero inesperadamente se toparon con él sultán, él asustadizo padre sin más que eso, regalo a su única hija a aquel hombre, condenandola a lo que se llamaba el harem del sultán.

Cada día, esa niña se escondía en un oscuro cuarto, nadie la atrapa a porque desde pequeña aprendió a contener la respiración, en las noches para alimentarse tomaba de las sobras y así fue hasta pasar diez años.

Aquella ahora mujer otra vez pasaba en su oscura habitación, lúgubre y desgastada. Pero no le importaba porque ya está vez ella escaparía.

-es mi momento- se susurro a su misma viendo que no había nadie por el pasillo y rápidamente corrió hasta chocar con alguien- ah.

-¡que insolencia, estas ante el sultán agacha la cabeza!- grito un guardia a ella.

-es una mujer del harem- dijo otro- ¿trato de escapar? ¿Dónde está el eunuco?

-espera... Te me haces familiar...- el mayor de todos lo pensó- claro, la niña que fue regalada por su padre, quien diría que crecería para convertirte en una preciosa mujer- tomo su cara inspeccionando casa facción- no pasará nada por este incidente, pero mañana quiero verte en la noche.

Y se fue, dejando a aquella muchacha más miserable de lo que ya era, nunca fue encontrada y justo cuando buscaba la libertad es atrapada y encadenada otra vez, que injusta era la vida a veces.

[Anna]

Al llegar la noche del día siguiente los encargados luego de haberme perfumado y alistado me llevaron hacía los aposentos del sultán, el cual ya se encontraba ahí. Tenía miedo, no quería que esto pasara, solo vi a ese hombre sonreír y echarme en la gran cama, deshaciendo todo ropaje que lo obstaculizaba.

-¡¡no!!- grité y me safe del agarre del sultán a lo que este indignado golpeó mi mejilla.

-¿como te atreves? mujer loca- quería llorar porque poco a poco el sultán se deshacía de sus prendas inferiores.

Hasta que ocurrió, repentinamente se escucharon gritos por todo el lugar, los soldados entraron llamando al sultán, aparentemente el primer príncipe se reveló y buscaba matar al gobernante. Se fueron corriendo dejándome de lado, al final parece ser que el mundo estaba de mi lado, si lograba escapar ahora sería libre, porque el único destino para las jóvenes del harem del sultán al cambiar de gobernante es el perdón o lo más probable la muerte.

Corrí buscando la salida del lugar y la vislumbre, en aquel largo pasillo, la puerta trasera se veía muy bien, la luna, el aire, el pasto, todo era tal y como recordaba, hasta escuchar un grito. Enfrente mío un hombre fue matado salpicando su sangre hacía mi, varios soldados inmediatamente me vieron y me apuntaron con sus sables.

-tan cerca...- pero no quería rendirme, aún no, aún si moriré quiero tocar con mis pies un momento la libertad- aunque sea un poco- me abrí paso entre los afilados sables cortandome un poco la mano en el proceso, pero lo logré, por un momento puse pies en el exterior, luego sonreí- ya pueden hacerlo.

Y en un movimiento rápido alguien me tomó entre sus brazos, tapando mi cuerpo que yacía con solo una ligera bata.

-primer príncipe- pude ver su cara, la recordaba, cada vez que me escapaba para tomar algunas sobras lo veía leyendo en la biblioteca a escondidas, el que creyeron era el menos probable que se revele lo termino haciendo, pero, que raro, de repente sentía que todo el cansancio venía de golpe.