Prólogo

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Miraba el dulce amanecer que se colaba por las ventanas de sus aposentos

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Miraba el dulce amanecer que se colaba por las ventanas de sus aposentos. Brindándole la paz que hace mucho había perdido. Cerro los ojos ante la brisa mañanera que le azoto el rostro, refrescándole la mente y preparándolo para el ajetreado día que seguro tendría.

Abrió los ojos para ver como algunas casas empezaban a echar un poco de humo por la chimenea y como la gente salía tranquila de sus hogares para disfrutar del nuevo día. Algunos contentos, otros indiferentes y otros deprimidos.

Le agradaba esa sensación que ningún día era igual, todos tenían, aunque fuera un mínimo cambio durante su desarrollo.

El hermoso reino de Keom levantándose para un día prospero.

Taehyung adoraba a su pueblo, procuraba siempre velar por su bienestar y el futuro de este, no habiendo cavidad en su corazón para algo tal como el orgullo o la avaricia. Algo que su madre siempre le enseño es que a pesar de ser de la cúspide tanto social como animal siempre había que tratar a todos como iguales.

Todos siendo parte de un solo cuerpo, no pudiendo estar sin la ayuda del otro. La cabeza necesitando de sus piernas y los brazos de los hombros. Todo junto en una homogénea unión.

Como debía de ser.

Su madre teniendo una mente soñadora al igual que su padre. Al igual que él.

Escucho suaves toques en su puerta siendo acompañados casi de inmediato por una dulce voz aterciopelada que siempre desde niños iba a despertarlo.

— Su majestad Kim, ya es de mañana. ¿Está despierto?

Asintió, no siendo consciente en plenitud que el contrario no podía verlo por lo que abrió la boca para soltar un pequeño ruido de afirmación. No es como si tuviera otra opción ya que al no recibir respuesta aquella voz aterciopelada podría incluso rugirle con tal de sacarlo de los brazos de Morfeo.

— Que bueno.... — la voz se detuvo unos cuantos segundos —. ¿Puedo pasar?

Volvió a soltar un sonido en afirmación, lo suficiente alto como para que la persona que se encontraba detrás de la puerta lo escuchara. Seguido de eso sus oídos recibieron el ruido de su puerta siendo abierta un poco para dejar pasar a su amigo de infancia.

El azabache, cuando recibió su mirada, se quedó estático en su lugar. Solo dedicando a mirarlo a los ojos, sin atreverse a decir una sola palabra, no deseando atormentar la buena mañana que Taehyung parecía tener.

— ¿Te vas a quedar callado por siempre, Jimin? —ladeó su cabeza para denotar su confusión.

El otro achino sus ojos, dejando solo a la vista un par de líneas donde se supone que deberían de estar sus orbes brillantes.

— Lo más probable — contesto el contrario para luego encogerse de hombros —. Adoro venir a levantarte. Desde pequeños fue así, pero... — sus últimas palabras no siéndoles entendibles al alfa.

Unconditionally [KTH&JJK] omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora