Unconditionally [KTH&JJK] omegaverse

Capítulo 20

Jungkook enfocó su vista en un punto perdido de la habitación oscura, siendo vagamente consciente de los movimientos que hacía el alfa entre las penumbras en medio de la creciente ansiedad que el golpe de adrenalina había creado en ambos.

No había salida, al menos, no una que la mente a penas consciente del omega pudiera deducir, los recuerdos lo estaban atormentado y la falta de cronología con lo que se presentaban en su cabeza lo hacía sentirse desorientado; sus sentidos no encontrando de que agarrase para sostenerse de la realidad que se encontraba distorsionada por culpa de la voz de alfa que fue utilizada en él.

Parpadeó, tratando de concentrarse en su propia respiración para que la voluntad regresara a sí mismo, para rearmar la desfigurada realidad en la que se sentía rodeado.

— ¿Se encuentra bien, omega Jungkook? — la voz gruesa del pelinegro lo hizo voltear al punto de partida del sonido, respingando ante la rotura de su abstracción. — ¿Omega Jungkook?

Sus ojos viajaban por todos lados, de repente sintiendo la oscuridad demasiado densa para que pudiera identificar al remitente de aquellas palabras. Tragó, de repente siendo muy consciente de los pasos apresurados acompañados por los gritos que se escuchaban tras la puerta, como un ruido que poco a poco se desvanecía.

No.

No de nuevo, por favor.

Una mano le toco el hombro, haciéndolo respingar y voltearse al lugar donde sintió el extraño toque que lo había dejado extrañado. Sus ojos solo captaban las mismas penumbras sin nada dentro.

— Omega Jungkook.

Parpadeó, volteándose al lado donde sabía que era la procedencia de esa voz. Sus sentidos se agudizaron, sus perlas igual de negras que el ambiente a su alrededor achicándose mientras que daba pasos cautelosos dentro de la oscura densidad que lo rodeaba, ni siquiera un rayo de la Luna ayudándole en su visión.

— Omega Jungkook, reaccione.

Volvió a respingar al sentir de nuevo esas manos en sus hombros por lo que se separó del contacto que le había quemado como si el mismísimo sol lo hubiera tocado con una caricia que pretendía ser gentil, pero siendo la llama que lo quemaría en vida; la que lo consumiría dentro de esa penumbra para volverse la única luz que alumbre a las almas en pena que entraran a ese lugar como él.

— ¡Reaccione!

El agarre volvió a aparecer, esta vez siendo doloroso al punto de estar quemándole las entrañas, dejándolo sin aire para gritar del pesar que recorría su cuerpo. Su boca solo se abrió para soltar un ruido que nunca llegó a salir ya que una pesada y gruesa mano le cubrió los labios, no dejándole emitir si quiera un sonido para llamar a la ayuda.

— Omega, reacciona.

Su cuerpo se paralizó en los brazos que lo sostenían y de repente, la piel con la que había pasado toda su vida sintiéndose fuera de sus sentidos y dejándolo solo con el tacto del alfa detrás suyo que seguía quemando como si fuera la rencarnación del Sol.