Unconditionally [KTH&JJK] omegaverse

Capítulo 10. 1

— ¿Qué pasará si no soy elegido? — inquirió Jungkook mientras miraba con mucho cuidado al duque y sus ojos de hielo.

— Es mejor no averiguarlo — la sínica sonrisa que se le fue dedicada lo hizo tensarse por lo que volteó la mirada hacía el espejo donde pudo verse a si mismo vestido con un hermoso pero sencillo traje para esa noche, sus manos sujetando el antifaz que cubriría su rostro.

— ¿Es necesario todo esto? — su mirada vagaba del espejo al alfa tras él, quien se acercó a un pequeño frasco que contenía un polvo blanquecino mientras le sonreía.

— Claro que lo es, no queremos que falles. Sería inaceptable — Hoseok tomo camino hacía el omega, quien se tensó cuando la mano contraria toco su cuello. Pidiéndole con esa simple acción que lo ladeara para darle más acceso, enojado por haber sigo en un movimiento brusco mueve el cuello del omega -sacándole un quejido en el proceso- para espolvorear el dulce polvo en este. — Tú y yo necesitamos que traigas a ese alfa a tus pies porque si no es así varias desgracias caerán a tu vida como a la mía.

— Entonces espero no fallar.

— Créeme, enserio no quieres fallar — y una última sonrisa se le fie dedicada para después volver a ser abandonado viendo su reflejo, el cual parecía devolverle la mirada con clara lástima. Gruño, el no necesitaba una en ese momento. Mucho menos de su propia persona.

Decidido tomo el antifaz y se lo colocó en el rostro, inhalando y exhalando mientras Jungkook miraba por última vez su reflejo.

Se quito el antifaz, pasándose la mano por el rostro para luego poder respirar con mayor calma la hermosa brisa que había esa noche tratando que con eso las ganas nauseabundas de querer vomitar se fueran con ello.

Su cuerpo aún estaba tenso y no creía que eso fuera a cambiar en tan solo un par de minutos, libero un poco su aroma para tranquilizar a su lobo de aquella manera ya que se encontraba inquieto por ser reprimido en un momento como ese.

Suspiro alzando su rostro al cielo, tomando inhalaciones largas de aquel fresco aire. Los olores seguían estando presente en este, pero no de una manera radical como para incomodarlo como sucedió cuando estaba dentro de la gigante carpa de donde salía una melodía que se atenuaba por la lejanía del lugar.

Tenía que volver, Jungkook estaba consciente de ello, pero no se consideraba en el mejor estado. Su cuerpo aún mantenía las inmensas ganas de eliminar lo poco que había ingerido en ese tiempo y aunque su aroma fuera tenue se sentía denso y lleno de feromonas de ansiedad.

Maldita sea, Jungkook se obligó a si mismo a calmarse.

Se volvió a colocar el antifaz en su rostro una vez que las constantes náuseas que sentía se agraviaron, dándole un poco de sosiego para poder respirar con la boca abierta sin tener el miedo de sacar la comida que su estomago hambriento había ingerido.