capítulo 35

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Raisa

- No estamos en una relación, no digas que estamos en una relacion que yo no recuerde.

-Claro que lo estamos, desde que nos declaramos del uno al otro estamos en una relación- acaricia su nariz con la mía sonriéndome cuando se inca quedando a mi altura y esos ojos que siempre se muestran fríos y oscuros hoy siento que brillan mas que nunca.

-Esto no es normal- le digo viéndolo queriéndolo besar pero el evita mis labios.

- se que nuestra relacion nunca será convencional, vamos a pelear como cualquier pareja y muchas veces olvidare fachas importantes o no diré un te amo diario pero prometo dar lo mejor de mi, demostrarte lo que siento con acciones, acciones que te demuestren porque fue una buena elección elegirme, y se que tu dirás las palabras de amor por los dos- junta nuestros labios en un beso tierno, tomando mi cara entre sus manos, sintiéndome la mujer mas alegre de este mundo, se separa de mi dejando un ultimo beso casto, se sus facciones se endurecen viéndose serio, no deja de sostener mi cara entre sus largas y ásperas manos.

-Escucha con mucha atención esto, por que no se cuando lo volveré a decir, pero quiero que siempre que dudes lo que siento por ti recuerdes estas palabras- asiento, y el no aparta sus ojos de mi.

-Te amo como nunca voy a amar a otra mujer Raisa Beach y eso es lo que siempre jode, eres la mujer con la que quiero pasar lo que quede de mi vida, simplemente eres el amor de mi vida por mucho que les joda a los demás, nos pertenecemos desde que nos conocimos-  no proceso esas palabras, me quedo en shock no se que hacer, cuando abro la boca para decir algo el junta nuestros labios besándome con tanto amor, yo no respondo enseguida ya que aun estoy paralizada, repasando en mi mente sus palabras para nunca olvidarlas, guardándolas en mi mente como en mi corazón, cierro los ojos dejándome llevar por el beso tomando a Damián de la cabeza, juntándonos aun mas y dejándome caer de el mueble a sus brazos donde en vez de el quedarse sentado se cae de espaldas chocando con el suelo quedando yo arriba de el, me iba a separa para ver si esta bien pero el no me lo permite sujetándome de la cabeza. cuando nos separamos nos quedamos mirando repasando nuestros rostros como queriendo nunca poder olvidarnos el uno del otro, le sonrió.

-Te amo Damián y te prometo que todos los días te lo diré y lo repetiré por los dos aunque yo se que eres un cursi en progreso- el me acaricia la mejilla sonriéndome, para luego cambiar de lugar rápidamente dejándome abajo de su fuerte y ancho cuerpo, el baja su cabeza besándome para lego separarse y empezar a dar besos en toda mi cara sin omitir lugares, deseando quedarme así por siempre con el, se separa al escuchar como se cae algo, volteamos los dos a donde esta mi bolsa que se a caído por dejarla donde sea, nos vemos los dos al mismo tiempo para ponernos a reír cuando vemos como sale una foto en la revista de los dos besándonos afuera de mi casa la cual aun conservaba, el se deja caer a mi lado, mirando una escena que nunca creí ver, el arrogante Damián Tuell en el tirado en el suelo riendo, cuando para de reír me ve y me jala hacia el quedando en su pecho.

-Joder, pero mira que me has hecho dulzura, nunca imagine estar votado en el suelo y menos contigo- le pego en el pecho.

-Esto es solo el comienzo de todo lo que nos espera- el se levanta para luego extenderme la mano ayudándome a pararme, se sacude el saco como si tuviera polvo.

-¿quieres comer algo?- me dice cuando escuchamos como mi estomago hace un ruido haciendo que tenga vergüenza.

-No gracias luego comeré algo- el niega.

-Raisa estas muy delgada últimamente, es malo perder peso tan drástico, debes de comer para tener buena salud y aguantar nuestras folla..- le tapo la boca es un cerdo, en un minuto estaba muy romántico y ahora sale con esto.

-Damián- exclamo apenada.

-Hablo enserió debes de alimentarte Raisa, así que ahora mismo te alimentaras- y volvió el controlador Damián

-Esta bien voy a pedirle a tu secretaria un café- voy a la puerta, su secretaria es una joven que me cae muy bien, además no es como las otras mujeres que se le insinúan a Damián o caen por su excelente físico, si no que ella si sintiera algo por el yo creo que es respeto y a quien engaño ella le tiene miedo ya que el es un jefe muy controlador.

-No lo harás, iremos a comer algo,  además aquí nunca se puede pedir café, se que Clarise escupe en mis bebidas por eso nunca pido aquí nada, no la puedo correr ya que es eficiente y lo mas importante no tengo pruebas, además te invito yo, ya sabes para festejar- si soy sincera nadie culparía a la pobre Clarise yo también lo haría, el es un tirano, no se porque no renuncia.

-Esta bien vamos a comer algo tu ganas- camina a la salida tomándome de la mano, sonrió por que por mas frio que sea tiene esos detalles conmigo, cuando estamos saliendo del elevador trato de soltarme pero el me toma de la mano con mas fuerza jalándome a su cuerpo donde el me toma de la cintura acercándonos mas, prendiendo mi cara de un tono rojo, nos dirigimos a la entrada para luego montarnos en el carro, en el cual vamos platicando de todo un poco mientras el acaricia mi pierna desnuda, el no es el que maneja yendo los dos atrás, he notado que conmigo se reste día lo e visto mas feliz y risueño que lo que ha estado en toda su vida, cuando nos íbamos a besar nos interrumpe su celular, el lo toma cuando le insisto, veo que es Jane que le mando un mensaje.

-Maldición- dice viendo su celular.

-¿Que le paso?- le digo.

-No se, ya vez como es, solo dijo que mañana tiene que hablar en privado conmigo, es muy importante, no se que le pasa- y es cundo recuerdo lo de su "relacion" con el francés, sonrió.

-Mañana te enteraras de que tema te quiere hablar y es tan importante que te esta avisando antes- espero que te valla bien Jane pienso antes de que el busque como desesperado mis labios uniéndolos rodeándome con sus fuertes brazos.

No me mandasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora