Epilogo

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Un año mas tarde.

Damián.

-Escucha no hagas trampa- se queja Raisa golpeando mi pecho.

-No soy tu- dejo de mirar el libro para con una sonrisa lobuna mirarla.

-Te estoy observando- se queja de nuevo regresando su vista a el libro yo hago lo mismo.

Nos tomamos unas pequeñas vacaciones de quince días yendo a la isla privada de mi familia a disfrutar el uno del otro y vaya que hemos disfrutado, ahorita estamos en nuestra habitación, recostados en la cama ella sentada en recercándose de la cabecera mientras yo estoy con la cabeza recostada en su regazo, una excelente posición.

-Sigue- le digo cuando deja de acariciar mi cabeza, ella me mira mal para luego acariciarme.

-Solo si no haces trampa- sonrió, es perfecta aun enojada porque le voy ganando.

-Lo prometo dulzura- le doy un beso en el muslo descubierto ya que solo lleva un bonito traje de baño que la hace ver mas tierna pero ala vez sexi algo que me vuelve loco y yo estoy en unos shorts solamente.

-Eres un pervertido- sonrió siguiendo leyendo, ya que hemos hecho una apuesta antes de venir aquí, compramos el mismo libro los dos "El príncipe romano", dijimos que a las tres de la tarde nos lo pondríamos a leer solo una hora y media y apostamos que el que lo termine primero ganara y le podrá pedir lo que sea al otro, llevamos cuatro días haciéndolo y ella apenas va por mas de la mitad cuando yo e leído mas de cinco veces la mismas treinta hojas ya que no quiero hacerla sentir mal por que yo lo he terminado cuando ella no va por mas de la mitad aunque es muy aburrido aunque claro ella no sabe que ya lo he terminado, si fuera otra situación ya le hubiera dicho que gane hace tiempo pero con ella no puedo.

Aburrido veo como faltan mas de veinte minutos para terminar con este martirio, me arrepiento por quinta vez por aceptar esta apuesta de la antes emocionada Raisa, hago una mueca, con cansancio tomo el libro y marco veinte hojas antes del final un final impresionante pero de tanto leerlo aburrido, lo dejo en el buro volviéndome a acostar en el regazo de mi dulzura, cierro los ojos disfrutando de este tranquilo momento con ella, siendo como ella acaricia mi cabeza para luego acariciar mi cara haciéndome abrir mis ojos, Veo como me observa dejando el libro a un lado.

-Amo tu cabello es tan suave y tu piel es muy tersa tanto que me das envidia de la mala- sonríe, tomo en mi mano la suya llevándola a mis labios depositando un beso en su palma.

-Así que eso es lo que mas te gusta de mi- niega, frunzo el seño ya que eso nunca se lo había preguntado y di por sentado que lo que mas le gustaba era mi cabello por eso lo deje largo o mi miembro.

-¿Entonces que es?- ella me mira con esa cara que siempre ha hecho cada vez que me ve, esa cara que solo hace conmigo, donde su rostro solo me transmite paz y me hace saber que me ama.

-Tus ojos- la miro extrañado.

-¿Porqué?- pregunto.

-Porque hace contraste con todo tu pero en ellos puedo ver lo que realmente sientes además me gustan como me ilumina la oscuridad de estos- sonrió, siempre sabe que decir.

-¿A ti que mas te gusta de mi?- dice, me pongo a pensar ya que nunca lo había pensado.

-Tu sabes que mas me gusta de ti- sonrió maliciosamente, ella me da un golpe en el pecho cosa que ya se le esta haciendo costumbre.

-Tus labios, me gustan su forma de corazón además de su tono rojo como el de una manzana, y tus pechos déjame decirte que desde los diecisiete se han formado muy bien, redondos y pequeños con una aureola rosa pálido con... - me tapa la boca antes de que continúe con mi descripción minuciosa, veo como se sonroja, giro los ojos, después de todo que hemos hecho y desecho en este tiempo y todavía ahí veces en los que se sonroja pero ahí veces en los que las palabras mordaces salen de ella como también la iniciativa.

-Ya lo entendí- me destapa la boca, tomo sus manos y de un rápido movimiento la sujeto de La cintura poniéndola abajo de mi recostada conmigo arriba.

-Eso es muy bueno- empiezo a besar su cuello.

-Ya no finjas ya lo se- detengo de darle besos levanto mi cabeza con el seño fruncido, ¿Qué sabe?

-Ya terminaste el libro desde hace tiempo y no me lo quieres decir- niego volviéndola a besar.

-No es cierto- ella niega.

-Ganaste- hace un puchero, tentándome a morderla.

-me faltan veinte paginas aun- levanta una ceja.

-Ayer te faltaba la misma cantidad- mierda.

-es que se me olvido una parte del libro- me excuso, queriendo distraerla acariciando sus bellos muslos.

-claro, se le van a olvidar las cosas al hombre que aprendió todas las leyes del pais en días aun cuando no estudio leyes y al hombre que lo tomaron como genio nacional.

- que te digo las cosas suceden- me toma de los hombros y me pone en la cama muy fácil ya que no me resisto a lo que quiera hacerme, cambiando la posición ahora ella esta arriba de mi viéndose aun mas bonita, acaricio sus desnudas piernas, parece un animalito que quiere cazar, mientras ella baja los besos a mi cuello tocando a mi amigo con una mano y la otra acaricia mi pecho.

-¿termina bien?- susurra en mi oreja para luego morderla olvidándome de todo y respondo en automático.

-Si- digo bajito, ella se separa de mi viéndome mal, mierda.

- así que ya lo leíste- afirma y yo asiento.

-si.

-porqué no me lo dijiste?- me pongo la mano abajo de la cabeza, lo pienso ya que ni yo lo se del todo.

-no lo se solo lo hice- ella se acuesta en mi pecho dejándome sentirla, me besa.

-no lo vuelvas a hacer, aunque me duelan las cosas o tengas que ganar como ahorita nunca me ocultes las cosas, como yo nunca te las ocultare- pongo mi mano en su cintura.

- lo prometo- sonríe y me da un beso, en ese momento me doy cuenta que con solo verme con esos ojos dulces yo le daría todo, ¿desde cuando me he vuelto así?.

- Ahora dime tu deseo- sonrió haciendo un gesto de que lo pienso.

- verte vestida de colegiala sexi me traería buenos recuerdos y cumplirías mi fantasía de la adolescencia, de lo que quería hacerte cuando estábamos en el colegio, tu paseándote por hay tentándome con tus dos caletitas y calcetas largas mmm- me ve mal pero luego asiente sonriendo.

-¿Eso quieres?- niego, pensándolo mejor.

- No, eso lo dejaremos para mas tarde, puede ser para sorprenderme tal vez en mi cumpleaños ya que ya tienes la idea y lo esperare ansioso ahora lo que quiero es..- la beso.

-Déjame tenerte para siempre, quiero hacer mi vida contigo, no te vayas Raisa. Además quería proponerte algo pero esto puedes decir que no o si- toco un mechón de su cabello para llevármelo a la nariz oliéndolo, huele a fresas.

-Te amo señor amargado, desperdiciaste tu deseo porque tu me vas a tener para siempre ¿Qué me quieres proponer?- besa mi nariz.

-Viajemos Raisa, sin destino y fecha de venida, solo tu y yo por el mundo a donde quieras, viajemos por un año o cuanto quieras después de estas vacaciones, quiero conocer el mundo contigo, claro si no quieres no ahí problema- ella sonríe besándome para callarme, esto lo he tenido en la cabeza casi hace un mes, he decidido que quiero disfrutar mi juventud con ella.

-Acepto señor amargado con usted puedo ir a donde sea, solo con estar con usted me basta- sonrió contento con sus palabras, la tomo de la nuca volviendo a unir nuestras bocas

Eso es lo que mas deseo, a ella por siempre como mi compañera, novia y quien sabe tal vez próximamente mi esposa.

Te amo Raisa.

. . . .

Este es el final de la historia de Raisa y Damián dos personas destinadas a estar juntas desde que se conocieron.

Espero que les haya gustado, me alegrarían escribiendo que les pareció esta historia y su final, gracias por leerla los amo.

Aviso: va a ver libro de Jane en la siguiente nota esta la sinopsis.

No me mandasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora