Un mes y medio después.
Raisa.
-Apresúrate Raisa, el vecino acosador ya esta aquí-Escucho a Jane gritar desde la sala, yo con prisa me pongo los aretes, me doy una mirada rápida en el espejo aprobando mi imagen, un vestido liso color negro con mangas y un escote en v con la espalda descubierta, con una sonrisa salgo y paso a la sala donde veo a Jane ya arreglada con un vestido rojo ajustado que la hace ver poderosa y junto a ella esta su guapo hermano con un traje negro acentuando su espalda ancha y cuerpo atlético con su cabello hacia atrás dándole un aspecto aun mas serio y sinceramente se ve jodidamente bueno, me le quedo viendo, veo como el me recorre con la mirada veo ese brillo en sus oscuros ojos que tanto me gusta, ese brillo que solo a mi me muestra y espero que siempre o haga, el se acerca a paso lento a mi, cuando esta cerca de mi se agacha un poco y me da un beso en los labios, su sabor siempre me encanta, sabe a a menta fresca, ciento como me rodea con sus brazos la cintura separándonos.
- Eres hermosa dulzura- sonrió viendo su cara amargada.
-Tu estas muy guapo, tanto que no quisiera que fuéramos y quedarnos aquí solos- rodeo mis brazos en su cuello acercándolo a mi.
-Por mi no ahí problema, quedémonos- me aprieta la cintura, el es perfecto para mi.
-Nadie se va a quedar, recuerden que nos están esperando, luego hacen sus cochinadas, pecadores, ahora andando, yo me voy por separado- la miro salir del departamento, Jane cada día es mas amargada, pero tiene razón, me separo de Damián, el cual se le queda viendo a la puerta con un gesto oscuro, conociéndolo a de estar maldiciendo a Jane.
-Vamos- me tiende la mano mirándome, la tomo, su mano está tan fría, y las mías siempre están calientes así que así nos complementamos, salimos del departamento y nos metemos a el ascensor.
-¿Nunca has tenido ganas hacerlo en un elevador?- dice de repente mirándome con ese gesto tan penetrante, siento como me quedo sin palabras.
-Eres un pervertido- el sonríe de lado.
-Eso no contesta mi pregunta- se acerca a mi cuello, y dejando hay un beso dice- pero lo tomare como un si.
Cuando toma mi barbilla con su mano doblando mi cabeza hacia atrás queriéndome besar se abre la puerta del ascensor, me separo empujándolo viendo que se ha subido una señora como de cuarenta años, siento que estoy de mil colores, ella se acomoda enfrente de nosotros, dejando el ambiente en un , bajo la cabeza por la pena, siento como Damián se acerca a mi dejando su mano en mi espalda la cual esta descubierta, sonrió levantando mi cabeza viéndolo, el baja su mano despacio hasta dejarla en mi nalga derecha, se me borra la sonrisa lo dejo de mirar para mirar a la señora que solo ve al frente, siento como me da un apretón que me hace saltar, lo veo mal dándole con mi codo en su costilla para que se calme, el se agarra el lugar afectado mirándome mal, yo le sonrió, escucho como se abre la puerta mirando que llegamos al lobby, busco su mano tomándola cuando salimos, la pongo alrededor de mi cintura el la deja hay, sonrió estirándome para darle un beso de pico, me separo para caminar a la entrada donde nos espera la limosina negra.
-Dulzura eres una chica mala- dice con voz ronca apretando mi cintura, detiene su paso haciendo que haga lo mismo, el se inclina a mi oído sintiendo que mi piel se eriza cuando siento hay su caliente aliento- mmm me gusta- susurra mordiendo mi oreja un poco, mandando sensaciones a mi vientre,
-Vamos- me da unas palmaditas caminando como si nada enfrente de mi- me quedo parada unos segundos para después seguirlo, ceo como camina calmado pero elegantemente, se detiene dejándome entrar primero, cuando estamos adentro el se acerca a mi.
-Todavía no llegamos y ya me quiero ir- suspira cerrando los ojos para luego verme- lo único bueno de esta noche es verte a ti en ese vestido tan atrevido dulzura e quieres volver loco desde hace rato.
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No me mandas
RomanceRaisa Bech la mejor amiga de jane Tuell de toda la vida, sus padres son ricos pero nada comparado con la fortuna de los Tuell, de las dos ella es la dulce y la que sigue las reglas, pero algo que pocos saben es que la dulce Raisa lleva toda su vid...