DAMIAN
Estoy tan estresado, hoy a sido unos de los días en los que tengo más trabajo y peor que es sábado, tuve que asistir a una junta desde las ocho de la mañana la cual era muy importante y yo tenía que asistir, lo jodido es que cuando estaba a punto de terminar y hacer un convenio con la otra empresa, pero llamaron a el Ceo de esa empresa, que su esposa estaba en labor de parto y el se tuvo que ir, se tiraron casi tres jodidas horas a la basura, luego tuve una junta con el departamento de planificación por un nuevo proyecto que ayudará a la empresa y a mi en mi carrera ya que yo estaré a cargo y fue mi idea pero lo jodido es que la directora de planificación me estuvo violando prácticamente con la mirada todas esas hora lo que fue incómodo y por dos fáciles razones no me la iba a coger como ella quería, una: ella tiene como cincuenta años y la segunda es que yo tengo un código que es no mezclar el trabajo con el placer sin importar que.
Después de largas horas estoy en mi oficina, me quitó la corbata y me desabrocho los primeros dos botones, cuando estoy desabrochado en tercero escucho cuando abren la puerta, llevó la mirada hacia la persona y es Madison, la cual entra como si fuera su casa con dos cafés una sonrisa.
-Hola, traje café- ella ya me hostiga, desde que entró a la empresa hace hasta lo mínimo para estar conmigo, empezando por querer almorzar juntos, los primeros días me parecía bien pues se estaba adaptando a la empresa y teníamos pláticas interesantes pero después hacía todo para no despegarse además que la e estado evadiendo yéndome a comer afuera o con socios, no quiero comer con ella.
-Que sea la última vez que entres sin tocar- digo enojado, odio que me interrumpan, veo como ella me mira de arriba a abajo sin disimular y eso llena mi orgullo, con solo tres botones desabotonados y sin corbata las mujeres se hipnotizan no imaginaria sin camisa, pero rápido llega el enojo de nuevo.
-Lo siento, no volverá a pasar, te traje un café, en los últimos días no nos hemos visto- asiento parándome a tomar el café, ella camina con una sonrisa a mi pero cuando está por llegar veo como se resbala y tira el café en su camisa, suelta los vasos manchando el piso, unas gotas caen en mi zapato, levanto mi cabeza, la veo se le derramó en la blusa la cual es blanca lo cual es raro ya que ella siempre acostumbra a usar ropa oscura, pero veo que por el café se le pega a la piel y noto que se le marcan los pezones por lo que veo no traia brasier, yo rápido quito mi mirada de ella y veo el piso empapado, pero ella se acerca a mi y me toma de una mano, veo como me ve y no se que hacer.
-Quema mucho, ayúdame- asiento y sacó un pañuelo de mi pantalón el cual siempre llevo, se lo tiendo pero ella no lo toma a lo que frunzo en ceño.
-Me queme la mano- siento el enojo acumulado y sospecho algo, no me enseña la mano quemada es más la pone atrás de espalda, no se cual es su intención, pero no le tomo atención así que me separo de ella y con la mano con la que me agarraba le entregó el pañuelo.
-Entra a mi baño aquí en mi oficina y límpiate- ella asiente con la cabeza baja y camina lento al baño lo cual es raro para alguien que tiene una quemadura y le duele, por lo cual veo que no le duele tanto, maldigo por el suelo todo sucio así que llamó a los de limpieza pidiendo que manden a alguien para que limpien este desastre, cuando ella sale del baño con la blusa más mojada pero con la mancha todavía, se le pega aún más a la piel, pregunto.
-¿Ya estas mejor?- camina hacia mi.
-si pero mi blusa esta arruinada mira- bajo la mirada desinteresadamente y estresado por esta situación .
-Lo note, para la próxima para que esto no suceda ten mas cuidado- ella sonríe dando un paso más a mi pero en eso tocan la puesta, doy el permiso a que entre y veo como una señora de limpieza entra.
-Limpie por favor- me siento en mi silla viendo unos documentos, cuando han pasado como diez minutos la señora me dice que ha terminado, yo le digo que puede irse, pero veo que Madison sigue aquí.
-Tu también puedes irte, si quieres tomate el día y vete tu casa para que te puedas cambiar y curar- ella asiente y sale, no le tomo atención, por ella no siento nada, en su tiempo por ella sentía gusto y sentía una llama encendida la cual ahora no esta, y creo que nunca mas se encenderá, ella y yo tuvimos nuestro momento pero eso ya paso, ahora esa llama solo se prende con una sola persona, una niña llorona y decidida con la cual no puedo sacar de mi cabeza, cierro los ojos recordando ese beso que nos dimos en el carro, los abro y suspiro, para ya no pensar mas en ella me dedico a el trabajo y en terminarlo para mañana no venir a la oficina, cuando ya termine escucho como alguien abre la puerta, y estoy dispuesto a despedir a esa persona ya que me jode que no toquen peor cuando alzo la vista miro al idiota de Massimo.
-Me jode que no toques la puerta, es que no puedes hacerlo- él niega riendo.
-Buenas noches para ti también amigo- suspire, contra él no puedo siempre se lo toma a juego.
-Vengo a recogerte que por lo que veo no planeabas irte nunca ¿acaso se te olvidó nuestra salida?- niego.
-Para que te miento, si lo e olvidado, pero que bueno que viniste estoy desesperado por irme- él asiente.
-Que bueno porque hoy vamos a beber- me paro de mi asiento y recojo mi carpeta para salir, cuando salimos veo que ya no hay nadie en la empresa solo los guardias, salgo y me meto en mi carro, el camino duró poco pues el antro no está tan lejos, veo que hay muchas personas a lo que me enorgullece, pues es uno de los más populares y eso que no cuento los otros que tengo en diferentes ciudades, cuando llego dejo las llaves a el joven y espero a Massimo, veo que baja y camina a mi le digo.
-Pensé que no llegabas- nos pusimos a caminar a la entrada.
-No molestes- me rio.
Solo con una mirada el guardia nos deja entrar pero me detiene diciendo.
-Disculpe señor Tuell pero tiene que saber algo- lo miro fastidiado, no quiero más trabajo hoy.
-¿Es algo importante o de suma importancia- este niega y va a hablar pero yo lo interrumpo.
-Entonces no me interesa saber, resuelvanlo ustedes- me dirijo adentro donde alguien nos dirige a una mesa privada pero en esta podemos ver todo lo que pasa, cuando llegamos habla Massimo.
- Esto es genial, debería de venir más seguido- me rio.
-claro que te gusta si tomas gratis eres un gorrón- se ríe.
-Claro, solo por eso te aguanto para beber gratis sino no fueras mi amigo- nos reímos y en eso llega una joven que no a de pasar de los veinte con una botella de tequila y una de wiski que es lo que es siempre pedimos, nos sirve y se va.
-A tomar se a dicho, salud- bebemos de un solo trago, luego me sirvo otro, siento como me quema la garganta lo cual me agrada, me sirvo el tercero y es cuando llegan dos mujeres atractivas pero no me interesan, se sientan con nosotros y no le tomo atención pues alguien me distrae, una mujer de vestido verde pegado a su cuerpo bailando, es simplemente hermosa, cuando destello a esa bella diosa y ella voltea veo su bello rostro, es Raisa, veo como muy gustosa baila con un hombre que la toquetea y eso es el colmo, que carajos hace ella aquí sola, me tomó de un trago el licor y bajó apurado para sacarla de aquí, cuando llego veo como se sube al escenario, y no se quien carajos la dejo subir ahí, parece que tendré que despedir a alguien, veo como baila para todos moviendo sus cadera y tocando sus pechos, quiero bajarla ya pero no puedo, si lo hago se armara un escándalo a lo que mandó rápidamente a un guardia a que el lo haga, cuando está abajo peleando con el guardia me acerco furioso y la tomó del brazo.
Por la entrada la suelto y ella me voltea a ver y veo que está más que ebria, apenas puede estar de pie, luego de verme se queda congelada y luego dice.
-Que carajos.
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No me mandas
RomanceRaisa Bech la mejor amiga de jane Tuell de toda la vida, sus padres son ricos pero nada comparado con la fortuna de los Tuell, de las dos ella es la dulce y la que sigue las reglas, pero algo que pocos saben es que la dulce Raisa lleva toda su vid...