DAMIAN
-Que carajos- dice no muy fuerte.
-Eso es lo que me pregunto, que carajo haces aquí, qué acaso no te dijo mi hermana que está prohibido este lugar para las dos, además estar bailando con esos hombres y dejar que te toquen y para rematar- ella solo se tambalea un poco a mi, estira su mano y me pellizcó la barbilla, para luego reírse.
-Eres tan odioso pero guapo ¿Cómo puede ser eso?- aleje su mano de mi cara.
-Eres una tonta, ¿que acaso no sabes que no debes de tomar más de la cuenta? o que eso no te enseñaron tus padres, te puede pasar algo, y yo ni nadie estará para salvarte- ella hace un puchero.
-Pero tú eres como un príncipe, tu sálvame, de ese hombre malo- dice para después señalarme con su manita, en eso me doy cuenta que hablar con ella en estas condiciones es como hablarle a una maldita pared.
-Esto es el colmo, no te hagas la tonta, que colarse para bailar moviendo el culo enfrente de todos esos depravados mientras los hombres te chiflan y mal piensan, es lo peor que se te pudo ocurrir, ¿en qué pensabas?, claro que no pensaste en nada estas borracha- me detengo cuando veo que ella se puso a llorar de repente a sollozar como niña pequeña.
-No me regañes, eres un príncipe malo así tu princesa no te va a querer y te va a dejar solo con tu caballo, mira como me haces llorar- dice puras incoherencias así no puedo, me doy por vencido, pensando en mañana regañarla, pero me doy cuenta que cuando ella se embriaga se vuelve como una niña mimada.
-Vámonos a casa ya estoy harto de esto- me voy a la salida y veo como ella se tambalea para luego detenerse, me acerco a ella.
-Vamos- pero ella niega cruzándose de brazos haciendo que se vean aun mas sus bellos pechos.
-Me tienes que dar un beso antes de que me lleves si no pues no- me niego.
-Eso no va a pasar- se pone a llorar de nuevo, me acerco le doy un beso, solo fue un roce y me aleje pero por alguna razón en mis labios quedaron un suave hormigueo, la sujete del brazo y la saque de inmediato, cuando salgo veo que ya está el chofer esperando así que la meto con cuidado para luego meterme yo, y el auto arranca,
- ¿A la mansión señor?- niego, volteandola a ver.
- A mi departamento- asiente, veo como ella sonríe y me voltea a ver-.
- eres tan feo pero tan guapo- dice arrastrando las palabras y yo frunzo el ceño, pero veo como se levanta un poco y se mueve hasta quedar sentada en mi regazo, yo me tenso ya que nunca hemos estado así de cerca y esta que es la primera vez ella esta borracha.
Me ve a los ojos, luego baja su mirada a mis labios y me besa, es un beso más tardío pero casto, yo me quedo quieto, ella se separa para luego voltear la cabeza y recargar en mi pecho su mejilla, yo no sé qué hacer en estas circunstancias, pongo mi mano despacio en su cabello acariciándolo.
-Por favor no me rompas, no me dejes- dijo, me detuve en acariciar su cabello y ella cerró sus bellos ojos acomodándose mejor, esas palabras me hacen sentirme un miserable por dañarla todos estos años indirectamente con mis acciones aun sabiendo que estas la dañaron, posó una mano en su cabeza pegándola mas a mi y acariciando ese bello cabello y la otra la entrelazo con su tibia mano.
-Te lo prometo- beso su cabeza, a los minutos ella queda dormida y con ella así de cerca de mí y sintiendo su calor, me siento después de mucho tiempo completo.
Después de minutos llegamos así que decidí despertarla.
- Ya llegamos- la muevo un poco hasta que se despierta y sale del auto adormilada, veo como se tambalea, tomo su mano y entramos, veo como el de recepción se acerca cuando me ve.
-Buenas noche, que tenga buena noche- asiento caminando pero abro mis ojos de la impresión cuando veo como Raisa se agacha vomitando los zapatos y pantalón del recepcionista, esta es una situación muy incomoda y mas cuando veo que Raisa casi se cae, la tomo en mis brazos.
-Disculpe señor- siento un poco de pena por él..
-No se disculpe que no tiene la culpa y le aseguro que por este error será recompensado- el joven asiente y se va, yo hago lo mismo pero con Raisa en mis brazos, maldigo por esto y cuando por fin llegamos a mi departamento en el cual pasó los días que no quiero estar con mi familia.
Me dirijo al baño para luego bajarla de mis brazos y abrir la puerta, cuando entramos abro la llave de la regadera y arrastró a Raisa a esta, para luego ver como abre grande los ojos los cuales tenía entrecerrados.
- Aah- grita pero luego se calla, trata de salir pero al parecer sus piernas no responden más de un paso pequeño, cuando ya creo que paso un rato considerable, voy por una toalla y la saco, ella está temblando, la siento en el lavamanos y le secó el cabello con cuidado con una toalla y la otra la tiene enrollada en su cuerpo, luego de secarle el cabello, voy con lo que me temía, dirijo mis manos al cierre de su vestido bajándolo y tocando su tersa espalda, jadea y yo maldigo, la tapo mejor con la toalla y le quitó el vestido, tomo mi bata y se la pongo sin ver, algo que toma toda mi fuerza de voluntad, la dejo en el baño.
me dirijo al closet donde rápidamente me cambio de pantalón y camisa por unas de dormir, tomo una de mis camisas y un bóxer para cambiarla, llego al baño y la veo que está con cara de sueño en donde la deje, volteo a un lado y meto mis manos a la bata quitando las bragas mojadas para luego poner el bóxer, luego le quitó la bata y le pongo mi camisa aún sin ver, ya cuando esta lista veo donde esta las bragas y maldigo por milésima vez en la noche al ver que usaba una tanga color rosa que me hace alucinar sabiendo que no es el momento, dejando mis pensamientos de lado la volteo a ver mirando si está bien, y veo se le marcan los pezones en la camisa y me maldigo a mi por haber elegido una camisa blanca, no puedo quitar mis ojos de esas bellas aureolas, niego quitando la vista de ella para cargarla y llevarla a mi cama a que pueda descansar, mañana le espera un largo día, con la reprimenda que le voy a dar, tanto que va a preferir que le de nalgadas, además de la horrenda migraña que es seguro va a tener, la acuesto y arropo viendo como está cerrando sus bellos ojos.
-Descansa mi dulzura- besó su frente para pararme y dirigirme a la salida, hoy me toca dormir en la habitación de huéspedes pero siento una mano tomar mi camisa haciendo que voltee.
- Prometiste no dejarme, me mientes- niego devolviéndome y beso de nuevo su frente.
-Tienes que dormir- ella niega haciendo un lindo puchero.
-Quédate conmigo- niego no puedo eso seria faltarle al respeto, pero cuando se pone a llorar cambio de opinión debatiéndome si hacerlo o no me decido por acostarme en la cama junto a ella sin tocarla como tanto anhelo, miro el techo, estoy sintiéndome bien con algo que mucho tiempo me privé por estúpido, cuando siento una mano en mi abdomen junta su cabeza en mi hombro acurrucándose a mi, sin saber que hacer pongo mi mano en su cabeza y la otra la paso por debajo de su cuello para que ella este mas cómoda abrazando con esa su espalda, ella pone sus piernas sobre las mías, si antes me sentía completo ahora me siento pleno, suspiro besando su cabeza.
-Así está mejor- dice, yo sin decir nada concuerdo y cierro los ojos mientras que por primera vez duermo bien. Sin preocupaciones o pensamientos estresantes, ya que en mi mente solo esta ella sonriéndome con la dulzura que solo ella me sabe dar.
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No me mandas
RomanceRaisa Bech la mejor amiga de jane Tuell de toda la vida, sus padres son ricos pero nada comparado con la fortuna de los Tuell, de las dos ella es la dulce y la que sigue las reglas, pero algo que pocos saben es que la dulce Raisa lleva toda su vid...