capítulo 42

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Raisa

Ya a pasado dos semanas desde que paso la... persecución, y lo bueno es que nada paso a mayores, mi madre y la tía cuando se enteraron vinieron al instante y después de mucho sermón donde Jane se harto y se fue dejándolos peleando solos ya todo se a calmado, hace cuatro días nos mudamos a un apartamento en un edificio privado que esta cerca de nuestros trabajos en la compañía, he pasado unos buenos días disfrutando de mas libertad y de Jane ya que no se cuando se vaya así que mientras este aquí voy a pasar mucho tiempo con ella, además ella aun le duele lo de Massimo, ella no lo demuestra pero se que sufre en secreto.

-¿En que piensas Raisa?- me dice.

-En que quiero ir a ver a Damián- ella gira los ojos, porque lo que no he mencionado es que el posesivo de mi hombre compro un apartamento un piso abajo del nuestro, nadie lo sabia hasta que un día llego a mi puerta diciendo que me tenia una sorpresa, y sorpresa que me lleve cuando vi que me llevo un piso abajo enseñándome su apartamento, el dio la excusa que lo tenia desde hace años pero no le creí nada.

-¿El vecino obsesivo?- asiento parándome del mueble donde estaba sentado junto a ella.

-Yo que tu rompo con el de una vez, digo un poco mas y te secuestra aunque no dudo que esa idea se le haya pasado por la cabeza algún día, además quien quiere un hombre como el- le sonrió dándole un golpee en la frente con mis dedos.

-Yo lo quiero, y lo del secuestro no estaría mal- me rio, ella busca en su bolsa de pantalón algo y me lo da.

-Ten, no quiero que tener sobrinos, porque no dudo que los tuyos los haya picado con una aguja par de pecadores- me rio mas saliendo del departamento con el condón en mi mano lo guardo en mi la bolsa de mi pantalón,, aun somos jóvenes como para tener hijos, además no llevamos mucho de novios, pero prevenir nunca esta de mas, cuando llego a su puerta la toco, el no tarda en abrirme, lo veo adormilado con el cabello revuelto y música de fondo, le sonrió tirandome a el abrazándolo fuertemente, el me envuelve con sus brazos, para después sostener con una mano mi barbilla levantando mi cabeza besándome, tomándome en sus brazos llevándome adentro, donde veo papeles en la mesita y su computadora junto a una copa de wiski.

-Te desperté- el asiente.

-Me dormí viendo unos papeles- dice atrás de mi, dando besos en mi cuello, me volta.

-Te extrañe- me besa.

-Ayer nos vimos- digo.

-¿Y que?- Me toma cargándome hasta el mueble donde el se sienta dejándome a mi arriba de el, al parecer esta es nuestra pose favorita, me acaricia la mejilla,

-déjame besarte a mi manera- junta nuestros labios, siento como introduce su lengua en mi boca entrelazándolas, sintiendo como el lleva el control, succionando varias veces mi labio inferior mordiéndolo en el acto, nos separamos para tomar aire con nuestra respiración agitada, el vuelve a unir nuestros labios en el mismo ritmo, se levanta cargándome no se a donde se dirige hasta que siento que deja mi cuerpo poco a poco en la cama donde entrelazo mis piernas en su cintura sintiendo sus caricias, vamos dejando la ropa a un lado con cada caricia, después de tantas veces ya no siento pena de estar desnuda enfrente de el, ahora me siento cómoda, me siento segura.

Siento como sus besos bajan a mi cuello, dejándome perder en su toque, baja un poco mas besando mis pechos succionándolos y amasándolos, mientras aprieta mis glúteos, una parte de mi cuerpo que le encanta ya que siempre me anda tocando ahí, baja mas besando mi abdomen y mordiéndolo dejando marcas, llega a mi parte intima donde abre mas mis piernas posicionándose entre ellas, siento como deja un beso en mi botón para luego exhalar aire frio haciendo que me estremezca.

-Me encanta como hueles y sabes acá dulzura- me mira pícaramente desde abajo, para luego seguir el camino de besos hasta mis muslos donde se pierde pero siento esa corriente eléctrica llegar, con cada beso me siento mas amada, regresa a mi dejando un beso en mis labios.

-Eres el hombre de mi vida Damián- sonrió volviéndolo a besar con mas intensidad sintiendo que somos uno, nos seguimos besando disfrutando de nuestras caricias mutuas sin tener prisa disfrutándonos mutuamente, el se posiciona entre mis piernas después de un rato penetrándome sin dejar de ver mis ojos, veo esos ojos oscuros que amo tanto, siento que mientras me penetra acaricia mi botón dándome mas placer, nos unimos en uno mientras su cabeza esta en mi cuello susurrándome palabras de tiernas pero a su modo morbosas mezclada con jadeos y gemidos por parte de los dos, lo abrazo arañando su espalda, lo tomo de la cara uniendo nuestros labios cuando siento que ya estoy cerca, gimo y entierro mis uñas mas fuerte cuando siento que ya estoy apunto de tener el clímax, me arqueo sintiendo su piel rosar la mía, sintiendo mi liberación a su mayor expresión, para luego sentir como su miembro vibra sintiéndose mas caliente haciéndome saber que esta llegando, me toma de la cintura penetrándome mas rápido hasta que siento como eyacula haciendo sus movimientos lentos y haciendo una mueca de placer tan sexi que la grabo en mi mente queriendo recordarla siempre, mientras me siento anestesiada, unos minutos después se acuesta junto a mi atrayéndome a el me toma de mi cintura haciendo que quede mi cuerpo encima del suyo sintiéndolo a todo su esplendor cosa que amo, ya que la diferencia de estaturas es muy clara quepo perfectamente en su pecho, entrelazo mis piernas con las suyas, recargándome en su pecho haciendo mi pasatiempo favorito cuando estoy con el, escuchar su corazón agitado y latente sabiendo que aunque el no lo diga siempre demuestra su amor de diferentes maneras, muevo mi cabeza para verlo cuando siento como acaricia mi cabello.

-Me gusta como te esta quedando el cabello- le quito un mechón de su cabello rubio ondulado que tapaba su cara, ahora la trae mas largo de lo habitual tanto que le podría salir una colita, el nunca lo trae ni largo ni corto pero veo que se lo esta dejando crecer, en estos días no se lo he comentado.

-¿si?- me muevo para dejar un beso en su pecho.

-Te hace ver mas sexi como un león- lo veo sonreír mientras me aprieta un glúteo haciéndome sobresaltar.

-Eres una pervertida acabamos de terminar y ya me estas seduciendo tentándome a continuar- lo miro mal.

-tu también lo eres- el se ríe haciendo que vibre su pecho.

-Eso no esta en discusión- me aprieta a el.

-Te quiero Damián- digo después de un rato de un cómodo silencio.

-El sentimiento es muto-sonrió.

-¿Te confieso algo?- lo miro y el asiente.

-Estos momentos contigo me gustan de mi día, quisiera abrazarte para siempre, me hacen querer ser siempre tu compañera, quiero ser yo lo primero que veas en las mañanas y tu pecho sea donde apoye mi cara, te quiero Damián- veo como sonríe con ternura dirigiendo su mano a mi mejilla acariciándola.

-Tu eres la única persona que saca la mejor parte que ahí en mi, mierda, tu eres lo único que me vuelve cursi, o Raisa si te dijera todo lo que pienso de ti a mi día a día, lo mas probable es que huyas de aquí, pero por tu desgracia nunca lo diré o tal vez si no se sabe aun, solo confórmate con eso, ahora duerme mañana será un día muy ajetreado- besa mi cabeza para luego cerrar los ojos, lo volteo a ver por ultima vez para luego acurrucarme en el y cerrar los ojos con su imagen aun en mente.

. . . .

Últimos capítulos.

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