10 de diciembre

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-Acaban de confirmar la reunión para el lunes 14 de este mes.-dijo Madeline mientras veía su computadora.- Es de Washington, pero accede a venir a hablar contigo.

- Que suerte.-dije aliviada.-Cruzo los dedos para que acepte, es una maravillosa oportunidad.

-¿Quieres que reserve algún lugar?

-Creo que ya sé a donde iremos.

Ettan se deberá acostumbrar mis visitas de ahora en adelante.

- Por cierto, contabilidad pide que revises y llenes estos documentos.-me dió una carpeta.-Entre más pronto, mejor.

-Entonces lo haré ahora mismo, antes de ponerme hacer otra cosa.-me alejé del escritorio de Madeline.

Entré a mi oficina y comencé a ver los documentos, nada mas interesante que declarar y justificar gastos que había hecho durante el año. Llevaba más de la mitad de los documentos ya hechos cuando tocaron la puerta.

-Adelante.-dije sin quitar la vista de los papeles.

-Te mandan esto.-dijo Madeline entrando a la oficina.

Tenía en sus manos un ramo de tulipanes rosas envueltos en un papel gris, atados con un listón café, los pétalos estaban ligeramente abiertos y el aroma era delicioso.

Tenía en sus manos un ramo de tulipanes rosas envueltos en un papel gris, atados con un listón café, los pétalos estaban ligeramente abiertos y el aroma era delicioso

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-¿Pero cómo...?-pregunté mientras los tomaba.

- Un repartidor dijo que eran para ti, viene una tarjeta, quizás ahí diga quien las envió.

La tarjeta era blanca y estaba impresa con una tinta negra brillante.

Los tulipanes me recuerdan a ti, porque también son elegantes y llamativos, hacen que cualquier espacio sea agradable y cálido. Resaltan sobre las demás cosas, al igual que tú.
-R.B.

Pasé un dedo sobre las letras, sintiendo el relieve de estas. Repasaba la tarjeta una y otra vez, sonriendo y ruborizándome cada vez más. Miré a Madeline, quien me miraba curiosa por saber lo que estaba escrito.

- Es de un chico.-me limité a decir sin borrar la sonrisa.

-Parece que uno especial.-sonrió también.

-Probablemente.-me recargué en el respaldo de la silla.-¿Me ayudas a ponerlos en agua? Hay un jarrón en ese mueble.

Madeline se llevó las flores y el jarrón, regresando al poco rato y dejándolos sobre mi escritorio. No podía dejar de ver las flores y había leído tantas veces las tarjeta que ya me la sabía de memoria. Ese gesto me había hecho muy feliz.

(...)

Pasaba de medio día cuando Madeline volvió a tocar mi puerta.

-Adelante.

31 Days of DecemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora