-Acaban de confirmar la reunión para el lunes 14 de este mes.-dijo Madeline mientras veía su computadora.- Es de Washington, pero accede a venir a hablar contigo.
- Que suerte.-dije aliviada.-Cruzo los dedos para que acepte, es una maravillosa oportunidad.
-¿Quieres que reserve algún lugar?
-Creo que ya sé a donde iremos.
Ettan se deberá acostumbrar mis visitas de ahora en adelante.
- Por cierto, contabilidad pide que revises y llenes estos documentos.-me dió una carpeta.-Entre más pronto, mejor.
-Entonces lo haré ahora mismo, antes de ponerme hacer otra cosa.-me alejé del escritorio de Madeline.
Entré a mi oficina y comencé a ver los documentos, nada mas interesante que declarar y justificar gastos que había hecho durante el año. Llevaba más de la mitad de los documentos ya hechos cuando tocaron la puerta.
-Adelante.-dije sin quitar la vista de los papeles.
-Te mandan esto.-dijo Madeline entrando a la oficina.
Tenía en sus manos un ramo de tulipanes rosas envueltos en un papel gris, atados con un listón café, los pétalos estaban ligeramente abiertos y el aroma era delicioso.
-¿Pero cómo...?-pregunté mientras los tomaba.
- Un repartidor dijo que eran para ti, viene una tarjeta, quizás ahí diga quien las envió.
La tarjeta era blanca y estaba impresa con una tinta negra brillante.
Los tulipanes me recuerdan a ti, porque también son elegantes y llamativos, hacen que cualquier espacio sea agradable y cálido. Resaltan sobre las demás cosas, al igual que tú.
-R.B.Pasé un dedo sobre las letras, sintiendo el relieve de estas. Repasaba la tarjeta una y otra vez, sonriendo y ruborizándome cada vez más. Miré a Madeline, quien me miraba curiosa por saber lo que estaba escrito.
- Es de un chico.-me limité a decir sin borrar la sonrisa.
-Parece que uno especial.-sonrió también.
-Probablemente.-me recargué en el respaldo de la silla.-¿Me ayudas a ponerlos en agua? Hay un jarrón en ese mueble.
Madeline se llevó las flores y el jarrón, regresando al poco rato y dejándolos sobre mi escritorio. No podía dejar de ver las flores y había leído tantas veces las tarjeta que ya me la sabía de memoria. Ese gesto me había hecho muy feliz.
(...)
Pasaba de medio día cuando Madeline volvió a tocar mi puerta.
-Adelante.
ESTÁS LEYENDO
31 Days of December
RomantikIsabel es la viva imagen de la navidad; usando ugly sweaters, bebiendo un latte de calabaza y con una sonrisa en la cara todos los días. Después del trabajo siempre veía las películas navideñas de Netflix mientras planeaba los regalos de navidad par...