3 de diciembre

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Desperté antes que mi alarma sonara, cosa poco usual. Me quedé en cama repasando lo ocurrido del día anterior y en esos lindos ojos azules. Miré por la ventana y ya no caía nieve, pero aún así se sentía el frío invierno de Seattle. Salí de la cama y me puse una bata de invierno al igual que unas pantuflas. Caminé hacia la cocina, no había señales de mi inquilino. Busqué algo en la alacena que pudiera servir como desayuno; unos waffles, café y fruta bastarían.

-Buenos días.- oí una ronca voz a mis espaldas.

Miré hacia la puerta de la cocina y ahí estaba; con una pijama más grande que él, con el cabello alborotado y tallándose los ojos.

-Buen día.-respondí sirviendo una tasa de café.-Espero que te gusten los waffles, es lo mejor que puedo ofrecerte.-le extendí la tasa.

-Me gustan, gracias.-la aceptó.-Aunque debiste dejarme hacer el desayuno. Mi pan francés es muy bueno.

-Eres mi invitado, sería descortés de mi parte hacerte cocinar.-tomé nuestro desayuno y me dirigí a la mesa.

-Aún así puedes explotarme a tu antojo.

-Un día de estos te tomaré la palabra.

-¿Y qué planeas hacer hoy?-tomó un sorbo de su café.

-Tengo que terminar el trabajo pendiente de mi proyecto. Lo entrego mañana, por lo que me quedaré aquí, para concentrarme.

-¿Qué tan difícil puede ser leer historias en Wattpad?-preguntó burlón. Rodé los ojos.

-No es simplemente leer y ya;- me senté en una silla.- la historia tiene que ser cautivadora, única y, más que nada, con muchísimo potencial.

-¿En serio crees que encontrarás una historia así en ese lugar?

-Ese es mi trabajo.

-Tendrás que hacer un milagro.-tomó un sorbo de su café. Aunque no podía ver su boca, sus ojos delataban su diversión.

- Me siento con suerte.-le guiñé un ojo. Rió.

-¿Y cuándo este lugar parecerá el polo norte?-miró por toda la sala.

-Creo que debería hacerlo ya, estamos en diciembre.

-Puedo ayudarte, aún tengo algo de tiempo,-miró el reloj que tenía en su muñeca.- si es que quieres ayuda.

-Me gustaría, gracias.-le dí una gran sonrisa, la cual me devolvió.-Pero un momento, ¿tú no odias la navidad?

-No es que la odie, mi familia no suele celebrar esta fecha. Realmente no tenemos un complejo con ello, simplemente no exudamos espíritu navideño de la manera en como tú lo haces.

-Navidad es una época hermosa.-dije con ilusión.-Antes de que lo digas; para mi es más que un sistema capitalista en el que compramos cosas que nos hacen creer que necesitamos.

-No iba a decir eso.

-¿Seguro?

-Talvez.

-Para mí navidad es una época en la que puedo estar con mi familia con una razón justificada de usar mi mejor ropa, tener una cena especial y demostrar con detalles el agradecimiento que tengo hacia las personas que más quiero.- miré hacia la taza que tenía entre mis manos.-También me encantan las decoraciones navideñas, más que nada las luces. Da un toque especial a la noche, es más colorida. Te hace sentir especial, te recuerda que es esa época del año en la que estás con las personas correctas y que debes estar agradecido de poder terminar otro año.

Nos quedamos un momento en silencio. La taza calentaba mis manos, a pesar de que estaba medio vacía. Me hacía sentir bien compartir lo que esta festividad significaba para mi. Levanté la vista hacia el chico que estaba sentado frente mío; me estaba viendo, pero había algo diferente en sus ojos, no tenían esa sensación fría. Su rostro no tenía expresión alguna, en realidad sus músculos se veían relajados. Entonces la comisura izquierda de su boca se levanto, en una ligera sonrisa.

31 Days of DecemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora