7 de diciembre

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La luz de la ventana me molestaba en los ojos y tenía calor. Traté de moverme pero algo me lo impedía, era Robert, que aún dormía y me abrazaba. Yo estaba sobre su pecho, abrazándolo también. Lo miré por un momento; la luz caía sobre su rostro y este brillaba un poco, sus pestañas se veían más rubias de lo normal y su piel se veía rosada. Todos sus músculos estaban relajados, parecía tranquilo y respiraba lentamente. Dio un gran suspiro y poco a poco fue abriendo los ojos, primero mirando al techo y después a mi.

-Buenos días. -dijo con voz ronca, sentí una descarga eléctrica en mi estómago.

-Buenos días.-respondí.-¿Dormiste bien?

- De maravilla,-se talló la cara.- de hecho descansé bastante bien, ¿tú que tal?

-También.-sonreí.-Creo que ya ha regresado la electricidad y la calefacción.

-También lo creo, comienzo a tener calor.-estaba por moverme pero me detuvo.-No, estoy bien así.

-¿Seguro?-asintió.-¿Y tienes planes para hoy?-se quedó pensando un momento.

-Puede esperar a que llegue a casa, no tengo prisas.

-Entonces, ¿te gustaría desayunar en Dukes?

-Por supuesto.-sonrió.-Tengo ganas de un muffin de chocolate. Pero antes, déjame disfrutar un poco más de este momento.-me abrazó con fuerza.

Nunca había entendido el porque el perfume de los hombres duraba más que el de las mujeres, pero me gustaba que así fuera. Mi rostro estaba muy cerca de su cuello y me deleitaba con su aroma. De la nada, comenzó a hacerme cosquillas en el estómago.

-No, espera.-grité intentando zafarme, pero era inútil.-Por favor.

-Parece que eres cosquilluda.-dijo divertido.

Intentaba liberarme pero él era más fuerte que yo, me movía hacia cualquier lado que me fuera posible, revolviendo las mantas de la cama y haciendo que algunas cayeran al piso. Rodé sobre mi espalda pero mi brazo chocó con el suyo e hizo que lo jalara, cayendo sobre mi. Las cosquillas y mis gritos pararon, su rostro estaba muy cerca del mío y sentía el como la sangre me subía a la cabeza. Él estaba sorprendido, al igual que yo, pero no decíamos ninguna palabra y tampoco nos movíamos.

Miraba mi rostro y también mis ojos, sus pupilas comenzaban a dilatarse y su respiración era cada vez más pesada. Por la forma en la que había caído sobre mi podía sentir un bulto, que sin duda era de él, en mi pierna. Apoyaba su peso en sus brazos, que estaban a mis costados, por lo que no me estaba aplastando. Mi pecho subía y bajaba, sentía aún más calor que cuando había despertado. Miró mis labios y yo miré los de él, quería besarme y yo también quería hacerlo. Poco a poco comenzó a acercarse, teniendo un trayecto corto hacia mi, hasta que me besó. Era la misma sensación suave y dulce de aquel día. Puse mis manos en su pecho y tomó mi cintura, el beso se volvía más profundo y nuestras respiraciones aún más pesadas.

Dejó mis labios para besar mi cuello, yo tocaba su abdomen debajo de su sudadera, la cual iba subiendo. Ambos soltábamos ligeros gemidos a la vez que la energía entre los dos aumentaba, involuntariamente movía mi cadera, acercándola lo más posible a él. De repente se detuvo, dejándome jadeante y con el corazón acelerado.

-Continua.-le dije.

-¿Segura?-me miró a los ojos como si estuviera buscando algo.

-Si.

Y me besó. Se acomodó bien sobre mi, abriéndome las piernas y haciéndome rodearlo por la cadera. Se alejó de mi y se quitó la sudadera, con todo y playera, dejándome ver su delgado cuerpo. No era un hombre musculoso, pero estaba en forma. Volvió a besarme y me tomó por la cadera, pasó un brazo detrás de mi espalda y me levantó, haciéndome sentar sobre él. Me besaba frenéticamente, como si estuviera desesperado en tener más y más de mi, de la misma forma en la que yo lo estaba haciendo. Con un movimiento rápido me ayudó a quitarme la sudadera y la blusa, dejándome con el pecho totalmente descubierto, sus ojos brillaron y tomó uno de mis pechos con una mano, mientras que volvía a besarme. Regresó a mi cuello, mientras me mecía sobre su cadera y pasaba mis manos por toda su espalda. Su piel era suave y su calor corporal alto.

31 Days of DecemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora