29 de diciembre

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Anne volvió a pasar la noche conmigo y lo agradecía mucho, lo que menos quería en este momento era estar sola y su compañía me reconfortaba. No había salido de mi habitación ni tampoco mostraba interés en comer, aunque lo había hecho por insistencia de ella, pero mi estómago de inmediato lo regresaba. Me veía como me sentía: un asco. Ni siquiera el ganar la editorial me animaba mucho, al lograrlo significaba que mi prioridad había cambiado.

Ahora tenía el corazón roto, aunque no me arrepentía de haberlo hecho, si lo lamentaba, el precio fue alto pero estaba justificado, o al menos eso intentaba creer. No sabía si Robert me había perdido o si yo lo perdí a él, a final de cuentas ya no estábamos juntos y, por más que lo deseara, no parecía que siguiéramos teniendo un futuro. Quizás estaba dramatizando la situación, quizás no, nadie podía darme esa respuesta, ni siquiera yo.

-Oye, ¿estás bien?-preguntó Anne asomando la cabeza por la puerta del baño.

No respondí, no tenía ánimos para hacerlo.

Mi gusto por los baños de burbujas y sales de baño era más evidente; la lavanda me ayudaba mucho en controlar mi ansiedad y me permitía dormir más tranquila y más fácil. Le estaba dando la espalda y me abrazaba a mi misma intentando reconformarme, se acercó a mi y tomó una esponja para hacer movimientos circulares en mi espalda, el recuerdo de Robert hizo que soltara un quejido.

-Tranquila, todo se solucionará.

-¿Y si no es así?-pregunté entre sollozos.-¿y si renunció a mi?

-No lo hizo.

-¿Cómo estás tan segura?

Siguió acariciando mi espalda y se tomó su tiempo en responder.

-Porque fue él quien canceló el contrato.

De inmediato giré sobre mi hombro y la miré; en su rostro había una expresión extraña, entre rendición y debate, no lo podía explicar. Sabía que me estaba diciendo la verdad pero me costaba creerlo.

-Después de que te fuiste retiró la oferta inmediatamente, Dan no lo tomó para nada bien e hizo una escena, pero aun así no logró convencerlo. No dijo el porqué, solo lo hizo.

No estaba segura el como eso me hacía sentir; quería tener esperanza pero al mismo tiempo no, no sabía que pensar, si de por si mi mente era un caos, ahora estaba peor. 

¿Lo hizo por mi? ¿había aceptado que nuestro método funcionaría? ¿se había rendido conmigo? ¿planeaba regresar? ¿aun significaba algo para él? ¿esto era una señal? ¿todavía me amaba? ¿todavía teníamos un futuro juntos? odiaba no saberlo. 

El timbre de la entrada sonó y me sacó de mi trance, Anne dejó la esponja en el agua y salió del baño. Suspiré con pesadez y me sumergí por completo, sintiéndome relajada y en paz, olvidando por un momento mi pesar. Cuando salí a la superficie me encontré con los ojos verdes de Anne, quien me miraba con preocupación.

-Tienes visitas,-dijo tomando una bata de baño.- te espera en la sala.

Volvió a dejarme sola para que pudiera salir de la bañera y ponerme la bata, no sé si era por la lavanda o por mi agotamiento mental, pero salí tranquila del baño para sorprenderme al ver a Ettan esperándome en la sala; su rostro estaba mallugado y tenía múltiples moretones, se veía terrible.

-Hola.-dijo con una pequeña sonrisa.

-Hola,-respondí acercándome a él.- ¿qué haces aquí?

-Vengo por...-miró nervioso hacia un lado.- por las cosas de Robert.

Y así fue como regresé a la realidad que tanto estaba intentando ignorar; sintiendo un golpe bajo en el estómago, mi cuerpo de inmediato se estremeció y me crucé de brazos en un intento de protegerme.

31 Days of DecemberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora