Mi mano y la de Robert estaban perfectamente entrelazadas, él la apretaba ligeramente mientras veía la espléndida decoración de mamá; la Biblioteca Central de Seattle era bella por si sola, pero la temática que había decidido mamá la hacía aun más hermosa; jugaba con el color azul y blanco pareciendo un palacio de hielo, al estilo Frozen, las paredes de cristal permitían ver el exterior y la nieve, siendo una excelente decoración natural. Todas las personas reunidas compartían la misma gama de color y hablaban animadamente entre ellas.
Cuando nuestra familia entró al salón todos nos abrieron paso y nos saludaron, a lo lejos pude ver a Anne con un vestido blanco, colgada del brazo de Theo, quien usaba un espléndido traje azul, en cuanto nos vieron se dirigieron directo a nosotros.
-¡Pero mira nada más!-exclamé viendo a Anne.- El blanco te queda fenomenal.
-Imagínate en mi vestido de novia.-le guiñó un ojo a Theo.
-Luces espléndida.-dijo él abrazándome.
-Tú tampoco estás tan mal.
-Se ven bien juntos, son una linda pareja.-dijo Anne viéndonos a Robert y a mi.
Miré a mi chico con una sonrisa de orgullo, estaba feliz por compartir este momento con él, todo se sentía tan especial.
Alguien carraspeó a nuestras espaldas, haciéndonos voltear, era Samantha; usaba un vestido azul celeste, pero lo que más llamaba la atención era el guapo hombre de quien iba tomada de la mano.
-Isa, él es Kyle,-dijo sonriente.- primo de Robert y mi prometido.
-Un gusto.-me extendió una mano.
Era más alto y delgado que Robert, pero compartían el mismo color de ojos azul de los Bennet, su piel era más blanca y tenía esa sonrisa maliciosa que tanto conocía de Robert. El parecido era impresionante, pero ambos eran únicos.
-¿También eres un Bennet?-pregunté aceptando su mano.
-Un Bingley, mejor dicho.-y ahí estaba ese característico acento.-Su madre es mi tía.
-Lo sé, no digas nada.-dijo Robert inmediatamente anticipándose a mi burla.
-Es un gusto por fin conocerte, Samantha me ha hablado tanto de ti que siento que te conozco mejor que a mi misma.-reímos.
-El gusto es mío, estaba ansioso por averiguar quien era la chica que se había ganado el corazón de mi pequeño primo.-tomó a Robert por los hombros y despeinó su cabello.
-Déjame en paz,-dijo él riendo.- tampoco es mucha diferencia de edad.
-Un año es un año, primito.-sonrió con malicia.
Era divertido y extraño ver a estos dos hombres juntos, riendo y molestándose entre ellos. Unieron a Theo a su conversación y los tres comenzaron a debatir acaloradamente sobre que era mejor, el futbol americano o el soccer.
-¿Pero qué es esto?-preguntó Samantha sorprendida.
-Creo que ahora son amigos.-respondí.
-Es excitante, de cierta manera.-las dos miramos a Anne.- ¿qué? no me lo negarán; son tres sexys hombres discutiendo sobre un tonto tema, ¿qué a caso no ven mi punto?
-Me gusta la manera en la que Robert se para, lo hace ver atractivo.-dije mirándolo.
Su postura era relajada y jovial, a diferencia de la rígida y formal que usaba para intimidar a las personas que no eran cercanas a él, movía mucho las manos y los brazos intentando explicar su idea.
-Ve como Kyle pone una mano en su cintura.-apuntó Samantha.
Mientras escuchaba lo que los demás tenía que decir, Kyle apoyaba una mano sobre su cintura y ladeaba la cadera, como era el más alto y en el salón había demasiado ruido, intentaba ponerse a la altura de ellos para escuchar mejor.
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31 Days of December
RomanceIsabel es la viva imagen de la navidad; usando ugly sweaters, bebiendo un latte de calabaza y con una sonrisa en la cara todos los días. Después del trabajo siempre veía las películas navideñas de Netflix mientras planeaba los regalos de navidad par...