-Greta es una maravillosa persona,-le dije a Madeline antes de tomar de mi café.-es una chica muy linda y agradable. Amé pasar tiempo con ella y hablar de su historia.
-Por las cartas me lo imagino,-dijo sonriente.- quiero creer que aceptó.
-¡Por supuesto que lo hizo!-le lancé una bolita de papel.- Dear Tom Felton será el primer libro que publicaremos.-inflé el pecho con orgullo.
-Espero y algún día poder publicar un libro, es el sueño de toda mi vida.-sonrió con un poco de esperanza.
-Veamos primero como sale esto y después hablamos de tu libro, ¿está bien?- tomé su mano y le sonreí cálidamente.
-Esta bien.-respondió regresándome la sonrisa.
Tocaron la puerta con delicadeza y esperaron una respuesta, miré a Madeline extrañada, no esperábamos una visita, ella se encogió de hombros.
-Adelante.-grité.
Cuando la puerta se abrió papá estaba de pie del otro lado, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, parecía incómodo y avergonzado.
-¿Podemos hablar?-preguntó dudoso en entrar.
-¿Puedes?-pregunté seca.
-Necesito hablar contigo.-dijo con un poco de súplica.
No dije nada, simplemente asentí. Madeline tomó sus cosas y salió rápidamente de la oficina, dejándonos solos. Papá caminó hacia mi escritorio y se sentó en una de las sillas, yo erguí la espalda en un intento de parecer más sería y amenazante.
-Creo que te debo varias explicaciones.
-Demasiadas.-dije cruzando los brazos sobre mi pecho.
Suspiró pesadamente.
-Nunca fue mi intención lastimarte, es lo último que quiero hacer.-me miró con tristeza.-No sabía que sentías algo por Robert, o al menos no de la manera en como me lo hiciste saber. Sí, le dije que se alejara de ti, pero no fue con una mala intención.
-Entonces, ¿por qué lo hiciste?
-Me asusté,-confesó.- creí que era una amenaza. Fue extraño encontrarlo aquí, abrazándote y estando tan cerca de ti.
-¿Ese es el problema que tienes con él? ¿qué esté cerca de mi?-fruncí el ceño.
-No exactamente,-dijo después de pensar su respuesta.- como tu padre me sentiré amenazado por todo aquel que quiera alejarte de mi, eres mi bebé y aún no acepto del todo la idea de que puedes elegir a otro hombre para pasar el resto de tu vida, pero sé que debo hacerlo. Lo que sucede es que no esperaba que eligieras a la persona de quien necesito ayuda.
-¿Ayuda?-pregunté extrañada.
-Si,-miró sus manos.-la editorial está teniendo problemas financieros, nada grave, pero si no actúo rápido perderemos no sólo dinero, sino posiblemente la editorial. La compañía de Robert está interesada en nosotros y él ha venido a negociar un acuerdo. Por eso cuando lo vi aquí contigo pensé que estaba haciendo algún truco sucio para sacar ventaja, pero el que llegaras a casa y me gritaras que te gusta... simplemente no lo podía creer. Pensé que te usaba, por eso me sentí amenazado y lo alejé de ti.
Miré un punto lejano de la oficina, intentando asimilar y entender lo que papá acababa de decir. Varias cosas tomaban sentido y otras más caían en su lugar. Por fin sabía lo que estaba pasando y no estaba muy segura del como sentirme al respecto.
-Aprecio que me digas todo esto, pero creo que no sirve de mucho.-dije recargandome con derrota en el respaldo de la silla.- Robert me ha dejado y no creo que lo vuelva a ver.
Quizás estaba exagerando las cosas, pero era así como sentía mi casi inexistente relación con él.
-Lo lamento, en verdad.-extendió una mano sobre el escritorio y pidió la mía, se la di.-Lo quieres mucho, ¿verdad?- asentí.-Si puedes perdonarme a mi, creo que podrás perdonarlo a él. Todo esto es mi culpa, yo lo obligue.
-¿Desde cuándo estás de su lado?
-Desde que entendí que mi hija está enamorada de él.
No podía creer lo que me estaba diciendo, quería llorar, necesitaba hacerlo. Me levanté de la silla y me apresuré a abrazarlo, llorando sobre su traje. Papá si que lo había arruinado, pero vaya que lo estaba arreglando.
-Tranquila.-dijo acariciando mi cabello.-Todo estará bien.
-¿Lo prometes?-seguía llorando.
-Lo juro.-besó mi frente.-Ahora tengo que hacer que mi yerno regrese.-reí.
-Buena suerte con eso.-me separé de él.
-Tengo que hacerlo, quiero que seas feliz.
-Lo soy.-volví a abrazarlo.-¿Y que pasará con la editorial? ¿puedo ayudarte en algo?-pregunté regresando a mi silla y tomando un pañuelo.
-No lo sé, -hizo una mueca.- una de las razones por las que se aceptó tu proyecto fue para salvar la editorial, además de que es una idea maravillosa.
-Ahora me siento más presionada.
-Descuida, funcionará. Eres mi hija, sé que podrás solucionarlo.-había orgullo en su voz.
-Madeline y yo lo lograremos.
-No espero menos de ustedes.-se levantó de su silla.-Pasa la noche con nosotros, por favor. Pediremos comida asiática para la cena.
-Incluye un maki y trato hecho.-rió.
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Mark Johnson/John Corbett*******************************
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31 Days of December
RomantikIsabel es la viva imagen de la navidad; usando ugly sweaters, bebiendo un latte de calabaza y con una sonrisa en la cara todos los días. Después del trabajo siempre veía las películas navideñas de Netflix mientras planeaba los regalos de navidad par...